Resumen
La vacuna de la tosferina es muy ineficiente y es urgente su mejora. Su inmunidad apenas dura cuatro años.
La vacuna de la tosferina existe combinada con tétanos y difteria.
¿Por qué sólo hay una presentación como vacuna triple cuando se precisa individualmente como al final del embarazo?
Dada la baja inmunidad provocada por la vacuna se utiliza a la mujer como vientre “para que defienda al recién nacido” al transmitirle anticuerpos antes del parto.
La vacuna está forzando la evolución de la bacteria, a mayor agresividad.
La vacuna que no impide ni el contagio ni la transmisión. Por ello no genera “inmunidad de rebaño” (de grupo).
Se precisa una nueva vacuna, y su presentación también en forma aislada.
La tosferina
La tosferina (coqueluche, pertussis) es enfermedad infecciosa muy contagiosa y muy molesta, como recuerdan sus múltiples nombres; entre ellos tos quintosa, tos convulsa y tos fiera (“tosferina”). En un registro se llegaron a contar 400 accesos de tos en un día, y puede uno hacerse idea de lo que eso significa oyendo toser durante unos minutos a un niño con tosferina.
En el afán por cortar los accesos de tos, se le ponían capuchas a los pacientes, lo que dio lugar al nombre de coqueluche, del francés “coqueluchon”. También se le llama pertussis, por la bacteria que causa la enfermedad.
La enfermedad la produce una bacteria que se adhiere a las células de la mucosa respiratoria, a los cilios de dichas células (cilios que permiten mover el moco para limpiar las vías respiratorias).
La bacteria es muy “pegajosa” y se adhiere fuertemente con varios factores adherentes (entre ellos, fimbrias, hemaglutinina filamentosa y pertactina). Con su actividad la bacteria destruye las células de la superficie mucosa del aparato respiratorio, lo que genera la irritación y la tos insufrible. Además, la bacteria produce una toxina, la toxina de la tosferina, que provoca los síntomas generales.
La tosferina mataba, y sigue matando a muchos donde no hay sistema sanitario de cobertura pública y sobreabundan la pobreza, el hambre y las malas condiciones de vida. En los países desarrollados la tosferina es una infección frecuente y leve que
provoca tos muy molesta y que se puede tratar con antibióticos. Sin embargo, la tosferina puede matar, especialmente a los niños pequeños, menores de un año y sobre todo a los menores de dos meses, en los que ya no quedan anticuerpos (defensas) que le pasó la madre, todavía no han sido vacunados y tienen un inmaduro sistema inmunitario para defenderse de la infección.
La infección produce inmunidad natural, pero no dura más allá de 4 a 20 años, aunque se ve reforzada por el continuo contacto con la bacteria, que sólo vive en los humanos.
Vacuna contra la tosferina
En 1906 se descubrió la bacteria que causa la tosferina y en 1929 se empleó con éxito y por primera vez una vacuna durante una epidemia en las islas Faroe, de Dinamarca. Desde entonces, las mejoras de las condiciones de vida, la vacuna y los antibióticos han logrado reducir pero no acabar con la tosferina.
Tras una “luna de miel” por la eficacia temporal de la vacuna, la tosferina ha vuelto y es una enfermedad cada vez más frecuente, pues la vacuna provoca inmunidad pero sólo durante 4 años (un máximo ocasional de 12 años). Es una vacuna necesaria que, como norma se pone en cinco dosis, entre los dos meses y los seis años de edad.
Además, es una vacuna que no existe independientemente; es decir, no existe sola pues va en la triple bacteriana (tosferina, tétanos y difteria).
Llevamos más de cien años estudiando la bacteria de la tosferina, la enfermedad y la vacuna y sin embargo 1: no se conocen a fondo los mecanismos de la inmunidad humana a la tosferina, 2: no existe una vacuna satisfactoria y 3: no hay una explicación sensata y útil para los brotes que se producen en poblaciones bien vacunadas en los países desarrollados.
Como concluyen los autores de estos tres puntos decepcionantes, se precisa una nueva vacuna que induzca altos y persistentes niveles de anticuerpos, disminuya la frecuencia y gravedad de los casos, tenga efectos adversosraros y leves, y al tiempo disminuya la circulación de la bacteria en los vacunados.
En España se recomienda la vacunación de la embarazada “a partir de la semana 27 de embarazo, pero preferiblemente en la semana 27 o 28″.
Posteriormente, el bebé recibe dos dosis, a los 2 y 4 meses de vida, una primera dosis de recuerdo a los 11 meses y otra a los 6 años. Dada la escasa persistencia de la inmunidad, ya señalada, en Asturias, además, se añade al calendario otro recuerdo a los 13 años.
