El pueblo estadounidense inflige la primera gran derrota a Trump y su camarilla

Los ciudadanos de Seattle han logrado la aprobación de un impuesto especial a los salarios excesivos de los altos ejecutivos para dedicarlo a la construcción de vivienda social

21 de Febrero de 2025
Actualizado a las 19:33h
Guardar
Trump victoria pueblo

Los ciudadanos de Seattle, capital del estado de Washington, acaban de derrotar a los oligarcas, a los plutócratas, a Donald Trump, a Elon Musk, a las grandes multinacionales con propietarios multimillonarios, a la Cámara de Comercio local, al sector inmobiliario del que tanto Trump como su yerno Jared Kushner son grandes potentados. Lo han conseguido mediante la aprobación de un impuesto sobre las remuneraciones excesivas de los altos ejecutivos, dinero que se destinará para financiar viviendas asequibles.

La votación no fue ni siquiera reñida. Según el recuento oficial del consistorio de Seattle, al que Diario16+ ha tenido acceso, un 63% de la ciudadanía votó a favor.

Fue la organización de defensa de los derechos civiles House Our Neighbors (Vivienda para nuestros vecinos) quien encabezó la campaña electoral. Sus líderes, panfletos y activistas vencieron sobre un consejo municipal ultraconservador y obstruccionista, un alcalde centrado en adular a Amazon, con sede en Seattle, una campaña de oposición de medio millón de dólares y los señores de la dictadura de Trump y Musk.

En la misma elección especial del 11 de febrero, los votantes de Burien, un suburbio de clase trabajadora de Seattle, aprobaron por un margen de 14 puntos un plan para aumentar su salario mínimo local a 21,10 dólares por hora.

Estas victorias demuestran que la ciudadanía ya se está organizando para crear la resistencia a Donald Trump a nivel estatal y local.

El nuevo impuesto de Seattle

Según el plan aprobado, las empresas que den un salario de más de un millón de dólares al año a sus ejecutivos o a otros empleados de Seattle tendrán que pagar un impuesto del 5% sobre las remuneraciones que superen ese umbral. Las empresas no pagarán impuestos adicionales si pagan a todos sus empleados menos de un millón de dólares al año, una suma que supera 30 veces los ingresos de un trabajador a tiempo completo que gana el salario mínimo de ese estado.

Los promotores calculan que el impuesto recaudará, al menos, 53 millones de dólares anuales, ingresos que permitirán al desarrollador de viviendas sociales de Seattle emitir bonos y acelerar la compra, el desarrollo y el mantenimiento de viviendas sociales a perpetuidad.

La vivienda social se destina a residentes que ganan hasta el 120 por ciento del ingreso medio de la zona, actualmente 145.000 dólares. Los inquilinos en la parte superior de la escala de ingresos subvencionarán a los inquilinos de ingresos más bajos y ningún alquiler superará el 30 por ciento de los ingresos familiares.

De esta forma, se desafía el monopolio de la vivienda especulativa a precio de mercado que ha estado haciendo subir los precios. A nivel nacional, el precio de venta medio es ahora cinco veces el ingreso familiar medio. Los alquileres en Seattle para un apartamento de dos habitaciones promedian más de 2.700 dólares mensuales y suben, en promedio, 19 dólares al mes. El alquiler de casi la mitad de los inquilinos de Seattle supera el 30 por ciento de sus ingresos, y una cuarta parte de los residentes de la ciudad se ven obligados a pagar un alquiler que supera el 50 por ciento de sus ingresos.

Con el resultado de la votación de la propuesta aprobada, se ha logrado impulsar la campaña para hacer de Seattle una ciudad a prueba de Donald Trump, lo mismo que el estado de Washington. Evidentemente, los promotores de esta iniciativa saben que no podrán ganar a nivel federal, pero están convencidos de poder crear su propia comunidad de seguridad económica, atención médica universal, vivienda asequible, impuestos progresivos, educación superior gratuita, respeto por todos los vecinos, sean de donde sean, vengan de donde vengan y tengan el estatus migratorio que tengan. Una ciudad y un estado al servicio del pueblo, no de los intereses de multimillonarios y grandes corporaciones.

Lo + leído