En las recientes elecciones en el País Vasco, la coalición Sumar, liderada a nivel nacional por Yolanda Díaz, ha conseguido un modesto pero significativo logro al obtener un escaño en el Parlamento vasco. Este resultado, aunque humilde, ha permitido a Sumar evitar un fracaso total y marcar su presencia en una de las cámaras autonómicas más disputadas de España. La formación, que aglutina a partidos como Ezker Anitza-IU, Equo-Berdeak y Más Euskadi, ha experimentado un auténtico tour de force en un panorama político regional cada vez más competitivo.
Sumar suma su primer escaño
La entrada de Sumar en el Parlamento vasco es un reflejo de la lucha y la resiliencia de una coalición que, a pesar de las dificultades y las divisiones internas, ha logrado mantenerse en pie. El único escaño obtenido, aunque distante del objetivo inicial de mejorar los seis representantes no independentistas a la izquierda del PSOE conseguidos en los comicios anteriores, ha sido suficiente para darle a Sumar una voz en el debate político vasco.
Este logro cobra especial importancia si se considera el contexto más amplio de las izquierdas en España y, en particular, el declive de Podemos en el País Vasco. Ocho años después de ser la fuerza más votada en la región en las elecciones generales de 2016, Podemos ha desaparecido del panorama parlamentario vasco, un reflejo de su desintegración casi tan veloz como su ascenso inicial. La ausencia de Podemos en el Parlamento subraya un cambio significativo en la dinámica política vasca y pone de relieve la necesidad de renovación y reinvención en las fuerzas progresistas.
Jon Hernández Hidalgo, el candidato por Araba
La representación de Sumar será llevada a cabo por Jon Hernández Hidalgo, el candidato por Araba, dado que Alba García, la cabeza de lista por Bizkaia, no logró el escaño que aspiraba. Esta situación destaca la complejidad del sistema electoral y la importancia de cada voto en circunscripciones altamente competitivas.
A nivel más amplio, el panorama político del País Vasco muestra un empate a 27 escaños entre EH Bildu y el PNV, con un PSE fortalecido que sube a 12 escaños y mantiene la llave del gobierno. El PP, por su parte, ha aumentado su representación a 7 diputados, y Vox conserva su presencia con un escaño. Este escenario refleja una diversidad de fuerzas políticas en el Parlamento vasco, con un espectro ideológico que va desde el nacionalismo vasco hasta la derecha española, pasando por las izquierdas transformadoras y ecologistas.La jornada electoral, con una participación del 51% hasta las seis de la tarde, ha sido un barómetro de la voluntad política del pueblo vasco, mostrando un compromiso contínuo con su autogobierno y la gestión de sus propios asuntos a través de un prisma democrático y plural.
Este resultado electoral para Sumar no solo es un escape del desastre potencial, sino también una oportunidad para consolidar su presencia y construir una base política más fuerte en el País Vasco. Con este escaño, Sumar tiene la oportunidad de influir en la legislación y en las políticas regionales, abogando por sus valores y objetivos en un entorno legislativo que promete ser complejo y desafiante.
Fracaso de Podemos
Mientras que el fracaso de Podemos sirve de lección sobre la volatilidad de la política regional y las consecuencias de las luchas internas y la falta de adaptación a los cambios en el electorado, el modesto éxito de Sumar ofrece una chispa de esperanza para aquellos que aspiran a una política más justa y equitativa en el País Vasco. La tarea que tiene por delante Sumar es considerable, pero el simple hecho de participar ya altera el equilibrio de poder y introduce nuevas dinámicas en el debate político vasco.