Un solo hoyo de un campo de golf consume 100.000 litros de agua al día

03 de Febrero de 2024
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La sequía aprieta y los campos de golf vuelven a estar en el ojo del huracán. Los ecologistas insisten en que en una situación de emergencia como la que nos encontramos es preciso cerrar este tipo de instalaciones deportivas, al igual que las piscinas privadas y públicas de uso recreativo, salvo aquellas que tengan un uso terapéutico y sean necesarias para el entrenamiento de los deportistas. El pasado año, activistas climáticos de Rebelión o Extinción irrumpían en hasta diez campos de golf en las provincias de Barcelona, Madrid, Valencia, Bizkaia y Navarra y en la isla de Ibiza dentro de una campaña que trataba de denunciar el “despilfarro” de agua que supone el golf en medio de una de las peores sequías de la historia.

Ahora bien, ¿son este tipo de instalaciones culpables del derroche de los recursos hídricos? Los datos así parecen ponerlo de manifiesto. Solo un hoyo de un campo de golf engulle más de 100.000 litros de agua al día para mantener el césped que lo rodea, según datos de Ecologistas en Acción, que critican “la irresponsabilidad y el cinismo” de seguir permitiendo este tipo de ocio elitista mientras España se seca.

En aquella campaña, los activistas bloquearon hoyos con cemento y desplegaron pancartas y carteles en los que se leía “¡Alerta: sequía! Golf clausurado por justicia climática” o “El agua es un bien común”. Sin duda, una operación mucho más eficaz, por lo que tiene de concienciación social, que las que llevan a cabo esos activistas que pegan sus manos con cola a obras maestras de la pintura universal en protesta contra la inacción de los gobiernos ante el cambio climático.

Adelante Andalucía ha exigido al presidente andaluz, Juanma Moreno Bonilla, que adopte ya medidas urgentes contra la sequía en lugar de anunciar futuros cortes de agua en la comunidad y ha defendido el cierre de los 109 campos de golf que hay en Andalucía. El presidente de la Junta ya ha adelantado que el próximo verano puede haber serios problemas de abastecimiento para la población. ¿No sería mejor empezar a recortar por los campos de golf o acaso esto es solo demagogia de grupos radicales?

De momento, los directivos de estas instalaciones deportivas están reaccionando para hacer frente a la campaña de los ecologistas. Un estudio elaborado por la Real Federación Española de Golf en colaboración con las principales asociaciones de este deporte (Asociación Española de Greenkeepers, Asociación Española de Gerentes del Golf, Asociación Española de Campos y PGA de España) apunta que casi el 80 por ciento de los campos de golf españoles de menos de 18 hoyos, y más del 60 por ciento en el caso de los campos de 18 hoyos o más, utilizan para su riego agua regenerada o desalada no apta para el consumo humano.

Esos porcentajes se disparan en Andalucía. La razón es obvia. “Aquí llueve menos”, indica Pablo Mansilla, presidente de la Real Federación Andaluza de Golf, informa Efe. Allí empezaron a “apostar por la regeneración del agua” en 1995. En aquellos años comenzaron a conectar las estaciones depuradoras de aguas residuales con muchos campos de la Costa del Sol.

Hoy en día, apunta el dirigente, “en torno al 80 por ciento del riego se realiza con aguas recicladas” y trabajan con las administraciones “para conseguir canalizaciones e intentar algún día llegar al cien por cien”. Precisa que “la calidad del agua regenerada es muy alta”, pero a veces no alcanza el nivel que necesita un campo de golf. “Muchas veces llega con salinidad, con conductividad y eso perjudica a la hierba”, advierte. Un hándicap que contrarrestan con la variedad de la planta que utilizan. “Trabajamos con césped Ray Grass Bermuda 419 que disminuye la necesidad de agua un 50 por ciento y seguimos investigando para encontrar plantas que admitan mucha más salinidad, que casi, casi puedas regar con agua del mar”, apunta.

Esa variedad de tepe tolera el riego con aguas residuales y de la industria alimentaria, tiene un bajo perfil de drenaje y puede tolerar una concentración de sales totales de hasta 2.500 partes por millón. Además, recurren a sistemas de riego inteligentes y saben qué cantidad de agua necesita cada metro cuadrado. Son unos 7.000 metros cúbicos de agua por hectárea y año, lo que da unos 250.000 metros cúbicos de agua anual en cada campo, según los responsables de este tipo de instalaciones.

En todo caso, los campos andaluces, según el ente federativo, representan solamente el 0,3 por ciento de la superficie total del regadío de esa comunidad autónoma. Del 1,1 millón de hectáreas de regadío agrícola en Andalucía, el golf riega 3.500 (y el 80 por ciento usan aguas recicladas).

Mansilla defiende que los ingresos por metro cúbico de riego empleado en golf superan los ingresos de cualquier otro cultivo. Los campos de golf andaluces facturan directamente 220 millones de euros anuales y generan 2.200 millones, dan empleo directo a 5.000 personas e, indirecto a otras 45.000.

“Apostamos por la regeneración de agua y además producimos mucha riqueza en Andalucía. Nos miran con lupa solo algunos porque, en general, en Andalucía tienen buen concepto del golf, sobre todo las autoridades, que entienden que creamos riqueza”, argumenta Mansilla.

En su opinión, “agua regenerada hay para todos porque en los campos no llegamos a usar el 10 por ciento de la que se recicla, así que el 90 por ciento va al mar”. “Regenerar el agua cuesta dinero y necesitas un producto que sea suficientemente rentable como para que te merezca la pena adquirirla, pero sobre todo conducciones, y en eso vamos de la mano de la Junta de Andalucía y sé que se está poniendo las pilas. De hecho, en el último decreto del agua hay mucha inversión en conducción de agua regenerada”, sostiene.

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