Ucrania, entre el estancamiento y la consolidación de las conquistas rusas

08 de Noviembre de 2023
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Misiles estallando en el fente ucraniano.
Misiles estallando en el fente ucraniano.

Mientras los frentes aparecen sin grandes novedades sobre el terreno y sin avances destacables, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, asegura que la situación militar no está “estancada”, aunque sin aportar datos de las supuestas conquistas ucranianas e intensificando los esfuerzos diplomáticos para asegurarse los apoyos de la Unión Europea (UE) y los Estados Unidos, sus principales patrocinadores en armas y ayudas económicas. Existe el temor en las filas ucranianas a que sus aliados se acaben cansando tras veinte meses de guerra y que el mismo se traduzca en un menor envío de los tan necesitados pertrechos militares.

Además, en los Estados Unidos comienza a reinar el cansancio y son ya muchas las voces dentro de los republicanos que claman para que su ejecutivo disminuya su apoyo a Ucrania, tanto en armas como en ayuda económica directa. El candidato republicano Donald Trump, cada vez con más opciones de llegar de nuevo a la Casa Blanca, ha llegado a decir que resolvería esta guerra en “veinticuatro horas” y dada su cercanía con el presidente ruso, Vladimir Putin, es fácil imaginar como lo haría: exigiendo a Ucrania ingentes sacrificios territoriales y dando por cumplidas las exigencias rusas sobre cuatro provincias de este país y la península de Crimea.

Luego la crisis de Gaza, que comenzó tras el ataque terrorista de Hamás contra Israel, ha puesto el prisma internacional de nuevo en esta conflictiva zona del mundo y ahora casi todos los esfuerzos diplomáticos de la UE y los Estados Unidos confluyen ahí para evitar una escalada mayor en la guerra y que la misma degenere en una crisis regional de mayor calado, en la que se vean implicados el Líbano -secuestrado desde hace lustros por Hezbolá-, Irán y Siria. Ahora, a pesar de que la guerra en Ucrania sigue con toda su crudeza y virulencia, las miradas del mundo están puestas en Gaza y las consecuencias finales de esta crisis todavía inconclusa.

En lo que se refiere a la guerra propiamente dicha, el Institute Study of the War -un think tank norteamericano- asegura que las fuerzas ucranianas siguen con "las operaciones ofensivas cerca de Bajmut y logran avances confirmados en el óblast occidental de Zaporiyia y en la orilla este (izquierda) del óblast de Jersón". Esta misma fuente afirma que las fuerzas rusas han llevado a cabo "operaciones ofensivas a lo largo de la línea Kupyansk-Svatove-Kreminna, cerca de Bajmut, cerca de Avdiivka, al oeste y suroeste de la ciudad de Donetsk, en la zona fronteriza del óblast de Donetsk-Zaporiyia y en el óblast de Zaporiyia occidental y han avanzado en algunas áreas".

Guerra de desgaste sin avances

Está claro a estas alturas de la guerra de Ucrania que las fuerzas ucranianas muestran pocos avances en lo que atañe a la recuperación de territorios ocupados por los rusos y que los objetivos estratégicos iniciales de la tan cacareada contraofensiva no se han conseguido por ahora. Ni ha habido grandes conquistas, ni por supuesto han caído en sus manos las provincias “rebeldes” de Donetsk y Lugansk, y tampoco se ha logrado romper la línea defensiva rusas que tendrían la clave para poder avanzar hacia el mar Azov, recuperar los puertos perdidos en la costa del mismo e impedir la circulación de las tropas rusas desde el Donbass hasta Crimea. Para lograr ese objetivo, las fuerzas ucranianas han lanzado duros ataques, seguramente con centenares de bajas, y han intentando conquistar la ciudad de Melitrópol, pero dada la lentitud de los avances el objetivo no se ha materializado y la ciudad se halla a 70 kilómetros del frente ucraniano, una distancia al día de hoy que parece casi inalcanzable. Los rusos resisten ferozmente y su artillería machaca sistemáticamente a las fuerzas ucranianas, lo que merma la capacidad ofensiva de Kiev.

Por ahora, el terreno reconquistado a los rusos, a costa de un gran número de bajas propias, es muy poco significativo. “Ciertos cálculos señalan que, en conjunto, los ucranianos habrían recuperado entre 200 y 300 kilómetros cuadrados hasta el momento, lo que convierte su avance en anecdótico. Además, no sabemos hasta cuánto más van a poder profundizar”, explicaba el teniente general del Ejército de Tierra en la reserva, Francisco Gan Pampols, en una reciente entrevista al periódico La Vanguardia.

La ofensiva no progresa y, además, se están malgastando hombres y materiales, mientras el “general invierno” está a la vuelta de la esquina. Como recuerda el teniente general Gan Pampols, en poco más de 20 o 30 días se iniciará el periodo de lluvias, lo que dificultará grandemente el desplazamiento de unidades. “El escenario se embarrará primero y, después, se congelará. Ya lo hemos visto antes”, comentaba a La Vanguardia este experimentado militar en operaciones internacionales.

Los rusos han aprendido las lecciones de esta guerra y muestran una gran capacidad operativa para mostrar resistencia hasta en las más duras condiciones, mientras los ucranianos, que son los que están atacando ahora, se están llevando la peor parte y tienen en sus filas muchas más bajas que sus enemigos. “Los 800 kilómetros de fortificaciones que Rusia ha levantado en el último año están dando frutos. Las tropas ucranianas han tenido que hacer frente a un paisaje que no se veía desde la Segunda Guerra Mundial: trincheras profundas y conectadas a través de túneles, campos totalmente minados, múltiples posiciones de tiro bien blindadas y un ejército, el ruso, que ha podido reconstituirse y que sigue bien armado”, escribía el periodista Frances Millan en el diario Ara.

En este contexto tan adverso para los ucranianos, ¿cómo puede evolucionar la guerra? La guerra avanza muy lentamente, tal como reconoció el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y las fuerzas ucranianas apenas avanzan 100 metros al día, un avance pírrico.

En este contexto, ya inmersos en una guerra de desgaste en que los dos bandos pierden hombres y capacidad operativa para lograr más avances, Rusia aparece como la principal beneficiada porque se ha preparado para una guerra de larga duración y sus fuerzas, que son mayores en número de hombres, armamento y con el elemento añadido de sus capacidades nucleares, están en mejor posición de resistir que las de Ucrania. Por ahora, Rusia está cumpliendo sus hitos estratégicos como es integrar y mantener los territorios rusófonos, de los que le faltan solo unos pocos, y Ucrania está en unas condiciones mucho peores para enfrentar una guerra que se antoja larga, costosa en términos humanos y en sufrimiento para su pueblo y con pocas posibilidades de ganarla de una forma absoluta.

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