En la España de Pedro Sánchez hay menos empleo y de peor calidad

26 de Enero de 2023
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Sanchez pobreza

Hoy se ha publicado la Encuesta de Población Activa (EPA) y, en bruto, las cifras son positivas. El paro bajó en 79.900 personas en 2022 en el total de año, lo que supone una reducción del 2,6% menos respecto a 2021. Por el contrario, el empleo creció en 278.900 puestos de trabajo (+1,4%), en el cuarto trimestre de 2022.

Sin embargo, si se analizan en profundidad los datos, la realidad que muestra la EPA es para estar muy preocupados, sobre todo porque las cifras desmienten al paro registrado.

La EPA del último trimestre de 2022 recoge el empeoramiento del trabajo en España, tanto con subida de paro como con bajada de ocupación. Este fenómeno empeora si se analizan los datos desestacionalizados. El paro subió con respecto al último trimestre en 43.800 personas, un 1,47%, y se contabilizan 3.024.000 parados. En términos desestacionalizados, teniendo en cuenta que en noviembre y diciembre se dan campañas comerciales estacionales, la subida del paro es aún mayor: 2,32%.

La ocupación también se resintió al acabar 2022, que cerró el peor período desde 2016. Se perdieron 81.900 ocupados, tras cuatro años en los subieron, incluidos los años de pandemia. En 2017, aun saliendo de la crisis, bajó en 50.900 ocupados, cifra menor que en 2022. Además, los datos son peores en el sector privado: la bajada de ocupados es de 101.900 personas, que se corrige ligeramente por los 20.000 nuevos ocupados en el sector público.

Los datos de la EPA se desvían bastante del paro registrado, que reflejó bajada en los tres meses que cubre esta, sumando un total de 104.266 parados menos, que nada tienen que ver con los 43.800 que dice la EPA que hay de más.

Además, hay que tener en cuenta que la EPA siempre se ha considerado más fiable por reflejar de verdad la situación de las personas que no tienen trabajo, se registren o no en el SEPE. Aquellos que tengan contratos en vigor pero no estén trabajando, como ocurre con el boom de los fijos discontinuos, no se sienten activos porque la realidad es que no lo están. De ahí que esta EPA sea tan importante, ya que demuestra lo que el paro registrado oculta: en la España de Pedro Sánchez hay menos empleo y peor.

Según datos de la Seguridad Social, los fijos discontinuos se han incrementado en más del doble de diciembre de 2021 a 2022 (381.985 por 833.648), y también han crecido mucho más en proporción los indefinidos firmados con jornada parcial que a completa.

Estos datos también confirman el parón del empleo en el último trimestre, con bajada en la contratación, y un fin de 2022, el anunciado como el del fin de la contratación temporal, con una media de días trabajados por cada contrato más baja que en 2021: un contrato en España dura de media 43,68 días, por los 45,62 de hace un año, antes de la reforma laboral de Pedro Sánchez.

Queda claro que, con las cifras oficiales en la mano, el fin del empleo precario en España está muy lejos por la falta de reformas profundas, de calado real, que tanto necesita el mercado de trabajo español. Cambiar sólo la nomenclatura de los contratos no es suficiente y la clase trabajadora de España sigue sufriendo la lacra de una patronal que sigue aumentando beneficios empresariales mientras sus trabajadores viven en un entorno trufado de abusos que nadie parece querer parar.

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