La Generalitat de Cataluña ha anunciado una prohibición total del uso de teléfonos móviles en todas las etapas de la educación obligatoria, incluida la ESO, a partir del próximo curso. Esta decisión responde a un análisis riguroso sobre el impacto de estos dispositivos en el aprendizaje y marca un giro hacia una digitalización más controlada, saludable y pedagógica.
Un entorno escolar sin pantallas innecesarias
La Conselleria de Educación y Formación Profesional, encabezada por Esther Niubó, ha dado a conocer una medida de gran calado: a partir del curso 2025-2026, el uso de móviles y relojes inteligentes quedará completamente vetado en los centros educativos públicos y concertados durante la educación obligatoria. Esta iniciativa, fruto de las conclusiones de la Comissió de Digitalització i Educació y de los informes de la agencia Ivàlua, persigue “poner orden” en el uso de las tecnologías en las aulas, en palabras de la consellera.
La medida no implica un rechazo a la digitalización, sino un cambio de paradigma. Niubó ha sido clara: "Sería ridículo negar que vivimos en un mundo digital", pero ha insistido en que esta digitalización debe estar "al servicio del aprendizaje", con un enfoque ético y responsable.
Evidencias y evaluación rigurosa
Los datos han sido el motor de esta decisión. La evaluación llevada a cabo por Ivàlua, junto a una encuesta con participación del 90% de los centros públicos, evidencia que el uso libre y no supervisado de dispositivos móviles afecta negativamente al rendimiento académico y al bienestar del alumnado. Núria Comas, analista de Ivàlua, subraya que el potencial educativo de estas herramientas solo se alcanza cuando su uso está estrictamente ligado a finalidades pedagógicas.
En paralelo a la prohibición de móviles y relojes inteligentes, también se limitará progresivamente el uso de pizarras digitales interactivas y tabletas electrónicas en la etapa Infantil, sin eliminarlas del todo. La digitalización no desaparece: se transforma. Se mantendrán, por ejemplo, los portátiles en los cursos superiores de Primaria y la ESO, aunque con nuevas normas: los de 5º de Primaria deberán quedarse en el centro desde 2026-2027, evitando así su uso doméstico sin supervisión.
Una digitalización centrada en el alumno
La Generalitat quiere ahora fomentar un ecosistema digital educativo más coherente, donde el uso de las tecnologías esté guiado por criterios pedagógicos. Por ello, se crearán repositorios de buenas prácticas, se impulsará la formación del profesorado y se introducirán contenidos sobre inteligencia artificial en la ESO, incluyendo una visión crítica sobre sus riesgos.
La implicación de las familias será también clave. Para acompañarlas, se elaborará una guía específica y se intensificará la comunicación escuela-familia sobre el uso adecuado de las tecnologías. Además, se llevará a cabo una campaña de concienciación en redes sociales, que subraye la necesidad de un consumo digital consciente desde la infancia.
Una apuesta valiente por la calidad educativa
La prohibición de los móviles en la educación obligatoria no es un paso atrás, sino un paso adelante hacia un modelo educativo más saludable y centrado en el aprendizaje real. Cataluña se sitúa así a la vanguardia de una tendencia creciente en Europa: la de recuperar la atención, el silencio y la presencia en las aulas, sin renunciar a la innovación tecnológica, pero poniéndola al servicio de la educación y no al revés.