En un panorama global marcado por las tensiones geopolíticas y los retos económicos post-pandemia, España se ha erigido como la mejor economía del mundo en 2024, según el análisis anual del prestigioso semanario británico The Economist. Este reconocimiento supone un hito histórico, especialmente porque la publicación ha sido tradicionalmente crítica con las economías del sur de Europa.
La evaluación se basa en cinco indicadores clave: el crecimiento del PIB real, los rendimientos bursátiles, la inflación subyacente, la evolución del empleo y los saldos fiscales. España encabeza el ranking gracias a su destacada recuperación económica, respaldada por una combinación de factores estructurales y coyunturales.
Un crecimiento que desafía expectativas
Desde 2022, el crecimiento acumulado del PIB español ha superado el 12%, dejando atrás a economías tradicionalmente más fuertes como las de Estados Unidos, Alemania o Francia. Este ascenso se debe a varios factores:
1. El boom del turismo: En 2024, el sector turístico aportará más de 200.000 millones de euros a la economía, equivalente al 13,2% del PIB. Aunque algunos analistas advierten que este crecimiento podría haber tocado techo, sigue siendo un motor clave.
2. La recuperación del empleo: España ha reducido el paro a niveles históricamente bajos, absorbiendo gran parte de la mano de obra ociosa tras la pandemia.
3. La inmigración como motor económico: Lejos de ser una carga, la llegada de trabajadores extranjeros ha impulsado el crecimiento del PIB al aportar dinamismo y diversificación al mercado laboral.
El cambio de paradigma económico
The Economist también destaca el cambio en los patrones de consumo. Durante la década de 2000, la economía española estaba excesivamente centrada en el sector inmobiliario y el crédito barato. Sin embargo, tras la crisis de 2008 y los ajustes estructurales posteriores, el modelo económico ha evolucionado hacia un enfoque más equilibrado, basado en exportaciones, consumo público e inversión productiva.
Hoy, el sector servicios lidera el crecimiento, con una fuerte contribución del turismo, la tecnología y las exportaciones. España no solo ha diversificado sus fuentes de ingreso, sino que también ha reducido su dependencia del crédito externo, convirtiéndose en un acreedor neto en el mercado internacional.
El reconocimiento de *The Economist* también tiene implicaciones políticas. La publicación británica, considerada una referencia para liberales y conservadores, ha desmontado los discursos que cuestionaban la capacidad de recuperación de España. De hecho, la conclusión del informe es rotunda: "La mejor economía de 2024 es la española".
Este respaldo también resalta un cambio en la percepción internacional de las economías mediterráneas, antes despectivamente denominadas *PIGS* (Portugal, Italia, Grecia y España). Curiosamente, tres de estas economías —España, Grecia e Italia— ocupan los primeros puestos del ranking, demostrando que las reformas estructurales y la adaptación a nuevos paradigmas pueden revertir narrativas negativas.
Factores clave del liderazgo
El Banco de España y organismos internacionales han identificado varios pilares que explican el éxito de la economía española:
- Recuperación post-pandemia: Aunque el PIB cayó un 10,8% en 2020, la recuperación fue rápida, con crecimientos del 6,4% en 2021 y 5,8% en 2022.
- Diversificación energética: La menor dependencia del gas ruso mitigó el impacto de la crisis energética en comparación con otros países europeos.
- Consumo público y demanda exterior: Ambos factores explican la mayor parte del crecimiento acumulado del PIB.
A pesar de los resultados positivos, algunos expertos advierten sobre posibles desafíos a medio plazo. Organismos como FUNCAS y BBVA Research han alertado sobre la saturación del turismo, un sector que ha sido clave pero que podría mostrar signos de agotamiento.
Asimismo, la inflación subyacente y los desequilibrios regionales siguen siendo aspectos a mejorar. Sin embargo, el informe de *The Economist* subraya que España tiene margen para seguir creciendo gracias a la inversión en tecnología, la mejora de la productividad y el aprovechamiento de los fondos europeos Next Generation.
Europa: contrastes en el rendimiento
Mientras España lidera, economías como Alemania y Reino Unido han mostrado un desempeño decepcionante. El estancamiento industrial en Alemania y los problemas estructurales del Reino Unido tras el Brexit destacan como factores que han lastrado su crecimiento.
Por otro lado, países como Irlanda, Dinamarca y Grecia también figuran en las primeras posiciones, lo que subraya el auge de las economías medianas y orientadas a servicios. Este cambio de tendencia podría redefinir el mapa económico europeo en los próximos años.
Una economía para el futuro
El éxito de España en 2024 no es un evento aislado, sino el resultado de un proceso de transformación económica que combina resiliencia, diversificación y adaptación. Con un mercado laboral en constante mejora, una inflación controlada y un modelo productivo más sostenible, el país está mejor preparado que nunca para enfrentar los retos del futuro.
Aunque persisten retos como la desigualdad y la necesidad de seguir fomentando la innovación, el reconocimiento de *The Economist* consolida la posición de España como un actor económico clave a nivel global. Este es un logro que, lejos de ser casualidad, refleja la capacidad de adaptación y superación de un país que, una vez más, demuestra que su economía es diferente y sorprendentemente eficaz.