La militancia es el poder legítimo de un partido político, lo que le da sentido y fuerza para avanzar.Ningunearla, no tenerla en cuenta y ahogar su voz, significa crear una ruptura dictatorial, una caprichosa dicotomía ideológica que, sin duda, costará un alto precio a dicho partido.Las bases, formadas por mujeres y hombres con criterio propio, no pueden pensar en líneas generales de manera distinta a los cargos, ni viceversa.Debe haber una unidad coherente ideológica, de forma y fondo.De otra manera, aparecerá el caos y las luchas internas autodestructivas.Cuando el objetivo no es común, la debacle está servida.El PSOE, hoy por hoy, prefiere perder militantes, votantes y pactar con la derecha, a formar un gobierno de izquierdas.Llamativo.Las bases se sienten traicionadas en su línea histórica y pierden su razón de ser.Con mayor motivo cuando dicho pacto derechista se realiza con la corrupción, el robo y la podredumbre de fondo.En este caso, hay que decir claramente que abstenerse sí es apoyar, pues si no fuera así el PP no podría gobernar.Por tanto, el PSOE apoyará sistemáticamente los desfalcos, indecencias y recortes a los segmentos de población más desfavorecida.No hay que engañarse ni dejar que nos engañen.Lo único que vale es la lectura de los hechos.Dentro del partido socialista, conviven dos facciones con objetivos y estrategias diametralmente opuestas, difíciles de conciliar y de integrar.Pero una de ellas, debería cambiar nominalmente de bando, pues en la práctica ya lo ha hecho.Váyanse al PP señores socialistas de derechas, pues son más acordes con esas ideas y actos.No perviertan su propia historia ni a los que son consecuentes con ella.
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