António Costa denuncia la amenaza de Netanyahu a la existencia de dos estados en Palestina

El presidente del Consejo Europeo advierte sobre los peligros del populismo y recalca la importancia de la paz en Ucrania, al tiempo que aboga por una UE más unida y con mayores inversiones en defensa.

06 de Mayo de 2025
Actualizado a las 11:50h
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El primer ministro de Portugal, António Costa

En su primera visita oficial a España como presidente del Consejo Europeo, António Costa, líder socialista portugués y primer presidente del Consejo bajo su modalidad permanente, ha abordado una serie de temas cruciales en la actualidad internacional. En una magnífica entrevista con Àngels Barceló para el programa Hoy por Hoy de la SER, Costa ha mostrado una firme postura ante los desafíos que enfrenta Europa en un contexto marcado por tensiones internacionales, crecientes amenazas populistas y las complejas dinámicas de la política global.

Uno de los temas más polémicos tratados por Costa ha sido la situación en Gaza y la política exterior de Israel. El presidente del Consejo Europeo ha condenado enérgicamente el plan aprobado por el gobierno de Benjamin Netanyahu para ocupar Gaza militarmente. Para Costa, este paso constituye una violación del derecho internacional y una amenaza directa a la viabilidad de la solución de dos estados en Palestina e Israel, que ha sido defendida como la única vía posible hacia una paz duradera en la región.

La necesidad de una postura firme de Europa

"Netanyahu está intentando destruir la posibilidad de la existencia de dos estados", afirmó Costa, enfatizando que Europa debe ser muy clara en su posición. El presidente del Consejo Europeo subrayó que, aunque las relaciones internacionales son complejas y las alianzas tienen su peso, la Unión Europea debe seguir condenando cualquier vulneración del derecho internacional, en particular la ocupación israelí de Gaza, y reafirmar su apoyo a la solución de dos estados.

Costa también aprovechó la ocasión para destacar la relevancia del respeto por el orden de reglas internacionales, como un pilar fundamental para evitar el caos en el escenario global. "El orden de reglas es fundamental porque la alternativa es el caos", apuntó. En este sentido, recalcó la importancia de la relación transatlántica entre la UE y Estados Unidos, especialmente en un momento en el que el presidente estadounidense Joe Biden ha puesto más énfasis en las prioridades internas de su país, dejando a Europa con mayores responsabilidades en materia de defensa.

Una UE más fuerte y preparada

El presidente del Consejo Europeo también se refirió al creciente gasto en defensa dentro de la UE, abogando por un fortalecimiento del sector. "Nosotros defendemos un estado social potente", indicó Costa, subrayando que, para mantener un modelo social sostenible, es necesario realizar inversiones estratégicas en defensa. En su opinión, la seguridad no debe limitarse únicamente a la cuestión militar, sino que debe extenderse a otras áreas como la protección del sistema sanitario y el impulso a la cooperación con los países de la orilla sur del Mediterráneo.

En su intervención, Costa también mencionó la necesidad de un enfoque conjunto y coordinado para la defensa colectiva, basándose en una innovación que permita integrar tecnologías de uso dual, civil y militar, para garantizar una protección eficaz de los intereses europeos. “La UE es un proyecto de paz, pero paz sin defensa es una ilusión", afirmó, dejando claro que la estabilidad de la región depende tanto de sus capacidades de defensa como de su cohesión interna.

Vientos populistas y la pérdida de confianza

Costa no eludió la realidad del auge del populismo en Europa, una tendencia que, según él, se deriva en gran parte de un malestar generalizado en la sociedad. La frustración de la clase media y la incertidumbre de las nuevas generaciones, que sienten que su futuro no será mejor que el de sus padres, son factores que alimentan la desconfianza en las instituciones tradicionales y en el sistema político en general.

"La idea de que la clase media no tiene perspectiva de futuro y que las nuevas generaciones no tienen perspectivas de vivir mejor que sus padres", explicó Costa, subrayando que estos sentimientos contribuyen al ascenso de movimientos populistas que prometen soluciones rápidas, aunque a menudo basadas en promesas vacías. En su opinión, los políticos europeos deben centrarse en devolver la confianza a los ciudadanos, particularmente a los más jóvenes, y en ofrecerles perspectivas reales de mejora, como parte de un esfuerzo por contrarrestar el ascenso de la extrema derecha.

El desafío de Ucrania y la paz duradera

Otro de los puntos cruciales de la conversación fue la guerra en Ucrania, un conflicto que, para Costa, debe resolverse mediante una "paz justa y duradera". Si bien valoró positivamente el alto el fuego como un primer paso, subrayó que "no es la solución", destacando que Europa debe seguir respaldando a Ucrania hasta que se logre una paz que respete el derecho internacional y la soberanía ucraniana.

"Solo Ucrania puede decir cuáles son los términos de la paz", afirmó Costa, y destacó que no debe haber dudas sobre quién es el agresor en este conflicto. Para él, permitir que Rusia obtenga algún tipo de recompensa por su agresión sería un error fatal para el sistema de derecho internacional.

En cuanto a la situación política interna de su país, Costa hizo una referencia a su salida del gobierno portugués tras un caso de corrupción que finalmente no prosperó, comentando que aunque le dolió mucho en su momento, ya ha superado ese episodio. "La política tiene momentos de felicidad y dolorosos, pero así es la vida", reflexionó.

Desafíos y esperanzas para Europa

En su primer contacto con los medios españoles como presidente del Consejo Europeo, António Costa ha mostrado una postura firme ante los retos que enfrenta Europa, desde el conflicto en Gaza hasta el auge de los movimientos populistas y la guerra en Ucrania. Su mensaje ha sido claro: la Unión Europea debe seguir invirtiendo en su defensa, mantener un enfoque unido y garantizar que sus principios fundamentales sean respetados, todo ello mientras se enfrenta a un mundo global cada vez más incierto y polarizado.

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