Tras los seis primeros meses de vigencia, los efectos positivos de la reforma laboral son claros. Ha aumentado la estabilidad y la calidad del empleo, elevando el número de contratos. También ha incrementado los derechos y las condiciones de vida y empleo de las personas trabajadoras. Ha disminuido el desempleo, la precariedad, la desigualdad y los niveles de pobreza generados por las últimas reformas.
Una reforma laboral aprobada por consenso
Fue aprobada por consenso en el diálogo social a finales de 20211. Resulta un buen momento para realizar una primera evaluación que permita valorar la incidencia que está teniendo sobre las principales variables del mercado laboral.
Es, con diferencia, la reforma que ha tenido mejores resultados en los seis primeros meses de las últimas cuatro (2006, 2010, 2012 y 2021). Así lo demuestra el informe: “Primeros efectos de la reforma laboral de 2021. Golpe a la temporalidad y mejora de derechos”, elaborado por el Servicio de Estudios Confederal de UGT.
El texto señala que la reforma laboral ha producido un fuerte aumento de la contratación indefinida, reduciéndose así de manera muy importante la tasa de temporalidad y elevándose el peso del empleo estable, y beneficiando más a algunos de los grupos poblacionales y ramas de actividad que tradicionalmente tenían condiciones contractuales más precarias.
Aumentan los contratos indefinidos
De esta forma, los indefinidos han aumentado un 14,7% y se ha reducido la tasa de temporalidad en casi 8 puntos, en contraste con la de 2012 (la peor de las cuatro reformas), tras la cual la tasa de temporalidad aumentó un 1,6% y los indefinidos cayeron un 2,6%.
El peso de la contratación indefinida se ha multiplicado por cinco. Uno de cada tres contratos ha sido indefinido (casi uno de cada 2 si se tiene en cuenta el trimestre de abril a junio), mientras que la media anual de 1985 a 2021 fue tan solo del 8,1%, y el año con el mayor porcentaje fue 2007, con tan solo un 11,9%.
Con la reforma laboral, la tasa de temporalidad cae a su nivel más bajo
Además, la tasa de temporalidad cae a su nivel más bajo. La caída de la tasa ha sido constante desde inicios de año, hasta alcanzar en el mes de junio su nivel más bajo, el 20,2%.
En los seis meses del año la tasa media es del 23,8%, también el mínimo anual desde el comienzo de la serie, en 2005. Una incidencia positiva que ha repercutido en mayor medida en las personas jóvenes menores de 30 años, cuya tasa de temporalidad en junio de 2022 (33,9%) ha bajado 18 puntos desde diciembre de 2021, y más de 20 puntos respecto al mes de junio de 2019.
Los temporales a tiempo parcial también han descendido
Los contratos temporales a tiempo parcial también han descendido (un 35%), al igual que los contratos de corta duración, donde los de menos de un mes se reducen en 7,1 puntos porcentuales respecto a la etapa prepandemia, y los inferiores a 7 días caen 8 puntos.
Evita despidos y mejora salarios
La reforma laboral de 2021, además de mejorar la calidad y cantidad del empleo, ha aportado otras soluciones al mercado de trabajo para evitar despidos y mejorar las condiciones laborales de las personas. En este sentido, aumenta la flexibilidad interna de las empresas con la figura de los ERTE como mecanismo de ajuste en sustitución del despido.
En un escenario marcado por la desaceleración económica y la incertidumbre en el contexto internacional, los despidos colectivos caen en los cuatro primeros meses de 2022 un 61,7% con respecto al año anterior, mientras que desde que entró en vigor el nuevo mecanismo RED (17 de marzo) se aprecia un cierto aumento de la utilización de los ERTE.
La reforma laboralya ha mejorado las condiciones salariales
Además, en materia salarial, la reforma ya ha mejorado las condiciones de muchas personas trabajadoras de las empresas multiservicios, con incrementos que podrían situarse entre los 1.000 y 7.000 euros anuales, según el convenio de que se trate. Por todo ello, la Unión General de Trabajadoras y Trabajadores pone en valor la reforma laboral acordada en 2021.
La evidencia y los datos muestran que el impacto para las personas trabajadoras ha sido, incluso, mayor del esperado en los seis primeros meses del año y que las críticas que han venido señalando que los cambios son cosméticos resultan infundadas e improcedentes.
Los cambios efectuados por este acuerdo son reales y están suponiendo una mejora de la estabilidad del empleo, de la calidad de vida de la población trabajadora y de la eficiencia general del sistema de relaciones laborales que se debe seguir confirmando en los próximos meses.