Estados Unidos y Ucrania firmaron este miércoles el acuerdo que permitirá la explotación conjunta de minerales ucranianos. Este pacto, sin embargo, no es bien visto por Putin, que también tiene sus aspiraciones sobre este tipo de minerales. Rusia no ha invadido Ucrania para irse con las manos vacías. De hecho, el pasado mes de febrero Rusia informó de que está lista para trabajar con compañías estadounidenses para explorar estos recursos en el país, según dijo Putin tras elogiar la política de Trump como “racional”, informa la CNN.
En una conversación con el corresponsal de los medios estatales Pavel Zarubin, Putin dijo que el enfoque de Trump hacia Rusia y Ucrania se ha basado “no tanto en emociones como en un cálculo frío, en un enfoque racional de la situación actual”. El mandatario ruso agregó que su país no se opone a la participación europea en las negociaciones de paz en Ucrania, pero afirmó que la Unión Europea anteriormente se había “negado a contactar” con Rusia para participar en las conversaciones.
El texto firmado por Estados Unidos y Ucrania detalla el establecimiento del Fondo de Inversión para la Reconstrucción y estima que “en reconocimiento al importante apoyo financiero y material que el pueblo estadounidense ha brindado a la defensa de Ucrania desde la invasión a gran escala de Rusia”, esta alianza económica les permite colaborar e invertir juntos para garantizar que los recursos, talentos y capacidades mutuos aceleren la recuperación económica de Ucrania.
Bajo el liderazgo del presidente estadounidense, Donald Trump, el Departamento del Tesoro y la Corporación Financiera Internacional para el Desarrollo trabajarán junto con el Ejecutivo de Ucrania para “finalizar la gobernanza del programa y avanzar en esta importante asociación”. Estaba previsto que Trump y Zelenski firmaran el acuerdo en febrero pasado en la Casa Blanca, pero se pospuso debido a una fuerte discusión que ambos líderes protagonizaron en el Despacho Oval. En todo este tiempo, lo que han hecho Putin y el magnate neoyorquino no es más que atornillar al dirigente ucraniano.
El acceso a minerales raros en Ucrania es una exigencia de Trump como forma de compensar los recursos que Estados Unidos ha destinado en los últimos años para apoyar militarmente al país europeo frente a la invasión rusa. “Estados Unidos se compromete a facilitar el fin de esta guerra cruel e insensata. Este acuerdo demuestra claramente a Rusia que la Administración Trump está comprometida con un proceso de paz centrado en una Ucrania libre, soberana y próspera a largo plazo”, afirmó en el comunicado el secretario del Tesoro, Scott Bessent.
Queda por ver cuál será el siguiente paso de Putin. Cabe pensar que tiene firmado otro acuerdo con Trump para la explotación de los preciados minerales. Ahora bien, ¿se va a respetar ese pacto o puede ser un foco de conflicto más entre ambas superpotencias que de cara a la opinión pública parecen llevarse cordialmente pero que en realidad siguen compitiendo por la hegemonía en el mundo? En ese punto, solo caben dos alternativas: en un primer escenario, los dos países se reparten la riqueza de los ucranianos; en un segundo, surgen fricciones y tensiones que nadie sabe cómo pueden terminar. Putin y Trump son personajes que se mueven a impulsos, son imprevisibles, y nadie sabe cuál puede ser el siguiente movimiento. Hoy son aliados, mañana pueden a volver a ser enemigos enconados. En cualquier caso, se trata de un polvorín que, si bien hoy por hoy está controlado, mañana podría estallar. Las tierras raras que ambos dirigentes pretenden expoliar a Ucrania son un botín demasiado jugoso como para dejarlo pasar. La respuesta la tendremos a corto plazo.