La jueza de Instrucción número 18 de Sevilla, que investiga a Vito Quiles por injurias y calumnias contra el portavoz de Facua, ha solicitado a la Fiscalía del Supremo que denuncie a Alvise Pérez por amenazas contra ella, ya que el agitador de extrema derecha supuestamente difundió una serie de comentarios amenazantes contra la magistrada a través de su canal de Telegram, en el que tiene más de 700.000 seguidores. Está claro que esta vez Alvise (líder del partido ultraderechista Se Acabó la Fiesta) se ha metido en un buen lío con la Justicia.
“Doy 24 horas a la juez para que rectifique el auto de detención de Vito Quiles y diga que es un error y que solo pide averiguar su paradero; es una orden criminal e inaceptable”, publicó Alvise en su canal de difusión, además de otro posterior en el que asegura haber hablado con la magistrada para trasladarle el mensaje.
Los bulos y amenazas vertidos en redes sociales empiezan a ser perseguidos, tal como debe ocurrir en cualquier Estado de derecho. Precisamente a raíz de la investigación contra Vito Quiles surge el episodio ocurrido con Alvise Pérez (ambos personajes conectados al mundo ultra). Fue el pasado mes de junio cuando la jueza de Sevilla solicitó a la Policía Nacional localizar a Vito Quiles y tomarle declaración a raíz de la querella que Rubén Sánchez, secretario general de Facua, había interpuesto ante él. “Un señor de Murcia soltó que destino el dinero de las subvenciones que recibe Facua a la compra de cocaína (…). El corredor de los 100 metros bulos Vito Zopperalli Quiles debió leer el montaje que me hicieron para hacer creer que tengo tendencias pedófilas y lo versionó deslizando que soy un pederasta que acosa a niñas en los colegios”, denunció Sánchez.
Así relató el portavoz de Facua la persecución contra su persona en su página web: “Me describían como un defraudador de dinero público mafioso pistolero pedófilo acosador de mujeres que oculta su homosexualidad, casado con una prostituta que se acuesta con su padre y tiene a sus órdenes sicarios dispuestos a partir piernas. Y claro, se vieron en la obligación moral de llenar las calles de la ciudad donde vivo de carteles con mi cara para alertar a todo el mundo de que soy un peligrosísimo delincuente”.
“Alvise Pérez afirmó que soy un hacker que hundió una tienda online que montó para salvar España de la tiranía para dedicarme a amenazarle, coaccionarle y extorsionarle. Y como con esa película que se montó batió todo un récord de espectadores, decidió rodar una secuela en la que me denunciaba en los tribunales por otros cuatro delitos pidiéndome 10 años de cárcel. En la tercera parte de esta mítica saga de fantasía patriótica, una jueza decidió primero imputarme y después juzgarme… para finalmente ser yo quien ha llevado a Alvise a los tribunales por habérselo inventado todo. Lo mismo que he hecho con el velocista y el murciano”, relató Sánchez.
Por error de la magistrada, en un principio se solicitó el arresto de Quiles, aunque desde el juzgado se aclaró que los agentes solo debían localizarle para poder notificarle la apertura de la causa contra él. Durante ese periodo de tiempo, el agitador de extrema derecha publicó dos mensajes contra ella ordenándola rectificar sus decisiones judiciales bajo la amenaza de publicar “cosas sobre la definición del término soborno”.