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Mentiras del PSOE y sus amanuenses

14 de Noviembre de 2023
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Sánchez y sus palmeros

Si ayer se hablaba de las mentiras de la derecha, unas concretas no todas, hoy toca hablar de las mentiras del PSOE y sus amanuenses. Lo de Sumar no cabe ni incluirlo pues no son más que un grupúsculo al servicio de sus propios bolsillos y que harán todo lo que ordene Pedro Sánchez. Una especie de federación exterior del PSOE. Porque, más allá de la constitucionalidad o no de la ley de Amnistía (no se ponen de acuerdo ni quienes deberían saber del tema), hay aspectos que rodean la misma y la investidura que no dejan de ser mentiras y falsedades. Palabras de políticos paniaguados para engañar al personal.

Sí, engañar, porque en esta época plena de la política espectáculo, donde la alienación del ciudadano es la mayor consecución de cualquier cargo público, el subjetivismo reina. Junto al subjetivismo camina el relativismo, moral e intelectual. Una buena combinación para trastocar la realidad, embrutecer al individuo (que ya no es ciudadanos, ni racional, ni nada) y que sea un agregado de una masa de consumidores de bazofia política, y permanecer en el cargo a toda costa. En la democracia griega, aquella de Pericles, la mayoría de los políticos actuales, sin importar el color, habría sido condenados a tomar cicuta o al desarraigo. Lo de la cicuta igual no, pero el desarraigo debería volver a implantarse porque se piensan que los demás no saben nada.

Patxi, el progre de la clase dominante

Ha dicho Patxi López, mintiendo, ahora lo verán, que «los socialistas votaremos con convicción para que haya un gobierno progresista con una enorme agenda social, que suba las pensiones y el SMI, promocione becas y el transporte público y refuerce la sanidad». ¿Dónde está la mentira? En la manipulación de la propuesta. Fíjense que quiere implantar ese marco como progresista pero esas no son, actualmente, las preocupaciones del ciudadano medio.

Ni habla de la inflación de los productos de primera necesidad, ni del 25% de personas en riesgo de exclusión social, ni de la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores españoles, ni de los problemas en el mundo rural si se aplican las medidas de transporte… Nada de eso es parte del progreso. Y la sanidad, además, no es competencia del gobierno central del Estado en la gestión, ergo ¿cómo puede garantizar mayor calidad del servicio? Además, ¿cómo van a pagar ese dispendio si vienen los hombres de negro con los recortes en 2024 (algo que saben y callan) y con un crecimiento de no más de 2%?

Zapaterismo en vena

José Luis Rodríguez Zapatero, el portavoz oficioso de Sánchez, ha dicho que los partidos políticos son el cauce fundamental de la participación política (el cauce casi único debido a la reforma que él hizo y que imposibilita prácticamente las agrupaciones de electores, que esto nunca se cuenta) y cuyo ejercicio debe ser libre, como establece la Constitución. También dice la CE que deben ser democráticos en su funcionamiento y… el PSOE no lo es. Entonces, si un partido no es democrático en su funcionamiento (en el PSOE se persigue la crítica en redes sociales de los afiliados) ¿está legitimado para otras opciones? Es lo clásico de «haz lo que yo te diga y no lo que yo haga». En realidad en más fariseo el planteamiento de Zapatero porque se queja de que les hagan manifestaciones a ellos, pero alentaba las que se hacían a otros.

En un editorial del propio PSOE afirman que todas las protestas van a conseguir «que nuestras convicciones sean todavía más fuertes». ¿Qué convicciones? Más que nada porque hace tres meses la amnistía era mala y hoy es buena porque hay siete votos en disputa. ¿Son las convicciones un mero cálculo electoral? Si es así son una mierda de convicciones, la verdad. En realidad es que no saben, por incultura manifiesta, lo que son las “convicciones” en la dirección del PSOE. Si ya no hablan ni de socialismo, ni de socialdemocracia y utilizan el vocablo progresista, ¿pueden explicar qué convicciones hay asociadas al mismo? Porque progresistas son infinidad de liberales y parece que tienen convicciones distintas… o no. ¡¡¡Que se os ha olvidado la clase trabajadora por el camino!!!

