La Casa Real silencia el origen de los deportados españoles en Mauthausen

La ARMH denuncia que la nota oficial de la monarquía evita mencionar que los casi 10.000 españoles enviados a campos nazis eran republicanos perseguidos por el franquismo

13 de Mayo de 2025
Actualizado a las 11:42h
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La Casa Real silencia el origen de los deportados españoles en Mauthausen

La visita de los Reyes al 80 aniversario de la liberación de Mauthausen incluyó homenajes florales ante diversos memoriales, incluido el de los republicanos españoles. Sin embargo, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica acusa a la Casa Real de practicar un silencio institucional intencionado al evitar toda mención al contexto político de esas deportaciones, lo que convierte el gesto simbólico en un acto vacío de contenido democrático.

La asistencia de Felipe VI y Letizia Ortiz a los actos conmemorativos en el campo de concentración de Mauthausen, en Austria, ha vuelto a abrir una herida no cerrada en la historia reciente de España. Aunque durante la ceremonia se realizaron ofrendas florales ante el monumento a los deportados republicanos españoles, la Casa Real omitió por completo en su nota oficial cualquier mención al carácter político de esas víctimas.

Según la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), este silencio no es un descuido, sino una decisión consciente que forma parte de un relato institucional que elude condenar explícitamente al franquismo y reconocer que las víctimas fueron ciudadanos leales a la Segunda República, perseguidos por la dictadura de Franco y entregados al aparato nazi.

“La deportación de miles de compatriotas españoles a campos de concentración fue consecuencia directa de la represión franquista”, recuerda Emilio Silva, presidente de la ARMH. Y añade: “Ocultar este hecho en la comunicación oficial del Estado es una forma de negacionismo histórico que desvirtúa el sentido de un homenaje internacional contra el fascismo”.

La Casa Real, en su comunicado, se limita a relatar la agenda de la jornada, los saludos institucionales y las distintas paradas del recorrido. Incluye la mención a una corona de flores ante el monumento a los republicanos españoles, pero sin especificar quiénes fueron, por qué fueron enviados a Mauthausen ni el papel del régimen franquista en su destino. Para la ARMH, esa omisión priva a las víctimas de su historia y a la sociedad de una memoria completa.

Además, la asociación había solicitado previamente que se cancelara la visita si no se acompañaba de una condena explícita del golpe de Estado de 1936, de la dictadura franquista y un reconocimiento político claro a sus víctimas. Lo contrario, insisten, reduce el acto a un gesto simbólico vacío que simula un compromiso con la memoria democrática mientras se esquiva cualquier responsabilidad interna.

Silva va más allá al señalar que este tipo de actuaciones alimentan el mito de que la democracia llegó a España con la restauración de la monarquía, cuando en realidad, recuerda, fue la Segunda República la que trajo por primera vez elecciones con sufragio universal, libertades y alternancia política real.

El contraste entre el homenaje internacional y el silencio nacional pone de manifiesto una contradicción profunda: España parece dispuesta a denunciar el fascismo fuera de sus fronteras, pero aún no ha enfrentado del todo su propio pasado autoritario. Y como subraya la ARMH, no puede haber memoria verdadera sin una narrativa que incluya a los que lucharon y murieron por la democracia antes de que la monarquía regresara al poder.

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