La guerra va mal para Rusia, Putin acaricia el botón del arma nuclear

El Kremlin se plantea el uso de un misil atómico táctico, de baja intensidad, para someter al régimen de Zelenski

21 de Agosto de 2024
Actualizado a las 11:15h
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Un misil nuclear en una imagen de archivo.
Un misil nuclear en una imagen de archivo.

El ejército ucraniano sigue avanzando en suelo ruso, tomando cada vez más territorio. Nadie, ni el analista bélico más avezado, había previsto este giro de guion en la guerra iniciada por Putin. Los soldados de Zelenski continúan con la contraofensiva mientras el presidente ruso ha montado en cólera. La incursión ucraniana de 50 kilómetros en la región rusa de Kursk es la mayor operación de Ucrania en Rusia. Ha pasado una semana, y los soldados rusos son incapaces de expulsar a los ucranianos de su territorio. Esta incursión, ha supuesto un duro golpe en la opinión pública rusa y la evacuación de 88.000 personas en la región de Kursk y 11.000 en la región fronteriza de Belgorod.

Todo ello ha provocado la ira de Putin. La guerra va mal, peor de lo que se planeó en un principio (cuando Rusia desató una operación relámpago para someter a Ucrania) y el presidente ruso está herido en su orgullo, inquieto, quizá con miedo ante la posibilidad de que el enemigo, bien armado por Occidente, se le meta en Moscú. Y empieza a manejar planes más drásticos, como hacer uso de un misil nuclear de baja intensidad para disuadir al régimen de Kiev y lograr su rendición. Putin acaricia el botón atómico y Occidente mira con preocupación el devenir de los acontecimientos.

No es la primera vez que el Kremlin se plantea la Solución Final como forma de salir en el callejón sin salida en el que se ha metido. El pasado mes de mayo, el presidente ruso ordenó a las Fuerzas Armadas realizar “en breve” maniobras con armas nucleares tácticas debido a las “amenazas” de Occidente, según han informado este lunes desde el Ministerio de Defensa de Rusia.

“Durante los ejercicios se llevarán a cabo una serie de actividades (...) para la preparación y el uso de armas nucleares no estratégicas”, señaló el comunicado castrense. Estas maniobras con misiles, en las que participarán tanto la aviación como la Armada, correrán a cargo de las fuerzas del Distrito Militar Sur, que limita con Ucrania.

El Ejército de Moscú se propone “garantizar de manera incondicional la integridad territorial y la soberanía del Estado ruso en respuesta a las declaraciones provocadoras y las amenazas vertidas por ciertos dirigentes occidentales contra la Federación Rusa2. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha asegurado este lunes en su rueda de prensa telefónica diaria que los ejercicios son una respuesta a las afirmaciones del presidente francés, Emmanuel Macron, así como de otros altos funcionarios británicos. “Ellos hablaron sobre la disposición e incluso intención de enviar contingentes militares a Ucrania, es decir, poner a los soldados de la OTAN frente a los militares rusos. Esa es una nueva espiral de escalada de la tensión. No tiene precedentes y exige una especial atención y medidas especiales”, declaró.

El uso de material nuclear de baja intensidad, material táctico, como se conoce en el militar, está encima de la mesa. Se trata de bombas de entre 1 y 50 kilotones instaladas en proyectiles con un alcance de hasta 500 kilómetros. Por tener una idea de su magnitud podemos recordar que la bomba lanzada por Estados Unidos sobre Hiroshima en 1945 era de 15 kilotones y fue lanzada desde un bombardero. Las armas nucleares tácticas sin embargo pueden ser lanzadas en el caso de Rusia desde buques, aviones e incluso por fuerzas de tierra. Son mucho más destructivas que una cabeza convencional, aunque tengan la misma energía explosiva y provocan una contaminación por radiación que afecta al aire, el suelo, el agua y la cadena alimentaria. Este tipo de armas nucleares tácticas no se han incluido en ningún acuerdo de control de armas nucleares y las de alcance medio solo estaban en el tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Medio, vigente de 1987 a 2018.

Las armas nucleares estratégicas en cambio tienen la capacidad de disuasión y destrucción mutua asegurada que dominó la Guerra Fría. Estados Unidos y Rusia han reducido su arsenal de estas armas de 19.000 y 35.000 a 3.700 y 4.480 hasta enero de 2022. “Los ataques nucleares a gran escala están considerados como inviables. Las armas nucleares estratégicas están perdiendo su valor de disuasión en una guerra entre potencias nucleares. Es más probable el uso de armas nucleares tácticas, en teoría, por lo que su posesión reforzaría la disuasión de un país”, asegura Nina Srinivasan Rathbun, profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad del Sur de California, Estados Unidos.

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