La difícil situación de la población sigue empeorando en Gaza, donde las operaciones humanitarias ocurren “cuando es posible” en medio de las repetidas órdenes de evacuación por parte del ejército israelí, según ha informado la Oficina de la ONU para Asuntos Humanitarios (OCHA). Su portavoz, Jens Laerke, ha rechazado una posible suspensión de la operación de ayuda pese a los múltiples desafíos relacionados con los continuos bombardeos y hostilidades en el territorio palestino asediado.
“No hay ninguna decisión de detenerla, nunca la ha habido, hemos estado allí durante diez meses, por lo que está en curso cuando es posible”, ha dicho al tiempo que ha recordado que sólo el 11% del territorio de la Franja de Gaza no está bajo órdenes de evacuación, “así que estamos tratando de trabajar con esa cifra y mantener la operación en marcha”.
Laerke ha señalado que solamente en agosto se han emitido 16 órdenes de evacuación, alterando a los gazatíes, que ya han sido desarraigados varias veces. Esas órdenes se han aplicado igualmente al centro de ayuda de la ONU en la ciudad de Deir Al-Balah, en el centro de Gaza.
Antes, la principal respuesta humanitaria de la ONU y sus socios tenía su base en la ciudad de Rafah, en el extremo sur de Gaza, en la frontera con Egipto, pero la operación militar israelí que comenzó allí a principios de mayo provocó un éxodo de casi todos los refugiados en Rafah y sus alrededores hacia la zona humanitaria cada vez más reducida de la costa.
Zona humanitaria reducida
Desde el viernes pasado, el ejército israelí ha emitido tres nuevas órdenes de evacuación para más de 19 barrios en el norte de Gaza y en Deir Al-Balah, afectando a más de 8.000 personas que se refugiaban en estas zonas.
El portavoz de la OCHA ha destacado la especial preocupación por la orden de evacuación emitida el domingo que afecta a una parte de Deir Al-Balah utilizada por los trabajadores humanitarios. Dicha orden, “afectó15 instalaciones que albergan a trabajadores humanitarios de la ONU y ONG, cuatro almacenes de la ONU, el hospital Al Aqsa, dos clínicas, tres pozos, un depósito de agua y una planta de desalinización”, y ha agregado que, además, la disposición se anunció con muy poca antelación y en condiciones peligrosas.
Laerke ha precisado que esa orden trastoca todo un centro humanitario que se estableció en Deir Al-Balah después de su evacuación de Rafah en mayo. “Y eso, por supuesto, afecta gravemente nuestra capacidad de brindar apoyo y servicios esenciales”.
Los habitantes de la Franja se han visto obligados a desplazarse repetidamente en los últimos diez meses de conflicto a una zona humanitaria cada vez más reducida.
Según la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), las operaciones militares en curso en Deir Al-Balah sólo han dejado en funcionamiento tres de los 18 pozos de agua de la zona.
Polio en Gaza
Aparte del reto diario de asegurar agua y alimentos en Gaza, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha insistido en la urgente necesidad de llevar a cabo una campaña de vacunación contra la polio, ahora que han llegado al enclave unos 1,2 millones de vacunas, en coordinación con las autoridades israelíes. Para que la campaña tenga éxito es necesario vacunar al 95% de los niños menores de diez años.
El virus se descubrió en las aguas residuales de la zona en junio. La semana pasada se confirmó un caso de polio en Gaza, contraído por un bebé de diez meses que desarrolló parálisis en una pierna. Fue el primer caso de polio en 25 años, según la OMS.
“Las vacunas han llegado a la Franja y el equipo de la cadena de frío, las piezas técnicas, está en su sitio”, ha informado la portavoz de la OMS, Margaret Harris, que ha añadido que la formación de los trabajadores sanitarios y los vacunadores debía concluir el martes. Pero ha insistido en que la cuestión clave del acuerdo con las autoridades israelíes sobre cómo se llevaría a cabo con éxito la campaña de vacunación “con plena seguridad y pleno acceso, es algo que todavía no se ha aclarado”.
Hospitales afectados
En cuanto al impacto de las órdenes de evacuación en los hospitales y sus pacientes, la OCHA ha publicado una actualización citando a la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF), que reportó el lunes que muchas personas habían optado por huir del hospital Al Aqsa, situado muy cerca de la zona designada para la evacuación en Deir Al-Balah. De acuerdo con las autoridades sanitarias gazatíes, de unos 650 pacientes, ahora sólo quedan 100 en el hospital.
Harris ha indicado que cuando se abandonan las instalaciones sanitarias “se producen muchos saqueos”.
“Muchos de los equipos, cosas como generadores, paneles de energía solar, se llevan todas las cosas en las que hemos invertido mucho trabajo para volver instalar. (…) No es sólo que el hospital en sí no funcione, sino que el hospital suele estar muy dañado por la experiencia de la orden de evacuación”.
La OCHA también ha hecho hincapié en que el suministro de combustible y material médico a los centros sanitarios es “extremadamente difícil” en medio de las repetidas órdenes de evacuación, y ha recordado que la semana pasada los hospitales de Kamal Adwan e Indonesia, en el norte de la Franja, renovaron sus llamamientos para el suministro “urgente” de gasóleo con el fin de mantener en funcionamiento los generadores de electricidad.
El sector sanitario de Gaza sigue apenas funcionando en comparación con su operación antes del 7 de octubre, cuando los ataques dirigidos por Hamás en el sur de Israel desencadenaron la guerra. Hasta el 20 de agosto, la OMS había registrado 505 ataques sanitarios en la Franja, con el resultado de 752 muertos, 982 heridos, y 32 hospitales y 63 ambulancias dañados.