Sinner sabía que iba a perder y Alcaraz sabía que iba a ganar. Esa era la sensación que transmitían ambos antes de que comenzase la final del Open de Beijing. Y así lo escribí en la libreta que siempre llevo conmigo cuando veo un partido de tenis o una carrera de Fórmula1.
Qué listo yo, ¡já! ¿Sinner sabía que iba a perder, Alcaraz que iba a ganar? Dos veces ¡já! (y acentuando bien claro la “a” aunque la interjección sea monosílabo).
Pero sí. Aunque no. Tres horas y veinte de partido. Podía haber ganado cualquiera de los dos un montón de veces. En su anterior enfrentamiento -Roland Garros, semifinales- el partido duró sólo una hora más (y eso que era un Grand Slam).
El primer set de la final de Beijing lo tenía ganado Alcaraz. Volví a acordarme de lo listo e intuitivo que soy, y -disciplente- miré la frase que había escrito en mi libreta.
Alcaraz tuvo nada menos que tres bolas de set en la primera manga, dos con su servicio. Pero no. No fue capaz. Y Sinner, aunque sabía que iba a perder (insisto), empezó a pensar que tal vez se había equivocado, que Alcaraz no era para tanto, que si tenía un día muy bueno: imposible ganarle, pero que si el día no era tan bueno…
“Si el día no es tan bueno le voy a ganar”, se jaleó Sinner.
Y casi lo consigue. Iba con ventaja al final del segundo set, que parecía iba a ser definitivo, pero -¡de eso nada, monada!-, “soy Carlos Alcaraz y sé que voy a ganar este partido”.
El segundo set cayó hacia el lado del Mito del Palmar. Y el tercero iba por el mismo camino. ¡Qué pedazo de tercer set hemos visto hoy! Lo tenía ganado Alcaraz, pero Sinner despierta, se cuenta a sí mismo que es una tontería creer que va a perder, y recupera la ventaja que le llevaba Don Charly y se pone por delante. Juegos larguísimos: ahora gano yo, ahora ganas tú, ahora nos morimos los dos y a todo el público le da un ataque cardiaco… ¡empate a seis juegos!
Segundo tie break de la jornada. Pero aquí sí que parece sentenciado el duelo en las tres primeras bolas. Sinner, Jannik Sinner, gana 3-0. Y sirve él. Se acabó.
Se acabó. ¿O se acabará dentro de siete puntos? Los siete puntos que gana Alcaraz seguidos en el tie break, los dos primeros sacando Sinner.
Qué partidazo. Sinner sabía que iba a perder, Carlitos que iba a ganar…. pero el resto del mundo no sabíamos nada. China entera ovacionando al gran Carlos Alcaraz. Y nosotros más agotados que si hubiéramos jugado en la pista la final; aunque también igual de felices que el joven señor Alcaraz.
Tigre Tigre.