Alberto Núñez Feijóo se le está poniendo cuesta arriba la investidura. Y no solo porque no le salen las cuentas para lograr los apoyos necesarios para ser investido presidente en el Congreso de los Diputados. En las últimas horas le ha surgido un crítico inesperado: el PP de Cataluña, que comandado con un más que beligerante y activista Alejandro Fernández está afeándole sus contactos con el soberanismo catalanista. Una piedra más que añadir al camino ya sembrado de otros obstáculos como el sector ayusista madrileño, que desde hace tiempo se ha convertido en un gran problema para él.
“Que alguien me diga de qué hay que hablar con ellos. Junts es mi rival, un partido cuya tesis esencial es que España es una dictadura dirigida por un rey fascista, con el que se niegan a hablar”, escribió ayer Fernández en la red social X mientras Feijóo arengaba a su militancia en Pontevedra. El líder catalán del PP no está dispuesto ni siquiera a sentarse a negociar con Carles Puigdemont, y quizá ahí esté siendo más coherente que nadie en el PP, un partido que durante meses se ha estado dedicando a insultar a Pedro Sánchez por negociar con separatistas y bilduetarras. Fernández no hace ni más ni menos que aplicar el programa que el propio Feijóo ha impuesto como estrategia de oposición.
Además, el dirigente catalán retuiteaba un comentario en el que un usuario sentenciaba que “en Madrid no se enteran”, haciendo referencia a la decisión de la dirección nacional del PP de negociar con Puigdemont. Feijóo tiene intención de iniciar la ronda de contactos con el resto de formaciones políticas a partir de este lunes. La portavoz parlamentaria del partido, Cuca Gamarra, ya ha adelantado que su partido está dispuesto a reunirse “con todas las fuerzas políticas”, dado que la designación de Feijóo abre “una nueva pantalla” y que la negociación debe realizarse entre las fuerzas con representación en el Congreso de los Diputados y “ahí hay distintas fuerzas políticas”, informa la Cadena Ser.
Gamarra sugirió que sólo excluirá a EH Bildu de esos contactos “por razones obvias”, pero no hizo afirmaciones taxativas en relación a formaciones como ERC o Junts, pese a que lleva meses acusándoles de querer “romper España”. Los populares también hablarán con el PNV, que hasta ahora ha rechazado darles apoyo por sus pactos con Vox. Aitor Esteban, portavoz de la formación, ya le ha dicho a Feijóo que con los herederos del franquismo no tiene nada que hablar.
Núñez Feijóo inauguró ayer el curso político en Pontevedra, acompañado de la plana mayor de su partido. Juanma Moreno, Jorge Azcón, Alfonso Fernández Mañueco, Alfonso Rueda o Fernando López Miras acudieron al acto en el Castillo de Soutomaior para ensalzar al líder y reivindicar un PP fuerte y dispuesto a gobernar España. Aunque hubo una ausencia muy significativa, la de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Un plantón sin duda debido a las diferencias ideológicas de la lideresa madrileña y el dirigente gallego. Ante sus barones, Feijóo se mostró realista ante la posibilidad de que España tenga un Gobierno de derechas. “No será la investidura a corto plazo, sí será la primera piedra”, dijo resignándose al poder de la aritmética, que ha decidido no darle los cuatro escaños que le faltan para ser presidente.
Feijóo fue rotundo en su discurso y reinvindió su legitimidad para formar un gobierno, “sin chantajes ni cesiones a los independentistas”. En este sentido, el líder 'popular' se ha comprometido a dialogar con los partidos políticos que “quieran hablar”, pero no se someterá “a lo que quieran las minorías”. “No somos Sánchez”, alegó.
“El encargo de la investidura conlleva la obligación de hablar con aquellos que quieran hablar y después de hablar se puede coincidir o discrepar, y esto es lo que intentaré durante las próximas semanas. Hablar sí, dialogar también, pero chantajes no, subastas no, someterme a lo que quieran las minorías no”, aseguró.
Fernández se ha convertido en otro Pepito Grillo de Feijóo, una mala noticia para el gallego teniendo en cuenta que Ayuso le ha planteado un pulso permanente por el poder en el PP. La ausencia de Lady Madrid en el acto de ayer en Pontevedra resulta más que llamativa y un indicio claro de que las aguas siguen revueltas en el principal partido de la derecha española.