Del compromiso a la acción: la amenaza de la resistencia a los antibióticos y otros medicamentos

Las organizaciones no gubernamentales, el sector privado y el mundo académico se reúnen en Arabia Saudí para abordar los retos de “una de las amenazas más urgentes para la salud mundial”.

16 de Noviembre de 2024
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Cápsulas y píldoras genéricas. | Foto:  Unsplash/Roberto Sorin
Cápsulas y píldoras genéricas. | Foto:  Unsplash/Roberto Sorin 

La resistencia a los antimicrobianos (antibióticos, antivirales, antifúngicos y antiparasitarios) se ha abordado en Jeddah, Arabia Saudí, un día antes del inicio de la cuarta Conferencia ministerial mundial dedicada a esta materia. En una sesión centrada en las organizaciones no gubernamentales, el sector privado y el mundo académico, los participantes abordaron distintos puntos con el fin de hacer frente a “una de las amenazas más urgentes para la salud mundial y los retos del desarrollo”.

Se espera que la conferencia reúna a representantes de 57 Estados, entre ellos 48 ministros y viceministros, y a más de 450 participantes de organizaciones internacionales y de la sociedad civil, incluidas oficinas y agencias de las Naciones Unidas.

El objetivo es pasar de la “declaración a la acción” mediante alianzas de distintos sectores en la lucha contra un fenómeno que ha tenido efectos desastrosos en la salud, las economías y las sociedades, sobre todo en los países de ingresos bajos y medios.

Una pandemia silenciosa

Cuando las bacterias, los virus, los hongos y los parásitos dejan de responder a los medicamentos antimicrobianos, se habla de resistencia. Ésta aumenta el riesgo de transmisión de enfermedades graves, discapacidad y muerte al hacer ineficaces los antibióticos y otros medicamentos y dificultar o imposibilitar el tratamiento de las infecciones.

En la declaración política adoptada por la Asamblea General, los líderes mundiales acordaron reducir en un 10% de aquí a 2030 los cinco millones de muertes humanas que se producen anualmente asociadas a la resistencia.

Además, pidieron una financiación nacional y 100 millones de dólares de financiación para ayudar a alcanzar un objetivo: que al menos el 60% de los países hayan financiado sus planes de acción para 2030.

También se formalizó la Secretaría conjunta cuatripartita sobre resistencia a los antimicrobianos para apoyar la respuesta mundial, que incluye a la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUMA) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), junto con la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA).

El ministro saudí de Sanidad, Fahad Al-Jalajel, subrayó la necesidad de adoptar un enfoque que aborde los obstáculos que impiden avanzar, ya que el problema afecta por igual a los seres humanos, los animales y el medio ambiente. “La reunión de Jeddah es una oportunidad crucial para reforzar nuestra respuesta mundial colectiva a los riesgos de esta pandemia creciente y silenciosa”, dijo.

En la reunión se abordaron temas como la vigilancia y la gestión, el desarrollo de capacidades, la provisión de fondos, la gobernanza, la innovación, la investigación y el desarrollo.

Voluntad política

Presente en esta conferencia mundial se halla la ONG Alianza para la Diplomacia Sanitaria, que se centra en la diplomacia para avanzar en cuestiones de salud mundial. Según su directora, Kathrine Urbaez, "la pandemia de COVID-19 demostró la importancia de las políticas de Una sola salud y de conseguir la cooperación y la concienciación de todos los sectores".

Urbaez subrayó la necesidad de pasar de los compromisos a las acciones y añadió que la Declaración Política de la Asamblea General y la Conferencia de Jeddah son grandes pasos en la dirección correcta, y lo que se necesita es garantizar que el impulso político continúe.

La directora insistió en que el cumplimiento de los compromisos es factible si existe la voluntad política de hacerlo, y establecer “un mecanismo de seguimiento y rendición de cuentas” es clave.

Y añadió: “Tenemos que ver la resistencia a los antimicrobianos desde una perspectiva realmente holística. Creo que es importante contar con la participación de los políticos al más alto nivel, no sólo de los ministros de Sanidad, Medio Ambiente, Agricultura o Finanzas. Realmente necesitamos un compromiso político para hacer avanzar las políticas contra la resistencia y comprometernos con el enfoque de Una sola salud”.

Más que una amenaza sanitaria

Según el director adjunto de ReAct Africa, una red mundial que trabaja para impulsar la acción contra la resistencia bacteriana principalmente en países de ingresos bajos y medios, la complejidad del problema, la falta de financiación y la voluntad política en algunos países “con los problemas sanitarios contrapuestos a los que tienen que enfrentarse los gobiernos” han dificultado el paso de los documentos políticos a la acción.

Mientras los países revisan y sopesan nuevos planes nacionales, Julian Nyamupachitu afirmó que ReAct Africa les está ayudando a priorizar actividades que sean más prácticas y a utilizar las herramientas que tienen a su disposición para ayudarles a fundamentar sus políticas, como la herramienta de cálculo de costes y presupuestos de la OMS.

El director adjunto dijo que la Declaración Política supone una mejora respecto a su predecesora de 2016, pero que habría sido “bueno ver compromisos, y no solo objetivos” en materia de financiación.

Dijo que el tema “pasar de la declaración a la acción” es muy oportuno y que espera ver un compromiso serio por parte de los ministros en Jeddah.

“Creo que se ha crecido la concienciación. Han apreciado las estadísticas que se han compartido. De hecho, se trata de una amenaza para la salud mundial, que no sólo afecta al sector sanitario, a la agricultura, al medio ambiente y a los animales, sino que también es un problema económico”, añadió.

El mercado de los antibióticos está roto

Michiel Peters es el representante de la Secretaría de la Alianza de la industria contra la resistencia antimicrobiana, que incluye empresas y organizaciones industriales en los campos de la investigación y el desarrollo (I+D), los productos farmacéuticos, los genéricos, la biotecnología y el diagnóstico. También representa al sector privado en general en el Comité directivo de la plataforma de colaboración multilateral contra la resistencia antimicrobiana, creada y facilitada por las cuatro organizaciones que apoyan la respuesta mundial.

Peters afirmó que los antibióticos son “fundamentalmente diferentes” de cualquier otro producto comercializado, “cuyo objetivo sería vender la mayor cantidad posible”. En el caso de los antibióticos, el objetivo es hacer llegar “el medicamento adecuado a la persona adecuada cuando lo necesita”, lo que no siempre es un negocio lucrativo. También señaló que el desarrollo de antibióticos requiere una “increíble cantidad de tiempo e inversión” y en muchos casos éstos no llegan al mercado, por lo que “el mercado está roto”.

Peter añadió que hay una grave falta de financiación gubernamental y de incentivos para la I+D de antibióticos, pero la mayor preocupación es que “los investigadores realmente necesarios para hacer la ciencia en los laboratorios están abandonando este campo”, a diferencia de enfermedades como el cáncer, por ejemplo, donde la investigación es fuerte.

El representante afirmó que se ha avanzado mucho desde que se celebró la primera Reunión sobre la resistencia en 2016, pero aún queda mucho por hacer y “nadie puede abordar este problema por sí solo”.

Afirmó que tanto la conferencia de Jeddah como la reunión plenaria de la Plataforma de asociación multilateral, que se celebran paralelamente el día de clausura, son muy importantes para ver “no sólo lo que podemos poner sobre el papel, sino lo que realmente vamos a hacer”.

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