El terrorismo de Estado de Israel: una escalada inminente en Oriente Medio

El asesinato de Ismail Haniyeh y sus repercusiones en un conflicto regional que puede implosionar por los interés de Netanyahu

01 de Agosto de 2024
Actualizado el 02 de agosto
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El jefe político del Movimiento de la Resistencia Islámica Palestina (HAMAS), Ismail Haniya
El jefe político del Movimiento de la Resistencia Islámica Palestina (HAMAS), Ismail Haniya

El reciente asesinato de Ismail Haniyeh, líder político de Hamás, en un ataque aéreo en Teherán ha desatado una nueva oleada de tensiones en Oriente Medio. Este acto, atribuido a Israel, aunque no oficialmente reivindicado, amenaza con desestabilizar aún más una región ya al borde del colapso. A medida que las reacciones se multiplican, desde amenazas de represalias por parte de Irán hasta advertencias de escalada por parte de la comunidad internacional, el espectro de una guerra más amplia se cierne sobre la zona. Explora las implicaciones de este asesinato, el papel del terrorismo de Estado en la política israelí y las posibles consecuencias para la estabilidad en Oriente Medio.

El contexto del asesinato

Ismail Haniyeh, figura clave en la estructura de Hamás, fue asesinado en Teherán mientras asistía a la toma de posesión del nuevo presidente iraní. Este ataque, que Hamás e Irán atribuyen a Israel, se produce en un momento crítico, con enfrentamientos en Gaza que han dejado miles de muertos y una crisis humanitaria en pleno desarrollo. Haniyeh, quien residía en Catar, había estado involucrado en las conversaciones de alto nivel para negociar un alto el fuego en Gaza, mediadas por Catar, Egipto y Estados Unidos. Su muerte, por tanto, no solo representa una pérdida para Hamás, sino que también amenaza con interrumpir las ya frágiles negociaciones de paz.

El hecho de que este ataque haya tenido lugar en Teherán, dentro de las fronteras iraníes, es significativo. Irán es un aliado estratégico de Hamás y Hezbolá, y este asesinato dentro de su territorio es visto como una grave provocación. Para Teherán, el ataque no solo socava su capacidad de proteger a sus aliados, sino que también cuestiona su seguridad interna en un momento en que la región está al borde de un conflicto mayor.

El terrorismo de Estado y la política israelí

El asesinato de Haniyeh se inscribe en una larga historia de asesinatos selectivos perpetrados por Israel, una práctica que ha sido criticada internacionalmente como terrorismo de Estado. Bajo la dirección del primer ministro Benjamin Netanyahu, Israel ha intensificado estas operaciones, justificándolas como medidas defensivas contra las amenazas externas. Sin embargo, estos actos de violencia selectiva no solo avivan las tensiones en la región, sino que también pueden ser contraproducentes al consolidar la resistencia de los grupos militantes y atraer más simpatizantes a su causa.

Netanyahu ha sido claro en su posición: Israel no tolerará ninguna amenaza, venga de donde venga. Sus declaraciones recientes, tras el asesinato de Haniyeh, subrayan esta postura. "Israel cobrará un alto precio por cualquier agresión contra nosotros en cualquier frente", afirmó Netanyahu, dejando claro que su gobierno está dispuesto a emplear todos los medios necesarios para garantizar la seguridad de Israel, incluso si eso implica acciones que pueden desencadenar una guerra regional.

Reacciones internacionales y el riesgo de escalada

La comunidad internacional ha reaccionado con preocupación ante estos acontecimientos. La ONU, a través de su portavoz Stéphane Dujarric, ha advertido sobre una "peligrosa escalada" en un momento en que se debería priorizar el cese de hostilidades en Gaza. El Secretario General António Guterres ha instado a todas las partes a evitar un conflicto mayor, subrayando la necesidad de liberar a los rehenes israelíes, aumentar la ayuda humanitaria a Gaza y calmar las tensiones en el Líbano.

Italia también ha expresado su inquietud. El Ministro de Asuntos Exteriores italiano, Antonio Tajani, advirtió sobre el peligro de una guerra abierta en Oriente Medio y reafirmó el compromiso de su país con la ayuda humanitaria, destacando la iniciativa "Alimentos para Gaza". Sin embargo, estas declaraciones, aunque bien intencionadas, parecen insuficientes para detener la escalada de violencia.

En Turquía, miles de manifestantes propalestinos salieron a las calles para protestar por el asesinato de Haniyeh, lo que subraya la creciente solidaridad entre los países de mayoría musulmana frente a las acciones de Israel. Irán, por su parte, ha prometido un "duro castigo" contra Israel, declarando tres días de luto nacional y culpando a Estados Unidos por su apoyo incondicional a Tel Aviv.

El Futuro de Oriente Medio

El asesinato de Haniyeh podría tener profundas implicaciones para el futuro de Oriente Medio. En primer lugar, las conversaciones de alto el fuego en Gaza, que ya estaban en una fase delicada, podrían quedar completamente estancadas. La muerte de Haniyeh no solo debilita la posición negociadora de Hamás, sino que también podría radicalizar aún más a los miembros del grupo y fortalecer su resolución de continuar la lucha contra Israel.

En segundo lugar, este ataque podría provocar una respuesta militar directa de Irán o de sus aliados en la región, como Hezbolá en Líbano. La posibilidad de una escalada en varios frentes es real, y el riesgo de un error de cálculo que conduzca a una guerra abierta es cada vez mayor. Israel, con sus ataques recientes en Líbano y Siria, ha dejado claro que está dispuesto a actuar preventivamente para neutralizar cualquier amenaza, pero esta estrategia podría desencadenar un conflicto que ningún actor en la región puede controlar por completo.

El asesinato de Ismail Haniyeh representa un punto crítico en las tensiones en Oriente Medio. Este acto, que podría calificarse de terrorismo de Estado, no solo ha desestabilizado aún más la región, sino que también ha incrementado las probabilidades de una guerra a gran escala. Israel, bajo la dirección de Netanyahu, parece decidido a seguir una política de mano dura, pero esta estrategia podría tener consecuencias desastrosas no solo para Israel, sino para toda la región.

La comunidad internacional, mientras tanto, enfrenta un desafío monumental: encontrar una solución diplomática que pueda detener la espiral de violencia antes de que sea demasiado tarde. En un contexto donde las conversaciones de paz están al borde del colapso, la necesidad de una intervención efectiva es más urgente que nunca. Sin embargo, si las acciones unilaterales como el asesinato de Haniyeh continúan, el futuro de Oriente Medio podría estar marcado por una guerra devastadora de proporciones impredecibles.

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