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Salud y política

04 de Junio de 2025
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Salud y política

Reflexiones y reseña de lo que dio de sí la comparecencia que tuvo lugar el día 5 de mayo en la Comisión de Salud del Parlamento Vasco.

Al colocar estos dos conceptos sobre la mesa, soy de la opinión de que nos llevaría a plantear dos escenarios totalmente diferentes.

Por un lado, el tema de la salud nos invita a fijarnos en aspectos que cuidan y protegen a los cuerpos y mentes de los seres humanos a la hora de vivir, intentando que la supervivencia sea lo más larga posible y se dé en buenas condiciones.

En cambio, al referirnos a la política, enseguida se nos puede ir la mente hacia las diversas ideologías y sus maneras de concebir el buen gobierno de la sociedad, y también hacia las personas concretas que dirigen las formaciones que defienden esas ideologías. Su finalidad teórica debería ser el bien común.

¿Qué pasa cuando juntamos los dos conceptos? Pues que nos enfocaríamos en la manera de organizar y dar forma a las mejores condiciones (normas, campañas) de cara a conseguir un buen estado de salud en la colectividad.

¿A dónde voy con esta introducción?

Como puedes ya saber si me sigues en el blog o en redes, por mi profesión de médico me muevo en el ámbito de la salud, y la última oportunidad que he tenido de estar cerca de personas del mundo de la política que se dedican, al menos teóricamente, a construir un sistema sanitario más eficiente para la ciudadanía, ha sido decepcionante.

El lunes pasado, 5 de mayo, comparecí en la Comisión de Salud del Parlamento Vasco junto a otros dos compañeros de profesión para manifestar lo que para nosotros es una evidencia de la mala gestión de la pasada pandemia.

La comparecencia fue solicitada por la plataforma Bizitza, siempre beligerante en este tema. Ellos nos invitaron a asistir y nosotros accedimos gustosamente.

Nuestro objetivo era manifestar en el Parlamento lo que para nosotros es incontestable. Yo me encargué de introducir a mis compañeros en su exposición de los hechos. Y en esa pequeña presentación me referí al exceso de dolor, enfermedad y muerte soportados por la población vasca, por encima de lo que podría corresponder.

Es evidente que la comparecencia tenía lugar en el Parlamento Vasco y los hechos se debían reducir a lo ocurrido en esta comunidad autónoma. Pero esta realidad puede ser extrapolable, sin ninguna duda, al resto del Estado Español, lo mismo que a la generalidad de los Estados de este mundo.

Finalicé mi corta intervenciónhaciendo referencia a que mis dos compañeros iban a mostrar a los parlamentarios presentes la realidad que sistemáticamente ha sido callada y ocultada por las autoridades sanitarias, políticas y medios de comunicación.

A continuación, los doctores Juanjo Martínez Rodríguez(especialista en Cirugía General y de Aparato Digestivo, y también especializado en la terapia con ozono) y Ángel BidaurrazagaVandierdonck(profesor jubilado de la Universidad del País Vasco) hicieron su exposición, en castellano y en euskera, respectivamente.

El tiempo en este tipo de escenarios está muy limitado (20 minutos), con la posibilidad de que los parlamentarios formulen preguntas, un turno de respuesta por nuestra parte (10 minutos) y una última intervención de los parlamentarios. Como se dejó bien claro, no había posibilidad de generar debate en ningún momento.

La sesión fue grabada tanto por los servicios audiovisuales del Parlamento Vasco (se pudo seguir en directo) como por un equipo traído por Bizitza. La grabación se irá desgranando en pequeñas píldoras durante estos días.

A lo que me quería referir es al talante de algunos de estos políticos que, según decía al principio del escrito, al menos teóricamente tienen la misión de articular las instituciones de la Sanidad Vasca para lograr un mejor estado de salud en el conjunto de la ciudadanía de esta comunidad autónoma.

Hubo un agradecimiento cortés a nuestra exposición por parte de los dos primeros grupos representados, los minoritarios Vox y PP. Y cuando llegó el turno del grupo Socialistas Vascos, vino la tormenta.

