Los datos hablan por sí solos, pero lo que hay detrás de ellos son historias rotas, familias destrozadas y un sistema que sigue fallando a quienes levantan cada día la economía de la Comunidad de Madrid. En lo que va de año, 44 personas han perdido la vida mientras trabajaban en la región. Solo en junio fueron cinco, cuatro en el sector de la construcción y uno en la industria. Ninguno de estos accidentes fue "in itinere", es decir, de camino al trabajo: todos ocurrieron durante la jornada laboral.
El número total de accidentes laborales en junio asciende a 7.579, un 17,7% más que el mismo mes del año pasado. De ellos, 6.289 ocurrieron durante la jornada y 1.290 de camino al trabajo. Estos datos suponen no solo un repunte alarmante, sino una llamada de atención que, según los sindicatos, sigue sin obtener respuesta por parte de las administraciones.
Las patologías invisibles que matan
Uno de los aspectos más preocupantes es el aumento de las muertes provocadas por lo que se conocen como Patologías No Traumáticas (PNT): infartos, derrames cerebrales y otros colapsos físicos que no son consecuencia de un golpe, pero que sí están vinculados al esfuerzo laboral o las condiciones extremas. Este tipo de patologías han causado ya 22 muertes en 2025 solo en Madrid, lo que las convierte en la principal causa de fallecimiento en el trabajo.
Pedro Fuentes, secretario de Salud Laboral y Medioambiente de UGT Madrid insiste en que estas dolencias deben ser reconocidas oficialmente como enfermedades profesionales, ya que de lo contrario no se toman medidas para prevenirlas. “Lo que no se ve, no se previene”, denuncian. La falta de reconocimiento institucional y empresarial lleva a que estos casos se invisibilicen, y a que las víctimas se conviertan en simples estadísticas.
Altas temperaturas y baja protección
El mes de junio también ha estado marcado por temperaturas extremas. El sindicato recuerda que el Real Decreto-ley 4/2023, aprobado el año pasado, obliga a adaptar las condiciones de trabajo en caso de alertas meteorológicas, especialmente al aire libre. Sin embargo, denuncian que estas medidas no se están cumpliendo, y que los controles por parte de la Inspección de Trabajo siguen siendo insuficientes.
En situaciones de alerta naranja o roja por calor, las empresas deben modificar o incluso reducir las jornadas si no se puede garantizar la seguridad de los trabajadores. Esto, sin embargo, rara vez se lleva a cabo, según UGT, que pide más vigilancia, más recursos y más sanciones para quienes incumplen.
La prevención, una asignatura pendiente
La ley de Prevención de Riesgos Laborales, en vigor desde 1995, no ha logrado integrarse de forma real en la cultura empresarial. Según los sindicatos, muchas empresas siguen viendo la prevención como un gasto y no como una inversión. En el caso concreto de Madrid, el Instituto Regional de Seguridad y Salud en el Trabajo y la Inspección de Trabajo y Seguridad Social no cuentan con los medios ni con el personal necesario para garantizar una protección efectiva.
“Los datos son inasumibles, pero lo más grave es que detrás de cada número hay una vida truncada”, explica Pedro Fuentes Tejero, secretario de Salud Laboral y Medioambiente de UGT Madrid. “No podemos permitir que morir por trabajar se normalice”.
Un problema estructural y político
CCOO y UGT coinciden en señalar que la elevada siniestralidad laboral en Madrid no es solo un problema de empresas concretas, sino una cuestión estructural que necesita voluntad política para cambiarse. Exigen al Gobierno regional que actúe con urgencia y seriedad para frenar esta sangría laboral. Piden más inversión en prevención, campañas de concienciación y formación para las plantillas, además de inspecciones reales y no meramente simbólicas.
"Porque cada accidente mortal no es un hecho inevitable ni un mal menor. Es una muestra de que, en pleno 2025, trabajar en Madrid todavía puede costarte la vida. Y eso, en una sociedad democrática, debería ser inaceptable", ha señalado Pedro Fuentes, secretario de Salud Laboral y Medioambiente de UGT Madrid