¿Conflicto, qué conflicto?

Y para rematar este juego de mentiras y falsedades intentan, en el preámbulo de la Ley de Amnistía, convencer a los españoles de algo que es completamente subjetivo. Ergo difícilmente posible encajar en el Derecho. Es curioso que en el Grupo Parlamentario hayan 35 licenciados/graduados en Derecho, más 9 en Ciencias Políticas y de la Administración y no sepan ni concretar hechos, con el añadido de que antes de ayer mismo Félix Bolaños afirmó que no se incluirían actos de corrupción y… los han incluido. ¿Por qué es subjetivo? Porque hablan de reconducir el conflicto político y social existente en Cataluña. Si como dijo el presidente Sánchez hace cinco meses, su mayor acción de gobierno había sido eliminar el conflicto, ¿qué conflicto van a reconducir? De hecho, la amnistía seguramente vuelva a activar el conflicto. Aunque sea por la debilidad y el miedo del ser humano a pasar por prisión, la cosa se había calmado tanto que el PSC ganaba elecciones.

Dicen que la amnistía refuerza el Estado de Derecho y se acaba con la “democracia militante”. Se amnistía pasarse por el arco del triunfo el Estado de Derecho y ¿eso lo refuerza? El concepto de “democracia militante” se emplea mal. El concepto en la práctica significa que el gobierno y los jueces tienen la suficiente capacidad para poder doblegar a quienes quieren acabar con el orden democrático. Son tan ignorantes que establecen que el “demócrata militante” es un señor, seguramente con pelo engominado, que quiere que se cumpla la constitución como él la entiende (no lo dicen así pero se huele ese tufillo zapateril). Sin embargo, si se acaba con la “democracia militante” cualquiera podrá expresar sus preferencias por otro sistema.

¿En España desde cuando no se puede ejercer la libertad de expresión y pensamiento? Porque en la región catalana sí hay persecuciones al disidente. Se inventan los significados de los conceptos porque suenan bien, pero la realidad es que la abrumadora mayoría de los españoles es “demócrata militante”. No les gusta que se cambie el orden democrático por la gatera, como parece estar haciendo Sánchez. Que igual por eso le molesta el significado original, por si se lo aplican a él. Eso sí, tiene a la ejecutiva de palmeros que cuando se queden sin trabajo en política podrán ir a un tablao flamenco. ¿Por qué mienten con algo así y en el marco de una ley?

Amorales, relativistas y discurso para bebés

La amnistía puede llegar a ser constitucional, después de haber estudiado dos años de derecho constitucional quien escribe se muestra incapaz de afirmar o negar (porque todo se mueve políticamente), pero es inmoral. Ya se sabe que Sánchez es un ser amoral, carente de convicciones, de palabra y ese es su mayor aporte a la historia del PSOE. Haberlo convertido en un sinsentido ético y político. Bien es cierto que se para ello se ha rodeado de lo peor de cada casa. Salvo 40 diputados, la práctica totalidad funcionarios, el resto no se sabe si han trabajado alguna vez (solo 6 reconocen haberlo hecho) o tienen un lugar laboral al que volver. Y de los que tienen trabajo asegurado ¿piensan que después de haber vivido cojonudamente van a volver a institutos con problemas de integración, o a colegios con niños que pasan de todo, o a pegar sellos en un puesto burocrático…?

Para rematar todo aparece Yolanda Díaz a soltar la boutade que hacía falta. Según la Vicepresidenta segunda: «La amnistía no va de pocos, va de mucha gente. Es para la gente común». O no se para a pensar, o no se oye cuando habla, o hay que empezar a dudar de sus capacidades intelectuales. No va de mucha gente, va de siete votos y por ello es inmoral, además de no ir en beneficio del bien común. Porque el bien es de los cuatro prófugos y los que se gastan el dinero de la sanidad catalana en pamplinas.

Y todo ello alegremente patrocinado por sus amanuenses preferidos de los medios de comunicación.

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