Una de las pocas cosas que Pedro Sánchez está haciendo bien es el posicionamiento de apoyo a la solución de los dos Estados y el reconocimiento de Palestina como Estado. Ayer, el presidente español volvió a mantener ese camino a seguir.
Tras hacerse público el acuerdo de alto el fuego entre la organización terrorista Hamás y el Estado terrorista Israel, Pedro Sánchez, al igual que otros líderes internacionales, reaccionó a través de la red social de Elon Musk:
«Recibo con esperanza el acuerdo de alto el fuego alcanzado entre Israel y Hamás. Debe poner fin al conflicto, permitir hacer frente a la terrible situación humanitaria en Gaza y la liberación de todos los rehenes. Este acuerdo es crucial para lograr la estabilidad regional. Representa un paso indispensable en el camino hacia la solución de los dos Estados y una paz justa y respetuosa con el derecho internacional. Todo mi agradecimiento a la incansable labor de Qatar, Egipto y Estados Unidos como mediadores que lo han hecho posible», posteó Sánchez.
Desde distintos ámbitos de la extrema izquierda se ha criticado a Sánchez por una cuestión terminológica, por utilizar la palabra «conflicto» en vez de «genocidio». Bueno, desde este punto de vista, el post en la red social de Elon Musk es un mensaje institucional. No es la opinión personal de Pedro Sánchez. Por tanto, no era el lugar para decir lo que en realidad pasa en Palestina, donde un Estado terrorista está aplicando un genocidio y un apartheid de manera sistemática sin que la comunidad internacional reaccione.
Por otro lado, desde los ámbitos de la extrema derecha se ha vuelto a utilizar a los afectados por la DANA para atacar a Sánchez. En concreto, se le acusa de estar pendiente de lo que ocurre en Oriente Próximo mientras a las zonas afectadas por la DANA las ayudas no llegan. Son dos cosas diferentes y es la demostración de que su sectarismo patriotero les hace olvidar que un presidente del Gobierno no puede descuidar las cuestiones de ámbito internacional.
Luego están los sectores antiglobalistas, donde la extrema izquierda (los podemitas perroflautas) y la extrema derecha (los fachas) se unen sin ningún tipo de problema. En estos sectores de la población se ha acusado a Sánchez de ser responsable de que a la dictadura rusa de Vladimir Putin se le haya sancionado por la invasión ilegal de Ucrania, mientras que a Israel se le ha permitido todo.
Todos estos ámbitos de la población que han atacado a Sánchez por su mensaje sobre el acuerdo de alto el fuego olvidan una cosa que es clave: Sánchez está marcando el camino a seguir en este asunto. El conflicto entre Israel y Palestina no se ha solucionado por una cuestión: ambos países son irreconciliables. Por esa razón la solución de los dos Estados es la que, a día de hoy, podría garantizar una paz duradera durante décadas, porque ni los israelíes ni los palestinos van a abandonar esa tierra.
Israel es un Estado terrorista, que ejecuta de la manera más cruel un genocidio constante, que viola el derecho internacional de manera recurrente, que practica la tortura en sus prisiones. Israel ha implantado una política de exterminio que no se diferencia mucho a la que la Alemania nazi impuso contra el pueblo judío desde la llegada de Adolf Hitler al poder. Israel tiene, además, un gobierno en el que se cimenta su argumentación en base a que su territorio fue el que Abraham recibió de manos de Yahvé, hecho que, evidentemente, no es real, no está avalado por la historia.
Sin embargo, para frenar ese exterminio, ese genocidio, sólo la solución de los dos Estados, que es defendida por la inmensa mayoría de los países del mundo, es la que más visos tiene de poder ser la solución que garantice una paz duradera, algo que es fundamental para tranquilizar una región del planeta que lleva ya demasiadas décadas en un conflicto constante.
Ventajas de los dos Estados
Tanto israelíes como palestinos aspiran a tener un Estado propio donde ejercer su derecho a la autodeterminación. La creación de dos estados independientes permitirá satisfacer esta aspiración fundamental de Israel y Palestina.
La coexistencia de dos estados soberanos reducirá significativamente las tensiones y los actos de violencia que han caracterizado el conflicto durante décadas por ambas partes. Al establecer fronteras claras y mecanismos de seguridad, se podría garantizar la estabilidad y la protección de los ciudadanos de ambos países.
La solución de los dos Estados se basa en el principio de justicia, reconociendo los derechos legítimos de ambas partes. Los palestinos tendrían la oportunidad de construir un Estado propio, mientras que Israel vería reconocida su existencia como Estado judío.