El esperado acto de conciliación entre Miguel Ángel Revilla y Juan Carlos I ha quedado marcado por la ausencia del rey emérito, quien decidió no presentarse al juzgado de Santander a pesar de ser convocado. El expresidente cántabro, que ha sido demandado por el exmonarca por declaraciones que él considera "injuriosas", no ha dudado en desafiarle públicamente, exigiendo una disculpa y el retorno de los supuestos fondos ilícitos que, según él, Juan Carlos I mantiene en el extranjero.
La cita que no fue: el emérito se queda en Sanxenxo
El acto de conciliación tuvo lugar en el juzgado de Primera Instancia 13 de Santander, pero no contó con la presencia de Juan Carlos I, quien se encontraba en Sanxenxo (Pontevedra) participando en un campeonato de regatas. Preguntado por la prensa, el rey emérito dejó claro que no acudiría al evento judicial y que prefería disfrutar de sus días de descanso con amigos y el mar. La cita se realizó, no obstante, con la presencia de Miguel Ángel Revilla, quien en todo momento mantuvo una actitud firme y tranquila frente a los medios.
En su intervención, Revilla se mostró tajante: “No he mentido. He hablado con fuentes fiables, con personas que tienen credibilidad”. El veterano político insistió en que sus palabras sobre el emérito estaban basadas en hechos conocidos públicamente y que no se arrepentía de haber expresado su indignación. “Me siento apoyado por mucha gente”, añadió, destacando el respaldo popular que ha recibido tras su denuncia pública de lo que considera las "injusticias" cometidas por Juan Carlos I en sus últimos años de reinado.
Reclamaciones y reproches
El monarca, por su parte, reclama a Revilla una rectificación y una indemnización de 50.000 euros por los daños morales ocasionados por sus comentarios. Esta suma, según la abogada del rey, se destinaría a proyectos sociales, en concreto a Cáritas España. Sin embargo, Revilla ha insistido en que no retirará sus acusaciones y ha resaltado que la demanda carece de fundamento: “¿Por qué tengo que rectificar si lo que dije lo dije basándome en información que considero veraz?”, manifestó.
El expresidente de Cantabria también aprovechó la ocasión para desafiar al emérito: “Tiene que repatriar todo el dinero que tiene fuera. Eso es lo que debe hacer”. Un mensaje claro y directo que evidencia el profundo malestar de Revilla ante las revelaciones de corrupción que han marcado la figura del rey emérito en los últimos años.
La sombra de la corrupción
Miguel Ángel Revilla no ocultó su decepción con el monarca. Recordó que en su momento fue uno de los principales defensores de Juan Carlos I, incluso en episodios clave como el 23-F, pero las informaciones sobre su implicación en negocios oscuros y escándalos financieros han cambiado su percepción. “Yo he sido defensor del rey, pero lo que hemos conocido es terrible. Yo no me callo las injusticias”, declaró.
Las críticas de Revilla no se limitan a cuestiones económicas, sino que también han tocado el tema de los privilegios que, en su opinión, aún goza el exmonarca, pese a que la Constitución lo declara “inviolable”. Para Revilla, esa impunidad no debe existir, y considera que la justicia debe prevalecer, incluso cuando el acusado sea una figura tan influyente como el rey emérito.
¿Se resolverá en los tribunales?
Con la conciliación sin éxito, todo apunta a que el caso podría terminar en juicio. Revilla no ocultó su opinión de que este proceso llegará a los tribunales, y en ese escenario, se mantendrá firme en sus acusaciones. “No he robado, soy un ciudadano normal que cumple con sus obligaciones”, reiteró el exmandatario regionalista, quien también aclaró que en Cantabria, a diferencia de otras regiones, los diputados no gozan de privilegios, algo que él mismo impulsó como secretario general del PRC.
Revilla, tranquilo y apoyado por numerosos ciudadanos que lo respaldaron en las puertas del juzgado, dejó claro que no temía las consecuencias judiciales. “Espero que venga si esto acaba en juicio”, apuntó, insistiendo en que si pudiera hablar directamente con Juan Carlos I, le diría que "pida perdón de verdad".
Este desencuentro entre el exmonarca y el político cántabro abre una nueva etapa en lo que podría convertirse en una larga batalla legal. Mientras tanto, las acusaciones de corrupción y los cuestionamientos sobre el legado de Juan Carlos I siguen siendo el foco de atención, tanto en el ámbito político como en la opinión pública.
Con el juicio como horizonte cercano, este enfrentamiento judicial promete mantener a la sociedad pendiente de sus próximos capítulos.