“Una transición política inclusiva, creíble y transparente, que sea propiedad de los sirios y esté dirigida por ellos sigue siendo el mejor y único camino para abordar los enormes e incalculables desafíos del país”, ha manifestado el enviado especial de la ONU para Siria ante el Consejo de Seguridad.
Geir Pedersen ha agregado que esta transición debe llevarse a cabo con la asistencia de la ONU y con una comunidad internacional unida.
“Se debe dar finalmente al pueblo sirio la oportunidad de restablecer su soberanía, superar este conflicto, determinar su futuro y hacer realidad sus aspiraciones legítimas”, ha insistido Pedersen en una sesión del órgano de seguridad sobre la situación en Siria.
El enviado ha dado cuenta de que los líderes de las autoridades de facto se han comprometido públicamente con una nueva Siria para todos los sirios construida sobre bases inclusivas y creíbles, y destacando la coincidencia de estas declaraciones con la resolución 2254 del Consejo de Seguridad.
Discriminación contra las mujeres
Pedersen ha explicado que la vía para la transición trazado por las autoridades de facto preocupa a muchos sirios porque no existe un estado de derecho, ni un marco constitucional o jurídico para los nombramientos y las decisiones políticas, o la comunicación sistemática o la transparencia.
También son motivo de preocupación los informes sobre prácticas discriminatorias contra las mujeres y el aumento de las presiones sociales hacia determinadas normas.
Las mujeres sirias quieren algo más que protección, “quieren una participación significativa en la toma de decisiones o nombramientos para puestos clave, en función de sus calificaciones” y quieren participar en las instituciones de transición, incluidas las cuestiones relacionadas con la condición y los derechos de las mujeres, ha indicado.
Conflicto en el noreste
El diplomático ha expresado gran inquietud por el conflicto en curso en el noreste del país, aunque ha acogido con satisfacción la apertura de un canal directo entre las autoridades provisionales y las Fuerzas Democráticas Sirias.
“Aliento a Estados Unidos, Turquía, los socios regionales y los sirios a que trabajen juntos para encontrar compromisos reales que permitan la paz y la estabilidad en el noreste de Siria. Es vital evitar más conflictos, que podrían tener consecuencias nefastas para los civiles sirios, la estabilidad, la economía, la transición, la lucha contra el ISIS y, potencialmente, la paz y la seguridad internacionales”, ha subarayado.
Pedersen se ha referido a la persistencia de numerosos grupos armados que ejercen autonomía mientras las autoridades continúan consolidando su presencia, advirtiendo que esa situación podría ser explotada por actores externos, “especialmente si la transición sale mal”.
Asimismo, ha mostrado su preocupación por la reestructuración del sector público -que podría empujar a cientos de miles de personas a la pobreza-, y por la presencia continua del ISIS, las áreas de vacío de seguridad y los informes de crecientes tasas de criminalidad en algunas áreas.
En este sentido, ha dicho que el avance hacia una estabilidad y de un ejército nacional estaría vinculado a una transición política integral, creíble e inclusiva, y ha pedido a todos los interesados internacionales “mantener un frente coordinado en apoyo de este objetivo”.
Combatientes extranjeros
El enviado ha apuntado que muchos sirios tienen serias preocupaciones por la inclusión de combatientes extranjeros en los altos rangos de las nuevas fuerzas armadas, así como de individuos vinculados a abusos.
También ha abordado los informes de incidentes graves durante las operaciones de seguridad de las autoridades, incluidas personas muertas en fuego cruzado y malos tratos a los detenidos, así como secuestros, saqueos, confiscación de bienes y desalojos forzosos de familias de viviendas públicas.
Si bien dice haber tomado nota de la posición de las autoridades de facto de que no existe una política de venganza y de medidas adoptadas para la rendición de cuentas sobre estos abusos, ha subrayado que es su responsabilidad garantizar que "todos los actores armados pongan fin a este tipo de acciones y respalden sus afirmaciones con acciones concretas, al igual que trabajar en un marco integral de justicia transicional".
La comunidad internacional debe hacer su parte
Con respecto a las sanciones, Pedersen ha apelado a los países que las aplican a levantarlas, especialmente en sectores críticos como la energía, la inversión y las finanzas, incluido el banco central.
El enviado especial ha concluído haciendo hincapié en la parte que corresponde a la comunidad internacional “en materia de sanciones, economía y soberanía siria, todas ellas cuestiones esenciales para una transición exitosa”.
Crisis humanitaria
En la sesión del Consejo ha participado también la secretaria general adjunta de la ONU para Asuntos Humanitarios, Joyce Msuya, quien ha explicado que crisis humanitaria afecta a más del 70% de la población de Siria.
Los combates en Menbij y sus alrededores, en el este de Alepo, han desplazado a más de 25.000 personas. Más al este, las hostilidades han continuado en las provincias de Ar-Raqqa y Al-Hasakeh, ha detallado.
Msuya ha precidsado que, pese al difícil entorno, la ONU y sus socios humanitarios brindan asistencia crítica y trabajan para adaptar sus operaciones al contexto cambiante del país.
Además, los organismos de socorro están organizando misiones de evaluación “para comprender mejor las necesidades, incluso en áreas a las que anteriormente no habíamos podido acceder. Se está realizando una evaluación rápida de necesidades en todo el país y se esperan resultados iniciales pronto”.
Fondos urgentes a la espera de la reacción de Estados Unidos
En este contexto, ha recalcado, “precisamos 1.200 millones de dólares para llegar a 6,7 millones de personas en Siria hasta marzo de este año”.
La secretaria general adjunta ha dicho que la falta de financiación sigue suponiendo una enorme limitación, citando que decenas de centros sanitarios corren el riesgo de cerrar y que los servicios de agua y saneamiento se han suspendido en los campos de desplazados del noroeste, afectando a más de 635.000 personas.
“Estamos esperando más claridad sobre las implicaciones de la congelación de las actividades financiadas por Estados Unidos y las exenciones humanitarias asociadas. En 2024, el financiamiento estadounidense representó más de una cuarta parte del apoyo al Plan de Respuesta Humanitaria en Siria”, ha especificado.
Msuya ha subrayado, finalmente, que las demoras o suspensión de financiamiento impedirán el acceso de las personas vulnerables a los servicios esenciales.
“Ahora es el momento de invertir en el futuro de Siria. Junto con el apoyo vital más crítico, debemos mantener y restablecer los servicios esenciales de salud, agua y otros servicios que puedan permitir a las personas reconstruir sus vidas y medios de vida”.