Para su portavoz, no deberíamos haber podido exponer lo que dijimos  en  el  Parlamento  Vasco.  Definió  lo  expuesto como «mensajes peligrosos» para la ciudadanía. Os podéis imaginar lo que salió de su boca: teorías conspirativas, emisores de bulos, etc., etc.

Tuvo la desvergüenza de acusarnos de atentar contra la salud de la ciudadanía que les ha elegido para defenderles. Tachó de «sandez» nuestra referencia a la censura vivida desde las autoridades políticas, sanitarias y medios de comunicación y al autoritarismo vivido en nuestras carnes. ¿Sandez? Si él mismo, un instante antes, dejó bien claro que por él no nos hubiera dejado comparecer allí.

¡¡Qué desfachatez!! Él mismo mostró a cara descubierta su contradicción.

Su contestación avanzó hacia la confianza en el consenso científico, afirmando que nosotros sólo nos representamos a nosotros mismos y que no representamos dicho consenso científico. Negó también las afirmaciones basadas en datos que hicimos sobre la falsedad y la mala utilización de las pruebas PCR. Su argumento fue que esos datos fueron tachados de bulos por las agencias de verificación de hechos y noticias, los famosos fact-checkers.

Y culminó su intervención rasgándose las vestiduras al haber escuchado nuestra presentación poniendo en duda el éxito de las vacunas covid-19, éxito defendido por el ya mencionado consenso científico y las organizaciones internacionales.

El representante nacionalista, algo menos duro en las formas pero de igual opinión, expresó que no compartía nuestra versión de los hechos. Nos tachó de oscurantismo, ya desde la misma solicitud de comparecencia firmada por Bizitza. Una solicitud en la que únicamente se pedía comparecer para exponer datos sobre la gestión covid y la petición de un estudio epidemiológico relacionado con las llamadas vacunas covid.

¿Oscurantismo? Me resulta difícil ponerme en el pellejo de esta gente que ocupa unos puestos de representación de la ciudadanía vasca.

Continuando con su respuesta, el representante nacionalista se preguntó sobre quién establece la fiabilidad de los estudios, aludiendo a los estudios en los que nos apoyamos. Afirmó que había escuchado palabras duras en nuestra exposición y que no estábamos en posesión de la verdad a la hora de acusar de genocidio en oculto por todo lo ocurrido. Parece que para él nuestra exposición estuvo compuesta de palabras «deleznables».

Finalizó reiterando, tal y como lo hizo el socialista, que estábamos lanzando mensajes peligrosos, «amenazantes», y que, según la OMS, las vacunas covid habían salvado entre 14’4-19 millones de vidas solamente en 2021. Apostó, asimismo, por el consenso científico y político, dejando una pregunta al aire al plantear su duda de que algún gobierno tomara decisiones negativas para la población.

En un ejemplo de manipulación del lenguaje, se quedó con la mitad de una frase de la intervención de mi compañero Juanjo Martínez Rodríguez: «no se fíen de nada de lo que he dicho». Pero no dijo la frase entera:

«No se fíen de nada de lo que he dicho; investíguenlo ustedes, miren si tenemos razón (que se van a dar cuenta de que la tenemos) y actúen en consecuencia, porque ustedes tienen la posibilidad de parar esta barbaridad que se está cometiendo y parar inmediatamente la vacunación».

¿Manipulan o no manipulan sus señorías?

Mi compañero Juanjo Martínez Rodríguez se encargó de responder a las cuestiones planteadas por los parlamentarios vascos durante 10 escasos minutos. Es totalmente imposible argumentar adecuadamente en 10 minutos para refutar las milongas que lanzaron los parlamentarios, pero esto es lo que hay. Éstas son las reglas del juego y así las aceptamos.

Los portavoces del PSOE y del PNV declinaron volver a hablar, simplemente para no darnos más tiempo en esta Comisión de Salud. Algo así como «ahora me pico y no respiro».

Una de las cosas que me sorprendió de esta comparecencia es el silencio del grupo de EH-Bildu. No participaron en ninguna de las dos oportunidades de hablar a las que tuvieron derecho. ¿No tienen opinión sobre lo ocurrido durante estos años de pandemia? ¿O saben que podemos tener razón y no quieren levantar la liebre?

Seguimos en el camino. Salud para ti y los tuyos.

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