El cáncer de origen laboral es la principal causa de muerte relacionada con el trabajo en la Unión Europea. Cada año, 120.000 personas en Europa desarrollan cáncer debido a la exposición a carcinógenos en el trabajo, lo que provoca casi 80.000 muertes, según los expertos. Nos encontramos con un problema de primer orden que es necesario visibilizar, aprovechando la conmemoración del Día Mundial contra el cáncer.
Desde la Unión Europea se han iniciado diversas acciones para luchar contra el cáncer laboral. Por ejemplo, la aprobación del Plan Europeo de Lucha contra el Cáncer que establece un planteamiento nuevo de la UE con respecto a la prevención, el tratamiento y la atención sostenibles del cáncer, abordando la prevención del cáncer en el entorno laboral, ya que el 52% de las muertes laborales anuales en la Unión pueden atribuirse a cánceres relacionados con el trabajo. Entre sus objetivos se encuentra la actualización de la Directiva sobre agentes carcinógenos y mutágenos.
El Plan Europeo va en línea con el recientemente aprobado Marco estratégico de la UE en materia de Salud y Seguridad en el Trabajo 2021-2027, en el que se establecen los compromisos de la UE para reducir la exposición profesional a sustancias químicas.
Recientemente, el Consejo Europeo y el Parlamento Europeo llegaron a un acuerdo provisional sobre la actualización de la Directiva sobre carcinógenos y mutágenos, que ofrecerá nuevas protecciones a la población trabajadora frente al Acrilonitrilo al que están expuestas 33.000 personas trabajadoras en la UE, los compuestos de níquel al que están expuestas 79.000 personas trabajadoras en la UE y al Benceno con 1 millón de trabajadores y trabajadoras expuestos en la UE.
Además, el acuerdo contempla ampliar el ámbito de aplicación de la Directiva a las sustancias tóxicas para la reproducción, por lo que la Directiva pasará a llamarse “Directiva sobre carcinógenos, mutágenos y sustancias reprotóxicas” y regulará 12 nuevas sustancias con estas características, como se reclamaba desde el ámbito sindical.
Sin embargo, mientras en Europa se van dando pasos en esta materia, en nuestro país nos encontramos con un retraso en la trasposición de la tercera modificación de la citada Directiva algo que, para UGT es preocupante e inadmisible, ya que el plazo expiró el pasado 11 de julio de 2021. Este retraso redunda en una peor protección de la salud de las personas trabajadoras.
Igualmente, 4 años después, tras finalizar el plazo el 6 de febrero de 2018, continúa sin trasponerse parte de la Directiva 2013/59/EURATOM, para la protección contra los peligros derivados de la exposición a radiaciones ionizantes, entre las que se encuentra el gas Radón, cancerígeno reconocido que causa en torno a 1.500 muertes al año en España. Urge la trasposición ya que la exposición al gas radón supone un grave riesgo para la seguridad y salud de los trabajadores.
No podemos dejar de mencionar al amianto, al tratar el tema del cáncer laboral. El amianto ya no se puede producir ni utilizar en la UE, pero es un problema para las personas que trabajan en la rehabilitación de edificios. La exposición al amianto se cobra unas 88.000 vidas al año en Europa y representa entre el 55 y el 85 % de los casos de cáncer de pulmón desarrollados en el trabajo. Por ello, entre los compromisos incluidos en el Marco Estratégico de la UE en materia de Salud y Seguridad en el Trabajo 2021-2027, se encuentra la reducción del límite de exposición profesional al amianto. Gracias a la acción sindical, el Parlamento Europeo votó a favor de esta reducción. Desde UGT lo consideramos un avance, pero recordamos que el amianto es un cancerígeno sin umbral, es decir, cualquier exposición al mismo por pequeña que sea, implica un riesgo para la persona trabajadora de padecer en el futuro un cáncer de origen laboral.
A nivel nacional, destacar los avances en relación a la creación del Fondo de Indemnización de las Victimas del Amianto. Tras una lucha sindical de años junto con las asociaciones de víctimas, en los Presupuestos Generales del Estado se ha incluido una partida de 25 millones de euros destinada a indemnizar a las víctimas del amianto, cifra que a todas luces resulta insuficiente, pero que suponen un avance hacia la creación del mencionado fondo. Ahora toca avanzar en la tramitación, por lo que desde UGT reclamamos que se agilicen los plazos para de una vez por todas haya justicia y reparación a las víctimas y a sus familias. Es una deuda que la sociedad tiene hacia ellas.
Pero frente a todos estos avances, continúa siendo necesario visibilizar lo invisible, y es que, en nuestro país, la infradeclaración del cáncer de origen laboral es más que evidente. En 2021 únicamente se declararon 51 enfermedades profesionales causadas por agenten cancerígenos, según los datos provisionales de enfermedades profesionales. Esto contrasta fuertemente con las estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) que cifran en 9.550 las muertes al año por cáncer relacionadas con el trabajo en España. Por lo tanto, acabar con esta infradeclaración debe ser una prioridad para las distintas administraciones.
Y es que el cáncer laboral tiene un alto coste, tanto para las personas trabajadoras que lo padecen como para sus familias y también para la sociedad en su conjunto. Por ello, es necesario avanzar para evitar el desvío de cánceres profesionales al Sistema Público de Salud. Así, las personas trabajadoras víctimas de esta enfermedad tan grave, verán reconocidos sus derechos y accederán a las prestaciones derivadas de contingencia profesional. Por otro lado, las empresas en las que se produzcan estos cánceres tendrán que mejorar sus sistemas preventivos para que no vuelva a ocurrir.
En esta línea se orientan las propuestas de UGT en el marco de la futura Estrategia Española de Seguridad y Salud en el Trabajo 2022-2027, por un lado, con acciones encaminadas a la mejorara de la identificación y reconocimiento de las enfermedades profesionales, y especialmente de los cánceres de origen laboral y por otro en la reincorporación segura y con garantías al trabajo tras haber padecido un cáncer o mientras se está en tratamiento. Todas ellas bajo la premisa de que las empresas tienen la obligación de cumplir con la normativa en materia de prevención de riesgos laborales.
Es el momento de visibilizar lo invisible, de reconocer el cáncer de origen laboral. Desde UGT una vez más, renovamos nuestro compromiso en la defensa de la salud de los trabajadores y de las trabajadoras y seguiremos trabajando cada día por conseguir puestos de trabajo decentes y libres de riesgos laborales.