La resistencia a los antibióticos ya mata a 1,2 millones de personas al año

En un reciente estudio se ha comprobado que, en la actualidad, no hay ni una sola empresa privada de más de 500 trabajadores que dedique esfuerzos a la investigación de nuevos antibióticos. El motivo es simplemente económico: no es rentable

04 de Julio de 2025
Actualizado a la 13:15h
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El catedrático complutense, Bruno González-Zorn, en la apertura del curso One Health y resistencia a los antibióticos. | Foto: Francisco Rivas
El catedrático complutense, Bruno González-Zorn, en la apertura del curso One Health y resistencia a los antibióticos. | Foto: Francisco Rivas 

Cada año mueren en el mundo 1,2 millones de personas por resistencia antibiótica. En España la cifra alcanza los 20.000, pero como advierte Bruno González-Zorn, catedrático de Sanidad Animal de la Universidad Complutense, se prevé que en los próximos años nuestro país sea uno de los europeos en los que más crezca esta resistencia que no sólo es bacteriana, sino también fúngica. De los pasos que se están dando para tratar de controlar y reducir la que se estima que en 2050 sea la principal causa de mortalidad en el mundo, trata el curso “One Health y resistencia a los antibióticos”, que se ha comenzado en el Cuartel de Inválidos y Voluntarios a Caballo de San Lorenzo de El Escorial.

González-Zorn explica como introducción al curso que desde hace millones de años las bacterias luchan de forma natural con sus antibióticos hasta que consiguen adaptarse a ellos. La proliferación del uso de los antibióticos como medicamento desde el descubrimiento de la penicilina por Fleming en 1928 ha hecho que las bacterias poco a poco hayan ido generando una resistencia que, a día de hoy, hace ineficaces a muchos de esos antibióticos. Como explica el catedrático complutense, asesor de la OMS para la lucha contra la resistencia bacteriana a los antibióticos, en esta adaptación de las bacterias ha sido decisivo que desde hace tres décadas no se haya descubierto ni una sola molécula de antibiótico de diferente familia a los ya existentes. En un reciente estudio se ha comprobado que, en la actualidad, no hay ni una sola empresa privada de más de 500 trabajadores que dedique esfuerzos a la investigación de nuevos antibióticos. El motivo es simplemente económico. “No es rentable”.

En la última década, sobre todo desde 2016 cuando la ONU dedicó una sesión monográfica a este problema global –sólo ha dedicado cuatro a lo largo de su historia a asuntos relacionados con enfermedades y en 2024 le volvió a dedicar otra- se ha ido desplegando una estrategia One Health a nivel mundial, es decir que integra la salud humana, animal y medioambiental. Esta estrategia está teniendo resultados en los países más avanzados, a través de un control y, en algunos casos, la reducción del uso de antibióticos, tanto en humanos como en animales, pero un efecto muy limitado en otras zonas del planeta. Como explica González-Zorn los esfuerzos a nivel local en un mundo hiperconectado como el actual tienen poco sentido.

No obstante y pese a la gravedad de la situación, González-Zorn se muestra optimista, sobre todo porque “hay muchas cosas que se pueden hacer y porque nunca hasta ahora ha habido tanto atención a la visión One Health”. Entre las cosas que hay que hacer, el catedrático complutense –que en la actualidad preside el grupo de trabajo sobre esta materia en la alianza de universidades Una Europa, de la que forma parte la UCM- menciona la necesidad de aumentar las pruebas que permitan un diagnóstico rápido y acertado los centros de salud y hospitales, que haga que sólo se prescriban los antibióticos necesarios; llevar a cabo campañas de vacunación durante toda la vida, no sólo durante la infancia, ya que “si se previenen las enfermedades luego no hay que curarlas”, o, por ejemplo, prestar especial atención a los lugares en los que hay conflictos bélicos, ya que son un gran foco de generación de resistencias.

Otra medida de gran importancia es incentivar desde las administraciones a las empresas farmacéuticas –como recientemente ha hecho la Unión Europea- para que dediquen esfuerzos al descubrimiento de nuevos antibióticos sobre los que aún no se haya generado resistencia. De acuerdo con el catedrático, que esta semana dirige este curso incluido en la programación de los Cursos de Verano de la UCM, este tipo de medidas, que en este caso exigen la participación de economistas que desarrollen modelos de inversión viable, ponen de manifiesto que en la actual visión One Health, imprescindible para tratar cualquier enfermedad, son necesarios todos los saberes, ya sean del campo de las ciencias experimentales, de la salud, de la ciencias sociales o las más humanísticas.

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