El Museo del Prado tiene el honor de acoger, por primera vez en sus colecciones, una obra de Giulio Clovio, considerado el mejor miniaturista e iluminador del Renacimiento. Se trata de Cristo Resucitado, una pieza de gran valor que, tras más de 450 años de existencia, puede ser admirada por el público en la sala 49 del edificio Villanueva. Esta obra ha sido donada por la generosidad de Pilar Conde Gutiérrez del Álamo, a través de la organización American Friends of the Prado Museum. La donación, realizada en 2019, culminó en la incorporación oficial de la obra al Museo a finales del pasado año.
La pieza, que data de alrededor de 1550, es una representación de Cristo Resucitado, inspirada en un modelo escultórico de Miguel Ángel que se conserva en la iglesia Santa Maria Sopra Minerva de Roma. Se sabe que Clovio recibió el encargo probablemente del cardenal Alessandro Farnesio, quien fue una de sus grandes figuras de apoyo en la Roma renacentista. Este trabajo destaca por la sutileza de su técnica, que refleja la maestría del pintor italiano, capaz de fusionar la miniatura con los grandes maestros de la época.
Giulio Clovio
Giulio Clovio, reconocido por su destreza en la miniatura, era capaz de utilizar el color mediante pequeñas pinceladas que, al unirse, formaban una textura semejante a una "nevada que cae sobre la pintura", tal y como describió su contemporáneo Francisco de Holanda. Esta particularidad técnica, que se aleja de la tradición medieval, le permitió a Clovio crear obras que no solo se limitaban a la decoración de libros, sino que se acercaban más a la concepción de un cuadro, lo que ampliaba el horizonte de la miniatura renacentista.
La figura de Clovio fue enormemente influyente, y su relación con otros grandes artistas de la época como El Greco, quien fue introducido al círculo del cardenal Farnesio por el propio Clovio, contribuyó a su fama. De hecho, en España, desde los tiempos de Carlos V, el pintor italiano fue altamente admirado, y Felipe II poseía varias de sus miniaturas, que con el paso del tiempo se dispersaron por colecciones francesas tras la Guerra de Independencia.
El Museo del Prado, tras más de cuatro siglos sin tener ninguna obra de Clovio en sus colecciones, se enorgullece ahora de poder mostrar Cristo Resucitado, una pieza única que refuerza la importancia histórica del artista en la historia del Renacimiento. Miguel Falomir, director del Museo, ha destacado la calidad y singularidad de la obra, calificándola como una verdadera joya del Renacimiento, y agradeciendo profundamente tanto a Pilar Conde como a American Friends of the Prado Museum por hacer posible esta donación.
"Esta obra tiene una significación enorme, no solo por su calidad artística, sino también por su vinculación con España", comentó Falomir. La pieza de Clovio aporta una nueva capa a la colección del Prado, fortaleciendo el lazo entre el arte renacentista italiano y la tradición española que perdura hasta el día de hoy. El director del Museo recordó que hasta ahora solo se conservaba en España una obra del miniaturista: la Sagrada Familia con Santa Isabel y San Juanito, que se encuentra en el Museo Lázaro Galdiano de Madrid.
La benefactora
Pilar Conde Gutiérrez del Álamo, la benefactora que donó la obra a la institución, se mostró encantada de haber podido contribuir a enriquecer las colecciones del Prado. "Es un orgullo ver que esta pieza, que ha estado durante tanto tiempo en una colección privada, ahora forma parte de uno de los museos más prestigiosos del mundo", afirmó. Su generosidad ha hecho posible que Cristo Resucitado se exhiba en un espacio de gran relevancia cultural, permitiendo que los visitantes puedan admirar de cerca una de las obras más significativas de Clovio.
Por su parte, Christina Simmons, directora ejecutiva de American Friends of the Prado Museum, también expresó su gratitud por la colaboración y el apoyo de Pilar Conde. "Nuestra misión es fomentar el mecenazgo para el Prado y estamos muy agradecidos por la donación de esta obra maestra. Es un honor haber podido ayudar a hacerla posible", comentó Simmons.
La exposición de Cristo Resucitado no solo es una oportunidad para admirar la habilidad de Clovio como miniaturista, sino que también es una ventana al Renacimiento italiano y su influencia en la península ibérica. En el Museo del Prado, los visitantes podrán apreciar la complejidad técnica y la belleza singular de esta obra, que además tiene un significado simbólico en el contexto de la tradición cristiana y renacentista.
Con esta adición a las colecciones del Prado, se reafirma el legado de Giulio Clovio como uno de los grandes artistas del Renacimiento, cuya obra trasciende el tiempo y sigue fascinando a quienes tienen la oportunidad de contemplarla.