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El ascenso de la aristocracia

24 de Agosto de 2024
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El ascenso de la aristocracia

A todos nos han contado que, en la Revolución Francesa, pasaron por la guillotina a los aristócratas y sustituyeron su "viejo régimen" por la "nueva democracia burguesa" (Nueva, en efecto, ya que poco se parece a la que inventaron los antiguos griegos). Pero ¿quienes eran los aristócratas? ¿Y quienes son los burgueses? Saberlo es importante para comprender ese momento histórico y sus consecuencias.

Los burgueses son, sencillamente, los capitalistas. ¿Y quienes más capitalistas que los banqueros? Durante la Edad Media, el papa prohibió, a los cristianos, prestar con interés, bajo pena de excomunión (En aquel tiempo se consideraba usura, acertadamente, cualquier tipo de interés). Tal prohibición dejó todo el negocio de los préstamos en manos de los fenicios (O judíos). En 1.789 esos judíos-banqueros-burgueses tenían todo el poder económico, pero no el político, y eso es lo que "arreglaron" con su revolución.

¿Y quienes eran los aristócratas? La historia escrita por los ganadores, nos los presenta como seres superficiales y un tanto amanerados; poco menos que inútiles que se entretenían empolvando sus pelucas y ensayando danzas ridículas. ¿Eran así realmente? Para saber lo que eran, en realidad, hay que remontarse un poco más. La mayoría de historias que nos han contado sobre Roma se centran en el primer siglo de la era cristiana (Julio César y los primeros emperadores) a pesar de que Roma duró más de mil años. En esas historias imperiales no es raro que aparezca algún Cicerón recordando, con nostalgia, los tiempos de la República. ¿Por qué? Porque fueron los tiempos en los que más pesó la aristocracia.

La aristocracia es un sistema de gobierno que se opone a la democracia. Si en este sistema, cualquiera puede gobernar, en teoría (En la práctica, cualquiera que cuente con el aval de los capitalistas), en aquel solo pueden gobernar los que acrediten mérito suficiente. Aristocracia es lo mismo que meritocracia. ¿Y qué son los méritos sino hechos constatados? Al contrario que los demócratas. que dan mayor importancia a la palabra (A ese programa que nunca se cumple), los aristócratas se fijan en la trayectoria del sujeto que va a ocupar un cargo. En la república romana, el cargo más alto era el de cónsul y solo se podía acceder a él después de haber ocupado otros cargos menores (Eso era "hacer carrera"). Ni que decir tiene que un sistema que se basa en el mérito se opone también a la posibilidad de conseguir el poder por herencia, que es lo propio de la monarquía. Es precisamente, para conservar ese poder heredado que los reyes otorgan títulos a sus cortesanos más fieles, pero no se puede confundir a esos "vientres agradecidos" con verdaderos aristócratas (En la Roma republicana no había reyes que pudieran otorgar títulos).

Puede que sea la "carrera militar" la que mejor ilustre el verdadero comportamiento aristocrático. En la guerra, el aristócrata es el que come con sus soldados y pasa sus mismas penurias; el que no duda en ponerse al frente de la formación, arriesgando su vida, como el que más, y más aún, pues no pocas guerras se zanjaban con combates singulares entre jefes. Era ese valor demostrado lo que causaba la admiración de la tropa, y su ascenso por aclamación. ¿Cuántos jefes militares serían hoy aclamados?

Predicar con el ejemplo es, en suma, la base de la auténtica aristocracia, y eso es lo que intenta hacer Alvise Pérez, aclamado por casi un millón de personas, que lo han ascendido al cargo de eurodiputado, reconociendo así su mérito en la lucha contra la corrupción. Dispuesto a comer, o a pasar hambre, con su tropa, Alvise ha decidido despreciar su sueldo público y sortearlo públicamente. ¿Cuántos políticos demócratas tienen el valor de hacer algo así? ¿Puede que éstos le odien por el simple hecho de que los pone en evidencia?

Fueron los burgueses demócratas del siglo XVIII los que pasaron por la guillotina a los viejos aristócratas y son los burgueses demócratas del siglo XXI los que querrían guillotinar a los nuevos como Alvise, a juzgar por sus palabras. Querrían eliminar la aristocracia, sin duda, para no verse confrontados, para poder seguir disfrutando sus privilegiados e inmerecidos sueldos, sin sentirse culpables, mientras pasamos penurias aquellos que los pagamos. No comprenden que son precisamente ellos los que, con su corrupción, crean las condiciones idóneas para el ascenso de la aristocracia; de ese sistema de gobierno en el que no puede gobernar cualquiera sino solo los mejores, para así tener todos la oportunidad de aprender a ser mejores.

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