Los Objetivos de Desarrollo Sostenible en la encrucijada

12 de Abril de 2024
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Un nuevo informe de la ONU afirma hoy que los desafíos financieros están en el centro de la crisis de desarrollo sostenible del mundo, ya que las asombrosas cargas de deuda y los altísimos costes de endeudamiento impiden que los países en desarrollo respondan a la confluencia de crisis que enfrentan. Sólo un aumento masivo de la financiación y una reforma de la arquitectura financiera internacional pueden rescatar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)

El Informe sobre la Financiación para el Desarrollo Sostenible 2024: La financiación para el desarrollo en una encrucijada (FSDR 2024) afirma que se necesitan medidas urgentes para movilizar financiación a escala para cerrar la brecha de financiación del desarrollo, que ahora se estima en 4,2 billones de dólares anuales, frente a los 2,5 billones de dólares antes de la Pandemia de COVID-19. Mientras tanto, las crecientes tensiones geopolíticas, los desastres climáticos y una crisis mundial del coste de la vida han afectado a miles de millones de personas, perjudicando los avances en materia de atención sanitaria, educación y otros objetivos de desarrollo.

"Este informe es una prueba más de lo lejos que aún nos queda por llegar y de lo rápido que debemos actuar para lograr la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible", afirma la Vicesecretaria General de las Naciones Unidas, Amina J. Mohammed. "Estamos realmente en una encrucijada y el tiempo se acaba. Los líderes deben ir más allá de la mera retórica y cumplir sus promesas. Sin una financiación adecuada, no se podrán cumplir los objetivos para 2030".

Cuando sólo quedan seis años para alcanzar los ODS, los avances en materia de desarrollo logrados se están revirtiendo, especialmente en los países más pobres. Si las tendencias actuales continúan, la ONU estima que casi 600 millones de personas seguirán viviendo en pobreza extrema en 2030 y más allá, más de la mitad de ellas mujeres.

"Estamos experimentando una crisis de desarrollo sostenible, a la que han contribuido las desigualdades, la inflación, la deuda, los conflictos y los desastres climáticos", dice el Secretario General Adjunto de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas, Li Junhua. "Se necesitan recursos para abordar esto y el dinero está ahí. Anualmente se pierden miles de millones de dólares debido a la evasión y elusión fiscal, y los subsidios a los combustibles fósiles ascienden a billones. A nivel mundial, no hay escasez de dinero; más bien, falta de voluntad y compromiso".

Según el documento, la carga de la deuda y el aumento de los costes de endeudamiento contribuyen en gran medida a la crisis. Se prevé que en los países menos desarrollados el servicio de la deuda será de 40.000 millones de dólares anuales entre 2023 y 2025.

Los desastres relacionados con el clima más fuertes y frecuentes representan más de la mitad del aumento de la deuda en países vulnerables. Los países más pobres gastan ahora el 12% de sus ingresos en pagos de intereses, cuatro veces más de lo que gastaban hace una década. Aproximadamente el 40% de la población mundial vive en países donde los gobiernos gastan más en pagos de intereses que en educación o salud.

Si bien la inversión en los sectores de los ODS había crecido de manera constante a principios de la década de 2000, las principales fuentes de financiación para el desarrollo ahora se están desacelerando. Por ejemplo, el crecimiento de los ingresos internos se ha estancado desde 2010, especialmente en los PMA y otros países de bajos ingresos, en parte debido a la evasión y elusión fiscales. Las tasas impositivas sobre la renta corporativa están cayendo, con tasas impositivas promedio globales bajando del 28,2 por ciento en 2000 al 21,1 por ciento en 2023, debido a la globalización y la competencia fiscal.

La Ayuda Oficial al Desarrollo de los países de la OCDE y los compromisos de financiación climática no se están cumpliendo

Si bien la AOD aumentó hasta alcanzar un máximo histórico en 2022, alcanzando los 211.000 millones de dólares, frente a los 185.900 millones de dólares de 2021, gran parte del crecimiento provino de la ayuda a los refugiados que viven en países donantes, y el monto total es inadecuado para el desarrollo. Sólo cuatro países cumplieron el objetivo de ayuda de la ONU del 0,7 por ciento del INB en 2022.  

El informe concluye que el sistema financiero internacional, que se creó en la Conferencia de Bretton Woods de 1944, ya no es adecuado para su propósito. Propone un nuevo sistema coherente que esté mejor equipado para responder a las crisis, aumente la inversión en los ODS, especialmente a través de bancos multilaterales de desarrollo más fuertes, y mejore la red de seguridad global para todos los países. Señala, por último, la Cumbre del Futuro de la ONU en septiembre de 2024 como una oportunidad crucial para cambiar de rumbo. Y destaca la Cuarta Conferencia Internacional sobre Financiamiento para el Desarrollo (FpD4) de junio de 2025 como el momento crítico para que los países se comprometan a cerrar la brecha de financiamiento para el desarrollo e invertir en el logro de los ODS.

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