Sabemos que los brotes de tosferina en los países desarrollados no tienen que ver con los “antivacunas”.
Para asombro de quienes creen en el poder omnímodo de las vacunas, los brotes de tosferina están siendo muy frecuentes en poblaciones bien vacunadas y en países desarrollados, como en Canadá, España, Estados Unidos, Francia y Reino Unido. En España el peor año fue 2011 con 3.281 casos en total, siendo los brotes de mayor entidad en Canarias, Cataluña y el País Vasco. En Cataluña, entre 2080 y 2012, hubo 13 muertos por tosferina y de ellos 9 fueron menores de un año. En 2023 fueron diagnosticados un total de 2.560 casos, con 111 hospitalizaciones. Desde el 1 de enero de 2024 hasta la fecha, según el último Boletín Epidemiológico Semanal, han contraído la enfermedad 5.242 personas.
Sabemos que estos brotes y epidemias no están relacionados con los que piden libertad de vacunación, o simplemente tienen “duda vacunal” sino, entre otros muchos factores, con la defectuosa vacuna y con los erróneos calendarios vacunales.
Pero, desde luego, lo fácil es cargar las culpas en los antivacunas, como hizo un genetista en Forbes (una revista de negocios) en un artículo cuyo título lo decía todo:“Anti-vaccine movement causes the worst whooping cough epidemic in 70 years” (“El movimiento antivacunas provoca la peor epidemia de tosferina en 70 años”), al referirse a los múltiples brotes en 2012 en Estados Unidos.
Tal genetista como mínimo era un ignorante, y probablemente tenía intereses más allá de los científicos con las industrias de vacunas.
La mayoría de los casos de tosferina se dan en pacientes correctamente vacunados contra la tosferina.
Lo peor fue que un pediatra español copiase literalmente el comentario del genetista ignorante e interesado, y titulase su comentario como “Tosferina, movimientos antivacunas y el triunfo de la ignorancia”, en un blog/bitácora llamado irónicamente “Pediatría Basada en Pruebas”, y concluyera con “El triunfo de los movimientos antivacunas es el triunfo de la ignorancia pseudocientífica. El triunfo de la superchería, de la conspiranoia y de la inconsciencia pseudoilustrada”. En este caso no cabe dudas, es “Pediatría Basada en la Palabrería”.
Sobre la vacuna de la tosferina, puntos clave
Si los habituales “chivos expiatorios” no tienen que ver con los brotes de tosferina, ¿qué falla? Son múltiples los factores, recogidos en “Coping Strategies for Pertussis Resurgence”.
En síntesis:
- La vacuna de la tosferina tiene dos presentaciones, una “entera”, contra todo el bacilo y otra “acelular”.
- La vacuna “entera” contiene todos los componentes de la bacteria pues se obtiene de bacterias muertas pero íntegras mientras que la vacuna “acelular” contiene sólo algunos componentes, entre ellos el toxoide, que provoca anticuerpos contra la toxina, y varios factores de adhesión (fimbrias, hemaglutinina filamentosa, pertactina y a veces otros) cuyo objetivo es mejorar la respuesta celular y evitar la “pegajosidad” de la bacteria.
- La vacuna “entera” se ha dejado de utilizar en los países desarrollados por sus efectos adversos (convulsiones febriles, lloro persiste y ocasionales episodios de hipotonía), pues provoca gran reacción local y general, más intensa con las revacunaciones (por ello muchos niños y padres incumplían el calendario).
- La vacuna “acelular” se empleó por primera vez en Japón en 1981, y en España se introdujo en 1995. Se atribuyó la misma eficacia a ambas vacunas, pero posteriormente se descubrió que la inmunidad de la vacuna “acelular” era mucho menor que la de la vacuna “entera”.
- No se entiende bien la respuesta humana a la vacuna de la tosferina de forma que, por ejemplo, la re-vacunación en los adultos no disminuye la adhesión de la bacteria y en algunos casos puede incluso incrementarla y favorecer la contagiosidad.
- La bacteria ha evolucionado bajo la presión de la vacuna. La vacuna “entera” produce una respuesta inmunitaria más variada y la “acelular” provoca una respuesta más específica, lo que parece facilita las mutaciones bacterianas. Para valorar el impacto de dichas mutaciones hay que tener en cuenta, pues, el tipo de vacuna, pero también los calendarios vacunales, la cobertura en la población e incluso la forma de pago a los médicos que deben vacunar (en Estados Unidos, por ejemplo, la cobertura de revacunación en embarazadas es muy baja pues depende de obstetras y ginecólogos pagados por acto; lo contrario se ve en el Reino Unido, donde la tasa es alta pues vacunan los médicos generales pagados por capitación) (9,10).
