Esta mañana, el Ministerio de Trabajo y los principales sindicatos españoles, CCOO y UGT, han firmado un acuerdo que marcará un antes y un después en las condiciones laborales del país. La jornada laboral máxima legal pasará de las actuales 40 horas semanales a 37,5 horas, sin afectar los salarios. Este cambio, el primero de este calibre desde 1983, pretende mejorar la conciliación familiar, garantizar el bienestar laboral y redistribuir los beneficios de la productividad acumulada en las últimas décadas.
La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, calificó este acuerdo como “una victoria para la gente trabajadora”. Durante el acto de firma, acompañada por los líderes sindicales Unai Sordo (CCOO) y Pepe Álvarez (UGT), Díaz declaró: “Hoy empezamos a recuperar lo más valioso que tenemos: el tiempo”. Este acuerdo, fruto de once meses de intensas negociaciones, se ha cerrado sin el apoyo de la patronal CEOE, que ha rechazado frontalmente la medida.
Un cambio respaldado por datos
Según datos de la OCDE, entre 1990 y 2022, la productividad por hora trabajada en España aumentó un 30%, mientras que los salarios reales sólo crecieron un 11,5%. Los sindicatos argumentan que este desajuste justifica plenamente la reducción de la jornada laboral, que permitirá redistribuir los beneficios económicos acumulados durante décadas. Además, se pretende acabar con las desigualdades entre sectores como la hostelería, el comercio y la agricultura, donde se registran jornadas cercanas al límite legal actual.
Unai Sordo, secretario general de CCOO, destacó: “Este acuerdo no solo mejora las condiciones laborales, sino que también aborda la igualdad de género, ya que las jornadas más largas suelen afectar a sectores feminizados”. Por su parte, Pepe Álvarez de UGT aseguró que “la medida también es un paso hacia una sociedad más justa y equilibrada, permitiendo que los trabajadores disfruten de más tiempo libre sin sacrificar sus ingresos”.
Registro horario y derecho a la desconexión digital
El acuerdo también introduce una nueva regulación del registro horario. Las empresas estarán obligadas a implementar sistemas digitales fiables, trazables y accesibles que registren las horas trabajadas. Estas plataformas deberán estar disponibles para la Inspección de Trabajo y los representantes sindicales. Además, el derecho a la desconexión digital se refuerza: los empleados no estarán obligados a atender comunicaciones fuera de su horario laboral, y cualquier incumplimiento podrá ser sancionado.
“No es de recibo que en pleno siglo XXI podamos saber si hay agua en una piedra de Marte pero no podamos controlar las horas trabajadas”, ironizó Unai Sordo. Esta medida, junto con el endurecimiento de las sanciones —que podrán alcanzar los 10.000 euros por cada trabajador afectado—, busca garantizar que las empresas cumplan con la nueva normativa.
Resistencia de la patronal y futuro en el Parlamento
La CEOE ha rechazado participar en este acuerdo, calificándolo de “inviable y perjudicial para la competitividad empresarial”. Sin embargo, los sindicatos y el Gobierno han defendido que la medida es plenamente sostenible y que, de hecho, está en línea con tendencias internacionales.
El siguiente paso será la tramitación parlamentaria del acuerdo, donde el Gobierno necesitará asegurar apoyos suficientes para convertirlo en ley. Yolanda Díaz ha reconocido que “no será fácil”, especialmente ante la oposición de algunos grupos parlamentarios, pero confía en que “la mayoría de los partidos estarán del lado de la clase trabajadora”.
Impacto en el bienestar y la productividad
Los expertos coinciden en que la reducción de la jornada laboral puede tener un impacto positivo en el bienestar de los trabajadores y en su productividad. Estudios recientes muestran que una menor carga horaria se traduce en empleados más motivados y menos propensos al absentismo. Además, la medida podría fomentar la creación de empleo, ya que las empresas tendrán que contratar personal adicional para cubrir las horas reducidas.
“La jornada laboral de 37,5 horas no es el final del camino, sino el principio”, afirmó Pepe Álvarez, quien también subrayó que los sindicatos seguirán luchando por una reducción progresiva hacia las 32 horas semanales.
Una medida aplaudida por la ciudadanía
Según encuestas recientes, más del 70% de los españoles apoyan la reducción de la jornada laboral sin recorte salarial. Esta cifra refleja una demanda social ampliamente reconocida y que, tras años de reivindicaciones sindicales, finalmente se está convirtiendo en realidad.
El acuerdo firmado hoy marca un hito histórico en la legislación laboral española y, aunque el camino hacia su implementación definitiva podría enfrentar obstáculos, representa una victoria para la clase trabajadora y un avance hacia un modelo laboral más humano y equitativo.