Las semanas previas al cambio político en el país latinoamericano, tras el triunfo del actual presidente de Argentina, Javier Milei, no presagiaban buenas señales en cuanto a datos económicos y, muy concretamente, a la disparada inflación que el gobierno del excandidato oficialista Sergio Massa no pudo frenar ni en tiendas, ni en comercios ni en los mercados desde su cargo como ministro de Economía.
Sin duda, la inflación fue eje de los debates electorales entre los candidatos en los medios de comunicación pero también en las calles: los argentinos veían como en menos de un año los precios de los bienes habían subido más de 140 %.
En concreto, según datos publicados ayer martes al mediodía por la Dirección General de Estadística y Censos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en diciembre, el coste de vida solo en la capital argentina aumentó un 21,1%, la cifra más alta desde que se creó el registro en 2011. Si comparamos la inflación con el mes anterior, el incremento ascendió a 9,2 puntos porcentuales.
Si bien estas cifras se circunscriben a la capital del país, ponen ya en alerta que los datos a nivel nacional, que el Instituto Nacional de Estadística (INDEC) publicará este jueves, no estarán muy lejos : en Buenos Aires al cierre de 2023 se registró una suba acumulada de precios del 198,4%.
Desglose de aumentos
Según el estudio de precios difundido por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires , la inflación se disparó en alimentos y bebidasno alcohólicas, hasta llegar a un 30,4% mensual.
Y dentro de este apartado, las carnesy derivados superaron el 36,2%, el pan y los cereales el 32%, laleche, productos lácteos y huevos el 26,3%, el azúcar, repostería y postres un 30,6% y los refrescos un 34,1%.
El incremento en los precios de los combustibles y lubricantes para vehículos de uso particular se sitúa en el 30,4 % que, junto a la quita de los subsidios al transporte público por parte del nuevo gobierno de Milei, ha encarecido el precio de los billetes de bus y metro, afectando directamente a los sectores más vulnerables: los trabajadores, pensionistas y desempleados.
Y unos datos a tener en cuenta que reflejan la compleja situación que atraviesa el país sudamericano y que el anterior gobierno de Alberto Fernández y Cristina Fernández no fue capaz de resolver en cuatro años: en 2023, las mayores alzas en alimentos se registraron en los apartados Carnes y derivados con un 279,4%, Frutas con más de 257,8%, Azúcar, repostería y postres y un 256,1% más y, por último, Pan y cereales hasta llegar al 243,8%.
Sin embargo, el rubro quien se lleva la palma en incremento anual fue el de los electrodomésticos: 346,2%, sin duda, por su estrecha relación con el mercado de divisas extranjeras en cuanto a bienes electrónicos, informáticos y piezas de reparación producidas mayoritariamente fuera del país.
En búsqueda de respuestas
Algunos expertos señalan que el extraño “caso argentino” de la descontrolada inflación podría entenderse por la caída de los programas de congelamientos, controles y acuerdos de precios, impartida por el anterior gobierno, la devaluación del 54% del dólar oficial llevada a cabo el primer día hábil del presidente Javier Milei y el aumento de los combustibles, que encarece, en cualquier lugar del mundo, y Argentina no es la excepción, tanto los costes de producción como de logística y transporte.