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El OIEA afirma que los estándares de seguridad nuclear en el mundo son sólidos, «sólo hay que cumplir con ellos»

El titular del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Mariano Grossi, sostiene que "la energía nuclear no sólo es limpia, sino que es segura", y agrega que lo único que hace falta es seguir las normas". Su prioridad en este momento es "proteger la central nuclear de Zaporiya y evitar un accidente nuclear"

Juan Carlos Ruiz
Juan Carlos Ruiz
Periodista y Licenciado en Ciencias de la Información
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análisis

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En la semana de alto nivel del debate de la 78 Asamblea General de las Naciones Unidas confluyen en la sede de Nueva York, además de los jefes de Estado y Gobierno, numerosos líderes de organismos y agencias internacionales que aprovechan la ocasión para celebrar reuniones bilaterales sobre temas relevantes en la agenda mundial.

Entre los asistentes, el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Mariano Grossi, que se ha pronunciado sobre seguridad nuclear, el programa nuclear iraní y la producción de energía nuclear en el contexto de la acción climática.

La guerra en Ucrania

El papel del OIEA en materia de seguridad nuclear se ha transformado desde que Rusia invadió a Ucrania. Ucrania ha abogado frente al Consejo de Seguridad por una arquitectura reforzada o modificada que permita frenar cualquier instrumentalización o uso militar de las instalaciones de energía nuclear civiles. Preguntado por si es posible protegerse contra semejante amenaza cambiando la arquitectura del sistema de seguridad del mundo, Grossi ha afirmado que cree que «lo que se debe hacer es observar y cumplir las estructuras existentes en materia de seguridad física y tecnológica nuclear. Cuando comenzó la guerra con la invasión y la toma de la planta (de Zaporiya), el OIEA y yo mismo decidimos intervenir de manera decisiva, instalando una misión allí, informando constantemente a la opinión pública mundial sobre lo que allí estaba ocurriendo, jugando en cierta manera un papel disuasivo a través de la presencia de los inspectores internacionales»

Ha afirmado que plantearon siete pilares fundamentales en materia de seguridad tecnológica nuclear y cinco principios básicos en materia de seguridad física de la planta, «entre ellos no atacar una central nuclear y no militarizar como base una central nuclear, y hay quienes creen que a partir de esto podría imaginarse un régimen codificado nuevo. Yo creo que tenemos estándares buenos y sólidos de seguridad física y tecnológica nuclear que deben ser cumplidos. No excluyo que en un futuro quizás haya una evolución en ese sentido, aprendiendo las lecciones de este conflicto. Pero la realidad es que en la actualidad contamos con un cuerpo robusto y lo que hay que hacer es cumplir estas normas. Hoy por hoy, mi prioridad es proteger la central nuclear de Zaporiya y evitar un accidente nuclear«.

La central nuclear de Zaporizhzhya en Ucrania se encuentra entre las más grandes del mundo. Foto: OIEA/Fredrik Dahl

El caso de Irán

El acuerdo con Irán suscitó muchas esperanzas en 2015 y hoy se dice que está muerto. La semana pasada Irán retiró su aprobación a ciertos inspectores internacionales, una acción muy criticada. Al respecto, Mariano Grossi ha afirmado que «es una situación muy compleja, muy compleja. Por un lado, el Plan Integral de Acción Conjunto (JCPOA) se encuentra en un estado de vida latente o casi inanimado porque existe en la letra, pero en la realidad ninguna de las obligaciones allí incluidas se está cumpliendo. Por otro lado, la relación entre la agencia e Irán se ve sujeta o sometida a estas tensiones por la reducción de la visibilidad y de la capacidad de la agencia de inspeccionar el programa nuclear iraní».

Considera que la eliminación en la lista de los inspectores autorizados «de un número muy importante de los mejores y más experimentados profesionales que tenemos en la agencia, verdaderamente es una medida incomprensible, desproporcionada y que he criticado duramente. Al mismo tiempo, he ofrecido rápidamente a Irán sentarnos alrededor de una mesa y tratar de corregir esta situación».

Pero Irán, explica, aboga constantemente por su rehabilitación en la comunidad de naciones, «pide que se eliminen las sanciones, pide ser considerado como cualquier otro país, digamos, normal, y no sujeto a un régimen especial. Aquí hay que entender algo muy sencillo para que haya confianza: la confianza pasa por el OIEA porque el OIEA es el organismo multilateral que está allí, como los ojos y oídos de la comunidad internacional para garantizar que nada de lo que esté sucediendo allí sea incorrecto o ilegal».

Grosi afirma que «si ellos atan mis manos y no me dejan hacer mi trabajo como debo hacerlo, la agencia no puede dar estas garantías. Esta decisión fue tomada aparentemente, y según lo que ellos mismos han dicho, en respuesta a su frustración por las críticas que reciben de ciertos países. Creo que ésta es una lógica un poco extraña, creo que es una lógica ciertamente no constructiva y espero que vuelva a prevalecer la razón».

Seguridad nuclear mundial

Por último, si pensamos en el cambio climático, en los fenómenos meteorológicos extremos, en Fukushima, en Ucrania, en Irán, en submarinos nucleares, cabe plantearse si podemos realmente confiar en la energía nuclear como fuente de energía segura.

Según Mariano Grossi, «¡Más que nunca! La energía nuclear, hoy mismo, mientras estamos hablando, está aportando el 25% de las energías limpias en el mundo, sin emisiones de dióxido de carbono. En Europa, la mitad, y en otros países que son grandes contribuyentes a las emisiones como la India y China se están construyendo decenas de reactores nucleares. ¿Por qué es esto? ¿Por algún lobby comercial? No. Es porque es una fuente de energía muy estable y completamente limpia, por eso vemos que en Europa, en América Latina, inclusive en África, en Egipto, en Turquía, muy cerca de allí, en el Golfo Pérsico, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita también la desean».

Finalmente, Grossi recomienda observar «fielmente las medidas y los estándares de seguridad del Organismo Internacional de Energía Atómica, y éste es el desafío. La energía nuclear, contrariamente a lo que pueda creerse, es la energía con el más bajo nivel de muertes de todas las fuentes de energía que existen. Sin embargo, existen imágenes en el inconsciente colectivo por los accidentes nucleares, que ha habido sólo tres, dos de ellos graves, en 70 años de utilización comercial de la energía nuclear. Por lo tanto, creo que hay que poner las cosas en perspectiva. Es el papel de la agencia: informar más allá de las pasiones, más allá de los lobbies comerciales, más allá de las tergiversaciones, cuál es la realidad y, por supuesto, ayudar a los países que se benefician de esta fuente de energía».

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