- Hay nuevas cepas en, por ejemplo, Australia, Canadá, Francia, España, Estados Unidos, Finlandia, Suecia y otros muchos países (11, 12) . Se ha comprobado que hay cepas cada vez más frecuentes que carecen de pertactina, lo que parece darles ventajas evolutivas y
facilitar la infección en los vacunados (13,14) . - La vacuna “acelular” produce una inmunidad que dura entre 4 y 12 años, durante los cuales hay una “luna de miel” pues decrece en mucho el número de casos de tosferina si se vacuna a toda la población infantil.
- Al cabo de los años, la tosferina emerge en los adolescentes y jóvenes, que la contagian a sus madres y a los bebés. Incluso en los adolescentes bien vacunados y revacunados, la eficacia es muy baja pues a los cinco años de la última dosis protege a menos de la mitad
(42%) (15, 16). - Los brotes de tosferina en los países desarrollados no se deben a los “antivacunas” sino que tiene origen multifactorial e incluye el fallo de la vacuna y de los calendarios vacunales, la selección forzada por la vacuna de nuevas cepas de bacteria, el efecto de la propia vacuna al disminuir la re-infección natural y otros muchas causas, incluyendo nuestra ignorancia para enfrentarnos a la bacteria y a la epidemiología de la enfermedad (17, 18, 19, 20).
- Para evitar la re-emergencia de la tosferina y las muertes por la misma se ha recomendado vacunar al bebé justo tras el parto, revacunar a jóvenes y adultos cada diez años, revacunar a los que están en relación con bebés como familiares y amigos de la famila, revacunar a la embarazada y revacunar a los profesionales sanitarios (21, 22, 23, 24, 25). Esta estrategia del “nido” (revacunar antes del parto al entorno de familiares y amigos de la familia del recién nacido) puede ser incluso perjudicial pues se ha demostrado que no disminuye las muertes de bebés y se asocia a más ingresos graves de
los mismos (26) (su falta de eficacia se ha demostrado también con modelos matemáticos (27). - Puesto que no hay vacuna contra la tosferina monocomponente hay que revacunar contra otras enfermedades como difteria y tétanos, con los consiguientes abusos y daños.
- Se demostró en babuinos que la vacunación de la madre evitaba el desarrollo de la enfermedad en la cría recién nacida, aunque se la contagiese a propósito y creciese la bacteria en su mucosa respiratoria (28) . En este modelo animal también se demostró el éxito de la vacunación al nacer (29). En humanos, los resultados corroboran los beneficios de la vacunación temprana de la mujer al final del embarazo (30) y también la del bebé justo al nacer y antes de las 6 semanas pues incrementa la inmunidad y disminuye el número de muertes de bebés infectados (31).
- El revacunar a la embarazada hay que hacerlo muy al final del embarazo, en torno a la semana 34, para que pasen a través de la placenta los suficientes anticuerpos pues después desaparecen muy rápidamente en el bebé (tienen una vida media de 36 días) (32).
- Se empezó a estudiar la eficacia y seguridad de esta recomendación de revacunar a la embarazada cuando ya se había implantado como norma en 2012 y 2013, lo que fue insensato. Por suerte, los datos de 2014 y 2015 indicaron que la revacunación en la embarazada era eficaz y no era perjudicial ni para la madre ni para el bebé (33 , 34) y ya desde 2022 se adoptó como norma por su eficacia y seguridad (35). Como problema, que tal inmunidad pasiva dificulte la respuesta del bebé a las primeras dosis de la propia vacuna (36).
- Dada la persistencia de una vacuna ineficiente, la mujer se ha convertido en un vientre y se la oprime “por el bien de su hijo”, en lugar de resolver con una mejor vacuna el problema de raíz 37 . Es más irónico cuando, como hemos señalado, ni siquiera se puede utilizar la vacuna de la tosferina aislada; es decir, ni se mejora la vacuna ni se mejora su presentación.
- La actual vacuna de la tosferina no produce inmunidad de grupo (parece que, como hemos señalado, incluso puede ayudar a seleccionar cepas más agresivas del bacilo y a incrementar su “pegajosidad” y por tanto el contagio de otros no vacunados) (38, 39).
- Como hemos citado, la actual vacuna de la tosferina es muy poco efectiva. Por ello necesitamos mejores calendarios y estrategias que optimicen su baja inmunogenidad.
