La pasada semana el Gobierno vivió un momento ciclotímico, al recibir una de cal y otra de arena. El escándalo Aldama, con las acusaciones del empresario de cobro de comisiones por parte de algunos altos cargos del PSOE, sumió al partido en un pesimismo como hacía tiempo no se vivía en Ferraz. Sin embargo, mientras el emprendedor cantaba la traviatta ante el juez, el Ejecutivo conseguía sacar adelante, con la ayuda de sus socios de legislatura, su ambicioso plan de reforma fiscal. Ese fue todo un chute de adrenalina para las huestes socialistas.
Tras la aprobación del plan, que costó sangre, sudor y lágrimas en negociaciones in extremis con Sumar, Podemos, PNV, Junts y Esquerra, el Gobierno ve “mucho más cerca” los Presupuestos Generales del Estado. Un paso que, según la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, “abre un camino muy importante para seguir explorando” las cuentas públicas. “Es mi siguiente meta”, indicó en una entrevista con TVE el pasado viernes, informa La Sexta.
Así, Montero ha defendido que la reforma fiscal aprobada la víspera en el Congreso de los Diputados “puede avalar que Europa dé el visto bueno al plan” que había presentado el Ejecutivo, puesto que "aporta más recursos” y “corrige algunos errores del anterior”. Además, ha puesto en valor que “ha permitido realmente un entrenamiento con todos los grupos políticos a la hora de un diálogo cruzado en donde quiere alguien algo, la otra parte no lo quiere”.
La titular de Hacienda ha aludido así a una ardua negociación que finalmente cristalizaba en el aval de la Cámara Baja a su paquete fiscal este jueves, después de una caótica sesión en la Comisión de Hacienda días antes, tras alcanzar a última hora un acuerdo con Podemos para salvar la reforma el mismo día de su votación. Una situación que ha obligado al Ejecutivo a hacer equilibrismos para contentar a socios con posturas irreconciliables, con promesas aparentemente contradictorias mediante.
“Creo que nos da una perspectiva y abre un camino muy importante para seguir explorando en este caso ahora los Presupuestos, que es mi siguiente meta”, reivindicó, no obstante Montero, el pasado viernes. A su vez, el portavoz de Sumar y ministro de Cultura, Ernest Urtasun, se ha mostrado convencido de que “habrá presupuestos”, por lo que el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que el jueves se abrió a la posibilidad de plantear una moción de censura, “tendrá que seguir sentado esperando en la oposición”.
El portavoz del socio junior de la coalición se ha pronunciado así en una entrevista también en TVE, recogida por la agencia Efe, donde ha afirmado que su grupo está “más optimista” de cara a la negociación presupuestaria dada la “capacidad de negociación y acuerdo” demostrada por el Ejecutivo con sus socios parlamentarios “pese a la atomización del Congreso”.
Sobre la reforma, ha considerado que hay “avances notables”, pero ha admitido que a Sumar le hubiera gustado “ir más allá”. En relación con la norma que reconoce la intermitencia de los ingresos de los trabajadores del sector cultural, Urtasun ha valorado que se haya conseguido adaptar el IRPF. “Esta reforma fiscal va en la buena dirección, pero no ha llegado todo lo lejos que queríamos”, ha subrayado, aludiendo a “cosas pendientes” como “el impuesto energético o seguir avanzando en justicia social”.
El impuesto a las energéticas ha sido, precisamente, el punto de mayor fricción en la negociación de la reforma: el Gobierno pactó esta semana con ERC, EH Bildu y el BNG su prórroga, pero a la vez se ha comprometido con Junts a no gravar a aquellas empresas del sector que inviertan en descarbonización. El jueves, el Ejecutivo acordó 'in extremis' con Podemos la creación una comisión negociadora para impulsar un impuesto a las energéticas. Todo hace indicar que el Gobierno tiene controlado el patio y que podría conseguir los avales para sacar adelante las cuentas públicas. El gabinete Sánchez vive en una especie de paradoja. Un momento dulce y otro amargo, el de la difícil estabilidad gubernamental y el de declaración de Aldama, que se ha propuesto tirar de la manta, respectivamente. La economía no va a tumbar al Ejecutivo de momento. En todo caso, la amenaza llega de un turbio asunto de corrupción que cada día que pasa crece como una bola de nieve.