Pocas veces se ha visto un movimiento de la sociedad civil tan amplio y contundente contra las formas machistas de un juez. El 'caso de la manada' supuso un antes y un después y ahora llega la segunda parte de la protesta ciudadana ante los abusos de un magistrado sin la más mínima sensibilidad ante una mujer que denuncia acoso sexual. El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha abierto una diligencia informativa tras recibir más de 900 quejas y denuncias sobre el comportamiento del juez Adolfo Carretero, encargado de la instrucción del caso de la presunta agresión sexual de Íñigo Errejón a la actriz Elisa Mouliáa. Las quejas se centran en la manera en que el magistrado llevó a cabo el interrogatorio de la denunciante durante su declaración.
Los partidos Sumar y Podemos han criticado con dureza la actuación del juez, asegurando que el juzgado “no fue un lugar seguro ni para ella, ni para ninguna mujer”, según declaró Aina Vidal, portavoz adjunta de Sumar. En la misma línea, la ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, expresó su descontento afirmando que “como mujer y feminista, no me he sentido cómoda” con el interrogatorio, señalando la necesidad de avanzar en la protección de las mujeres frente a la violencia.
Uno de los aspectos más controvertidos del interrogatorio fue la pregunta del juez a Mouliáa sobre “para qué se sacó el miembro viril” Errejón durante el encuentro denunciado. La ministra de Igualdad, Ana Redondo, calificó este tipo de preguntas como una forma de “revictimizar a las mujeres” y subrayó la importancia de la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual (LOGILS), que sitúa el consentimiento en el centro del proceso judicial.
Por otro lado, el abogado de Elisa Mouliáa, Alfredo Arrién, ha defendido la actuación del juez Carretero, argumentando que su rigidez en el interrogatorio es necesaria para garantizar la presunción de inocencia del acusado. Según Arrién, el juez “es amo y señor de su juzgado” y su estricto enfoque tiene el objetivo de evaluar la solidez de la denuncia. El letrado defiende que Carretero utiliza estrategias diferenciadas con cada interviniente para obtener información relevante, siendo más duro con la denunciante para verificar la consistencia de su testimonio y más amable con el acusado para facilitar respuestas más naturales.
Mientras las críticas contra el juez Carretero continúan acumulándose, el CGPJ evaluará las quejas recibidas antes de decidir si adopta medidas disciplinarias contra el magistrado. La filtración de los vídeos, en los que se aprecia al juez Adolfo Carretero llevando a cabo un interrogatorio en un tono duro e inquisitivo contra una presunta víctima de abuso sexual, ha provocado un terremoto político en España. En un momento de la secuencia, el magistrado pregunta a Mouliaá sobre aspectos escabrosos del suceso y también le espeta a la denunciante: “¿No será que usted quería algo con ese señor, y al no corresponderle ese señor por eso ahora le denuncia, porque ese señor se ha reído de usted?”.
El juez llega a reprochar a Mouliaá que no incluyese en la denuncia que esa noche estaba muy borracha. “Cuando me empuja contra la pared le intento quitar porque me estaba resultando muy incómodo”, relata la actriz ante el instructor, a lo que este responde: “¿Pero le dijo que parara?”, preguntó el juez, a lo que Mouliáa aclaró que le dijo que “estaba incomoda”. “No, muy incómoda no. Decir 'que me dejes en paz, que no me toques'. ¿Le dijo algo de eso?”, repreguntó el magistrado. Pero lo más intolerable del interrogatorio llega al final, cuando el juez le pregunta a Mouliáa: “¿Pero le intentó bajar a usted las bragas? ¿Cuánto tiempo le estuvo chupando las tetas?”. “Él paró porque yo me zafé”, añadió Mouliaá visiblemente cohibida e incómoda por la actitud dura del interrogador. Entonces el juez le espeta: “Pero señora, si ese señor la tenía en la cama con la puerta cerrada y a él encima... ¿Cómo se levanta y se va? ¿Forcejeó con él?”. A lo que Mouliaá contesta de forma afirmativa.
El estilo Carretero ha sido criticado por juristas de reconocido prestigio como Joaquim Bosch, exportavoz de Jueces para la Democracia: “Las reglas sobre actuaciones judiciales indican que los jueces en los interrogatorios deben actuar siempre con el máximo respeto a las personas declarantes, que no deben incurrir en prejuicios ni en posturas previas, y además deben escuchar activamente a quienes están declarando y esto es incompatible con estar interrumpiendo continuamente lo que dicen”.