Emocionarte y ser social

22 de Junio de 2017
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Mientras que no todas las personas tienen desarrolladas las habilidades sociales y de comunicación, todos venimos con emociones a las que, a lo largo de nuestra vida, vamos aprendiendo a dar significado. Estas emociones nos van a facilitar el aprendizaje de otras muchas cosas en la vida.A lo largo de la historia, los modelos educativos se han ido cambiando. Estos han dejado paso a una forma de educar que deja fuera los valores, la ética y las emociones que, sin embargo, son la base de las relaciones humanas.A este tipo de educación la llamamos Educación Emocional, que hace hincapié en las emociones como base para el correcto desarrollo de la persona y de sus aprendizajes a través de su ser social.Si desde pequeños nos educan en esto, vamos a desarrollar mejores capacidades para relacionarnos socialmente. Es decir, desarrollaremos nuestras habilidades sociales a la vez que aprendemos a manejar nuestras emociones.Por ejemplo, si en el colegio nos enseñaron qué es la ira, que efectos produce en nosotros mismos y en los demás y cómo manejar esas situaciones, en posteriores etapas de la vida seremos capaces de responder de forma adecuada ante situaciones que nos provoquen esa emoción. Igual ocurre con el resto.A la hora de hablar de las emociones, muchos psicólogos e investigadores defienden la existencia de una serie de emociones básicas. Éstas son comunes a todos los seres humanos y también a los animales, siendo experimentadas – a nivel físico y biológico – de la misma forma. Estas emociones básicas serían: alegría, tristeza, ira, miedo y aversión (o asco). Probablemente os recuerde a la película de Disney ‘Del revés’, que hace un repaso a la relación de estas emociones en la mente de una niña.Dentro de la Inteligencia Emocional se dice que todas las emociones son positivas, ya que todas tienen un objetivo y conducen hacia él. Así, tenemos las siguientes emociones primarias o básicas:
  • La alegría tiene como objetivos la vinculación y el fomento de la expresión emocional.
  • El miedo nos avisa de que podemos estar en peligro. Su objetivo es la protección.
  • El asco también nos avisa de peligro; nos dice que algo podría poner en peligro nuestro bienestar físico.
  • La ira tiene como objetivo la defensa.
  • La tristeza nos pide retiro y autoanálisis. Su objetivo es la reflexión, apartarnos para aceptar una pérdida y reconstruirnos.
De la relación y mezcla de estas emociones primarias (o básicas), surgen las emociones secundarias. Éstas son comunes a los seres humanos y exigen cierto nivel de cognición.Si damos un paso más y seguimos mezclando emociones aparecen los sentimientos. Estos no son comunes a todos los seres humanos, ya que están influidos por la cultura, el entorno, la educación y el propio desarrollo psicológico de la persona. Es decir, casi cada persona tendría su propio repertorio de sentimientos.Conocer todo esto y aprender a regularlo va a traernos muchos beneficios. Los principales:
  • Ser conscientes de nuestras emociones, conocernos mejor y saber qué es lo que nos pasa.
  • Comprender los sentimientos de los demás y saber actuar en consecuencia, de manera que se eviten conflictos.
  • Aumentar nuestra tolerancia a la frustración en los diferentes ámbitos de la vida: trabajo, pareja, estudios,…
  • Mejora la capacidad de trabajo en equipo y, en general, nuestras habilidades sociales.
  • Desarrollar habilidades efectivas de resolución de conflictos.
Sin duda, todo ello nos ayuda a ser más empáticos y nos da mayores posibilidades de desarrollo personal y social.Y tú, ¿tienes inteligencia emocional?
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