Groenlandia acusa a EE.UU. de agresión y reclama apoyo internacional

El gobierno groenlandés denuncia el comportamiento "agresivo" de Estados Unidos tras la visita privada de Usha Vance, esposa del vicepresidente JD Vance, a la isla

24 de Marzo de 2025
Actualizado a la 13:57h
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Groenlandia acusa a EE.UU. de agresión y reclama apoyo internacional

La tensión diplomática entre Groenlandia y Estados Unidos se intensifica tras la confirmación de una visita privada a la isla por parte de Usha Vance, esposa del vicepresidente estadounidense JD Vance. El presidente en funciones de Groenlandia, Múte B. Egede, ha denunciado públicamente lo que considera un comportamiento "agresivo" por parte de Washington y ha solicitado un posicionamiento claro por parte de la comunidad internacional.

“Que nuestros aliados se limiten a susurrar desde una esquina no tiene ningún efecto. Si no condenan con claridad cómo Estados Unidos trata a Groenlandia, la situación escalará día tras día”, declaró Egede al medio local Sermitsiaq.

La Casa Blanca confirmó que Usha Vance, acompañada por uno de sus hijos, visitará Groenlandia entre el jueves y el sábado con el objetivo declarado de participar en actividades culturales y asistir a una carrera de trineos con perros. Sin embargo, el diario danés Jyllands-Posten, citando fuentes diplomáticas en Washington, indicó que también formará parte de la comitiva el asesor de Seguridad Nacional, Mike Waltz, figura clave en la política exterior del presidente Donald Trump. Esta información no ha sido ratificada por la Casa Blanca.

Egede ha puesto en duda las intenciones reales detrás del viaje. “No es una visita inofensiva”, afirmó. “La presencia de Waltz apunta a una clara demostración de poder. Es el asesor de mayor confianza de Trump, y su presencia refuerza la idea de una misión política encubierta”.

El trasfondo de la visita es especialmente delicado. Donald Trump ha reiterado su interés en que Estados Unidos tome el control de Groenlandia, un territorio autónomo del Reino de Dinamarca, argumentando razones estratégicas y geopolíticas. Esta postura ha sido rechazada de forma unánime por los partidos groenlandeses.

El liberal e independentista Jens-Frederik Nielsen, ganador de los recientes comicios y aún en proceso de formar gobierno, calificó la visita como una “nueva falta de respeto” y subrayó la importancia de defender la soberanía nacional. “Nuestro país no es una mercancía. Nuestra soberanía debe respetarse y nadie puede arrebatárnosla”, expresó.

La indignación ha trascendido las palabras. Hace apenas una semana, Egede y Nielsen encabezaron una multitudinaria manifestación en Nuuk frente al consulado estadounidense. El mensaje fue claro: rechazo frontal a cualquier intento de injerencia en los asuntos internos de la isla.

En una señal de unidad inusual en el panorama político local, todos los partidos con representación parlamentaria firmaron una declaración conjunta condenando el interés estadounidense en el territorio. Mientras las negociaciones para formar un nuevo gobierno continúan, el consenso político en defensa de la soberanía groenlandesa parece inquebrantable.

Con las elecciones locales previstas para el 1 de abril, la población groenlandesa observa con creciente inquietud las maniobras diplomáticas que rodean a la isla. Lo que inicialmente parecía una visita cultural se ha convertido en el nuevo capítulo de una disputa que pone a prueba no solo la diplomacia ártica, sino también el equilibrio de poder entre las grandes potencias y los territorios autónomos.

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