Alberto Núñez Feijóo deshoja la margarita: presentar ya la moción de censura contra Pedro Sánchez o esperar a que el empresario Aldama siga con el ventilador de detritus contra el PSOE. Al líder del PP le faltó tiempo para ofrecerse a los socios del Gobierno para hacer caer a Pedro Sánchez. Hablamos de Junts, de Esquerra, del PNV. Feijóo se ha ofrecido a todos ellos para que traicionen el pacto de legislatura con Pedro Sánchez y se vayan con él. Pero más allá de los sueños de grandeza del jefe de la oposición, ¿tiene Feijóo alguna posibilidad de que le hagan caso los socios del sanchismo y se suban a su moción de censura? No parece.
Cuesta trabajo pensar que el nacionalismo vasco vote contra Sánchez en un bloque de derechas en el que toma parte Vox, el partido que apuesta por liquidar el Estado de las autonomías. Como tampoco se antoja muy factible que Junts, el partido de Carles Puigdemont, se deje seducir. Los de Feijóo se han pasado años difamando a los indepes catalanes, llamándolos golpistas enemigos de España y mofándose de los que terminaron con sus huesos en la cárcel tras el juicio por el procés. Sería una gran traición a los ideales soberanistas que Puigdemont tragara con la oferta del partido que impuso el artículo 155 tras enviar a los antidisturbios a Barcelona para que machacaran a palos a los ciudadanos que votaron en el referéndum del 1 de octubre. Este argumento valdría también para Esquerra Republicana de Cataluña. No vemos a Rufián y a los suyos, la izquierda de verdad, dando sus escaños al PP para que el gallego sea presidente.
Tras la declaración del empresario Víctor de Aldama ante el juez, el líder del PP ha lanzado un llamamiento a los socios del Ejecutivo para explorar la posibilidad de plantear una moción de censura. Sin embargo, está claro que el candidato conservador no cuenta con los apoyos necesarios. Pablo Montesinos, ex mano de derecha de Pablo Casado y hoy director del periódico digital Artículo 14, asegura que el PP solo se plantea seguir adelante con dicha moción de censura en caso de contar con el número suficiente de votos para poder conseguir que se haga efectiva.
“Ellos aseguran que no dan los números y que presentar una moción para perderla puede darle fuerza, en términos políticos, a Sánchez”, señaló el periodista, destacando que consideran que podría generar un “sentimiento muy contradictorio en las filas del partido”. Sin embargo, Montesinos recuerda que dentro del PP existe un debate interno sobre este asunto. “Hay sectores que creen que hay que ir aunque sea sin los apoyos atados para confrontar con Sánchez y debatir sobre programas”, explica, destacando que una parte del partido considera que no se puede estar siempre “amagando”. Pese a todo, el periodista ha indicado que desde Génova lo que comentan es que “los números no dan tras los contactos directos e indirectos con las formaciones de todo el arco parlamentario”.
El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, ha dado un diagnóstico de lo que puede estar pensando Génova estos días. El líder soberanista ha comparado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con el equipo de fútbol de la capital que más Ligas tiene. “Dar por muerto al Real Madrid en la Champions es una temeridad y hacerlo con Pedro Sánchez después de seis años en el Gobierno lo es también”, manifestó el portavoz de Esquerra en el Congreso, y añadió que el jefe del Ejecutivo central “es capaz de convocar elecciones mañana o de aguantar hasta el 2027”.
El diputado respondió que ve “factible” que se prorroguen las cuentas de este año y que dar a Sánchez por muerto es “una temeridad”. Sin embargo, ha incidido en que, actualmente, el PSOE no tiene un “fontanero” que sea consciente de la aritmética parlamentaria y que, en función de ella, sea capaz de poner de acuerdo a los grupos.
En cualquier caso, el PP jamás irá a una moción de censura show o circense como la que planteó Santiago Abascal, líder de Vox, tras elegir al jubilado catedrático Ramón Tamames como candidato a la Presidencia del Gobierno de España. “No estamos en eso, tenemos el antecedente de lo que pasó y aquello solo sirvió para reforzar a Sánchez. No iremos para hacer el ridículo como hizo Vox”, aseguran fuentes populares.
De momento, la propuesta de Feijóo queda como un brindis al sol. “Si los socios quieren acabar con todo esto, estoy a disposición para abrir una nueva etapa”, dijo con contundencia el pasado jueves, cuando Aldama destapó la caja de los truenos después de salir de Soto del Real. Lo malo es que ni siquiera el gallego se cree lo que está diciendo. No tiene un proyecto ni programa para España, da constantes bandazos en su estrategia política (sin rumbo fijo) y en Europa ya lo tienen calado como el demagogo capaz de torpedear a Teresa Ribera anteponiendo los intereses electoralistas al bien de su propio país. Por si fuera poco, no parece que con la que está cayendo en Valencia –donde su delfín Carlos Mazón es el hombre más odiado del momento por su nefasta gestión de la riada–, sea el momento más propicio para asumir el timón del país.