La dimision de la mitad de la Direccion de Vox en Cantabria no es una buena noticia para el partido de Santiago Abascal. La renuncia de cuatro miembros importantes, incluyendo el concejal de Santander, Guillermo Pérez-Cosío, el vicepresidente, el secretario y el gerente, a menos de un mes y medio de las elecciones municipales y autonómicas, sugiere que algo no va bien dentro del partido.
Según los dimisionarios, la razón de su dimisión es la "falta de respeto y de cumplimiento a los acuerdos" por parte del partido. Estos acuerdos no se refieren sólo a la elaboración de las candidaturas para las elecciones, sino que se vienen sucediendo desde octubre del año pasado.
Los acuerdos y la confianza son fundamentales en cualquier organización, y si no se cumplen, la relación se deteriora. Estas dimisiones sugieren una falta de cohesión y estabilidad en Vox. Aunque desde la dirección del partido no han confirmado las dimisiones, la respuesta evasiva no deja de ser una maniobra de Abascal para minimizar los daños.
División interna en Vox desde el espectáculo de Tamames en la Moción de Censura
Vox ha estado en el centro de atención desde que lideró una moción de censura contra el Gobierno de Sánchez en marzo de 2023. Sin embargo, la moción no prosperó y Vox se enfrenta ahora a una difícil situación en la que su imagen y popularidad han sido seriamente dañadas.
La moción de censura liderada por Ramón Tamames recibió únicamente el apoyo de Vox y,la consecuencia inmediata de este fracaso ha sido el desgaste de la imagen del partido de Santiago Abascal al que le ha salido mal la maniobra política que tenía como único objetivo ganar notoriedad y votos, sin tener en cuenta las verdaderas necesidades de los ciudadanos.
La fracasada moción de censura también ha provocado una división interna en Vox, con algunos miembros de la dirección y la militancia expresando su descontento con la estrategia de Abascal, Tamames y su equipo. La división en el partido podría tener consecuencias a medio plazo en la organización y el liderazgo de la formación de ultraderecha,la moción de censura ha debilitado su posición y posiblemente desgastará su capacidad para estabilizarse como una fuerza política relevante.
Además, Vox se enfrenta ahora a un reto importante: conseguir que los ciudadanos confíen en su capacidad para gobernar, algo que parece difícil. El fiasco de la moción de censura ha demostrado que Vox no cuenta con apoyos, cosa que podría dificultar su capacidad para formar alianzas políticas y conseguir el poder en el futuro.