Es lamentable cómo en repetidas ocasiones participantes en colectivos de cazadores y pescadores se nombran defensores del mundo rural cuando su único interés no es otro que defender sus aficiones y hacerlas pasar por respetuosas con el medio ambiente y con la humana humanidad. No serán la mayoría pero forman parte de una estrategia que acabó con el mundo rural ya hace cientos de años. La derechización en épocas pasadas con estos discursos que se repiten hoy: banderas, tauromaquias, caza y pesca, y la falsa defensa de no sé qué tradiciones que para nada se armonizan en claves contemporáneas, ha llegado al colmo con la publicación, en Jara y Sedal, de la PL presentada por Podemos contra el maltrato animal y con la falsa argumentación de que lo que pretende es acabar con la caza y con la pesca.Y digo derechización porque esta, no sé si minoría, sirve de galgo azuzador a otra caza mayor, la de los votos, presentando toda aproximación sensible al mundo animal como la enemiga que quiere acabar con nuestras costumbres. Discurso en beneficio del caciquil pastar de la política galleada por el clientelismo. Un debate, interesado, de polos opuestos (cazadores contra ecologistas) donde perdemos la oportunidad de entregar al mundo rural algo más que un rústico folclore. Los del Mundo Rural necesitamos resolver positivamente varios elementos que tienen que ver con la convivencia con animales en la naturaleza.Los del Mundo Rural no maltratamos a los animales. La PL va de eso, de maltrato animal injustificado. Y como las animaladas humanas ya se televisan en los móviles, y como, al abandono y matanzas de perros de caza, al hacinamiento en granjas inadecuadas de animales para el consumo, y al abandono en las ciudades de cada vez más mascotas…se han unido las exhibiciones de tortura de animales salvajes, la PL, en la línea de la tradición natural de los que vivimos en el campo, intenta que esto no llegue a más, no encontrando otro modo que el de incluir a los animales salvajes dentro de una normativa hasta la fecha limitada a los domésticos. Los documentos y rueda de prensa incluidos en la noticia, son claros. Los del Mundo Rural convivimos en la frontera de la naturaleza con animales salvajes. No nos sirve la política proteccionista y farisea del gobierno actual que dice defender el medio ambiente pero que endosa todas las pérdidas al agricultor y al ganadero. Ahora no toca demostrar aquí que eso es fruto de una estrategia que lo que quiere es expulsarnos del medio y dejar tierra ancha a la macroempresa alimentaria y su coste medioambiental insostenible. Toca advertir al ciudadano ajeno a este territorio, o que lo pisa en vacaciones, que las ayudas estipuladas por los ataques de la fauna salvaje ni son suficientes ni se esperan y que dejan en absoluto abandono a la gente que vive de su tierra y su ganado, y que, ya solo por ser el guardián de un territorio, merecería trato diferenciado. Hoy lo que recibe es el más absoluto desprecio. Por eso tampoco estamos para las exigencias de extremismos ecológicos. Piénsese lo que, en una sociedad rural en crisis económica, paliaría la caza, la pesca, el consumo local de productos ganaderos de pequeñas explotaciones familiares. Más si estos recursos son explotados en las comarcas donde existen, desde lo sostenible, como una reserva cinegética de calidad que imponga un uso más cercano al sustento que a la diversión.Los del Mundo Rural no vemos con buenos ojos cualquier ralea o garlito. Hay quien sólo quiere volverse paleolítico dando tiros. Para nosotros, insisto, tiene más que ver con el sustento (si el señor nos lo negaba, nos hacíamos furtivos para sobrevivir al hambre). Caza y pesca nos enfrenta a la fauna escurridiza obligándonos a dotarnos de resistencia física, que a la vez es salud. Pero aprovecharse del celo, el hambre, la sed de un animal para abatirlo, de utilizar sofisticados adelantos técnicos, de métodos de acoso, no lo consideramos caza; llámese tiro o calzón quieto. Animal que gastronómicamente sea inútil, no se mata. El animal que se orina de guasa atropellando a un lobo que huye, como él, de una nevada, no nos representa. Despistar a pescadores y cazadores con el señuelo de una noticia manipulada por Jara y Sedal, para que el señorito gane votos, es poco decente. No seamos su presa.
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