Síntesis
La tosferina es un problema mundial y hemos tenido décadas de “luna de miel” para prepararnos contra su resurgir. Como en el caso de la difteria, no aprendemos las lecciones de salud pública que se derivan de los brotes epidémicos (40, 41) y cargamos contra los “antivacunas” con la misma facilidad e irracionalidad que en la Edad Media se cargaba contra los judíos.
En puridad y en los países desarrollados, los brotes de tosferina con sus casos de enfermedad y muerte son consecuencia de la irracionalidad de los aprendices de brujo de los “provacunas” al servicio de los intereses industriales y en contra de la mejor salud de individuos y poblaciones.
Necesitamos nueva vacuna contra la tosferina que evite la vía inyectable, provoque la formación de anticuerpos para toda la vida, tenga pocos efectos adversos y de poca intensidad, y disminuya al tiempo la gravedad de la enfermedad y su contagio. Es urgente el resolver el problema de una vacuna eficaz contra la tosferina (42, 43, 44). Mientras tanto, y como mal menor, habría que:
1- mantener el calendario vacunal actual y valorar el adelanto de la primera dosis a las seis semanas de edad y el añadir la re-vacunación de los adolescentes,
2-promover y mantener la re-vacunación de la mujer al final del tercer trimestre del
embarazo,
3- revacunar adecuadamente a los profesionales sanitarios de áreas de trabajo en contacto con bebés y 4/ mejorar los estudios epidemiológicos sobre la tosferina para entender la causalidad de los brotes actuales, fomentar la investigación sobre la inmunidad humana a la bacteria, realizar ensayos clínicos respecto a las propuestas de cambios en el calendario vacunal e intensificar los estudios de seguridad de la vacuna,
especialmente en embarazadas.
4. http://www.forbes.com/sites/stevensalzberg/2012/07/23/anti-vaccine-movement-causes-the-worst-whooping-cough-epidemic-in-70-years/
5. https://www.pediatriabasadaenpruebas.com/2012/08/tosferina-movimientos-antivacunas-y-el.html
6. https://www.mdpi.com/2076-393X/11/5/889
7. http://iai.asm.org/content/68/12/7175.full.pdf+html
8. http://www.pnas.org/content/111/2/787.abstract
9. http://informahealthcare.com/doi/abs/10.1586/14760584.2014.932254
10. http://cid.oxfordjournals.org/content/early/2014/11/17/cid.ciu823.extract
11. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3910938/
12. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4365279/
13. http://cid.oxfordjournals.org/content/60/2/223.full
14. https://wwwnc.cdc.gov/eid/article/27/6/20-3850_article
15. http://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMoa1200850
16. http://jid.oxfordjournals.org/content/210/6/942.short
17. http://archpedi.jamanetwork.com/article.aspx?articleid=1148391
18. http://journals.plos.org/ploscompbiol/article?id=10.1371/journal.pcbi.1004138
19. http://www.bbc.com/news/uk-20080472
20. http://pediatrics.aappublications.org/content/135/6/1130.extract
21. http://centerforvaccineethicsandpolicy.net/2014/07/19/editorial-preventing-pertussis/
22. http://jid.oxfordjournals.org/content/209/suppl_1/S32.full
23. http://www.elsevier.es/es-revista-enfermedades-infecciosas-microbiologia-clinica-28-articulo-tos-ferina-espana-situacion-epidemiologica-90197042
25. http://www.tandfonline.com/doi/abs/10.4161/hv.34364
26. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/24992123
27. http://www.santafe.edu/media/workingpapers/14-03-002.pdf
28. http://jid.oxfordjournals.org/content/early/2014/03/25/infdis.jiu090
29. http://www.fda.gov/BiologicsBloodVaccines/ScienceResearch/ucm387180.htm
30. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31054089/
31. http://pediatrics.aappublications.org/content/135/6/990.abstract
32. http://cid.oxfordjournals.org/content/56/4/539.full.pdf+html
33. http://jama.jamanetwork.com/article.aspx?articleid=1866102
34. http://www.bmj.com/content/349/bmj.g4219
35. https://www.mdpi.com/2076-393X/10/12/1990
36. https://www.nature.com/articles/s41467-024-44943-7
38. http://iai.asm.org/content/68/12/7175.full.pdf+html
39. http://www.pnas.org/content/111/2/787.abstract
40 http://equipocesca.org/difteria-lecciones-de-una-crisis-de-salud-publica-espana-junio-2015/
41 http://www.nogracias.eu/2015/06/05/editorial-nogracias-vacunas-no-todas-son-iguales/
42 http://mbio.asm.org/content/5/3/e01339-14.full
43 http://iai.asm.org/content/68/12/7175.full.pdf+html
44 http://www.pnas.org/content/111/9/3213