Almeida niega el genocidio en Gaza y blanquea a Netanyahu

Las declaraciones del alcalde de Madrid reducen la masacre de miles de civiles palestinos a un simple conflicto bélico, confundiendo el Holocausto con la ofensiva israelí actual

08 de Septiembre de 2025
Actualizado a las 14:12h
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El alcalde Almeida, durante el pleno de Cibeles de este lunes Ayuntamiento de Madrid
El alcalde Almeida, durante el pleno de Cibeles de este lunes Ayuntamiento de Madrid

El debate en el Ayuntamiento de Madrid sobre la masacre en Gaza dejó este lunes unas declaraciones indignas del alcalde José Luis Martínez-Almeida. Ante la petición del PSOE y Más Madrid de condenar lo que organizaciones internacionales, juristas y organismos de derechos humanos ya califican como genocidio, el regidor popular se aferró a un negacionismo peligroso: “No hay un genocidio en Gaza. No me gusta lo que estoy viendo, pero no hay un genocidio. Genocidio fue lo que ocurrió contra el pueblo judío durante la II Guerra Mundial”.

Con estas palabras, Almeida no solo rebajó la magnitud del horror actual, sino que utilizó de manera distorsionada la memoria del Holocausto para exculpar a Benjamin Netanyahu, cuyo Gobierno lleva meses castigando a la población civil palestina con bombardeos indiscriminados, hambre forzada y destrucción sistemática de hospitales, escuelas y viviendas.

Un discurso que confunde memoria histórica y derecho internacional

Lo que resulta especialmente grave es que, desde la tribuna de oradores, el alcalde de Madrid equiparó la denuncia del genocidio palestino con antisemitismo. Almeida acusó a la izquierda de querer “la desaparición del Estado de Israel” y rescató consignas como “Desde el río hasta el mar” para insinuar que toda crítica al Gobierno de Netanyahu es una invitación al odio contra el pueblo judío.

Este discurso reproduce un marco habitual en la derecha española: blanquear los crímenes de guerra israelíes y demonizar a quienes defienden el derecho internacional. Lo que está en juego no es una cuestión ideológica, sino la vida de miles de niños y niñas en Gaza que mueren bajo las bombas o por inanición. Defender su derecho a vivir no tiene nada que ver con antisemitismo, y resulta indecente que un alcalde confunda ambos planos.

Almeida redobló además su ataque contra la ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, a la que tildó de “impresentable” e “indigna de estar en el Gobierno” por haber votado en contra de una resolución en Bruselas sobre los atentados de Hamás del 7 de octubre. Israel, que ya le ha prohibido la entrada al país junto con Yolanda Díaz, cuenta con un apoyo férreo en el PP y Vox para estigmatizar a quienes no se pliegan a la narrativa oficial.

PP y Vox, en sintonía con la ultraderecha internacional

Las declaraciones de Almeida no fueron un hecho aislado. En paralelo, PP y Vox intensificaron sus ataques contra Pedro Sánchez tras el anuncio de medidas diplomáticas para frenar la ofensiva israelí. Santiago Abascal, fiel a su estilo incendiario, llegó a acusar al presidente del Gobierno de “aliarse con Hamás” para ocultar el caso judicial de su esposa. En un mensaje en X (antes Twitter), el líder ultra llegó a vincular la posición española con un supuesto deseo de Sánchez de disponer de armas nucleares “para defender a Hamás y a Maduro”.

Por su parte, el portavoz popular en la Asamblea de Madrid, Carlos Díaz-Pache, tachó la posición del Ejecutivo de “repugnante declaración antisemita”, alineando el discurso del PP con el de Vox y con la extrema derecha internacional. Díaz-Pache fue aún más lejos al insinuar que Sánchez, de tener armamento nuclear, podría lanzarlo contra Israel: “¿Una bomba nuclear en Tel Aviv? ¿Eso es lo que pretende hacer?”. Un delirio retórico que evidencia hasta qué punto la derecha española ha perdido el contacto con la realidad.

Mientras tanto, Sánchez ha dejado claro que condena los atentados de Hamás, pero también ha señalado que lo que ejecuta Israel “no es defenderse, es exterminar a un pueblo”. Una afirmación que no es una opinión partidista, sino una descripción que coincide con lo que alertan expertos de Naciones Unidas y del Tribunal Penal Internacional.

El negacionismo como estrategia política

La estrategia del PP y Vox es clara: reducir cualquier denuncia de crímenes contra la humanidad a un supuesto ataque antisemita, mientras blanquean la brutalidad de Netanyahu. Almeida y Abascal se alinean así con los sectores más radicales del sionismo internacional y tratan de presentar como “aliados del terrorismo” a quienes defienden la legalidad internacional.

Lo que la ciudadanía debería tener presente es que negar un genocidio en curso, relativizar la masacre de niños y acusar de terroristas a quienes exigen paz y justicia es algo mucho más que un error político. Es una muestra de hasta qué punto ciertos dirigentes han normalizado el desprecio por la vida humana cuando no se ajusta a sus intereses estratégicos.

El PP y Vox, al situar a España en el lado de los verdugos, ponen en riesgo no solo la credibilidad internacional de nuestro país, sino también los valores básicos de humanidad que deberían guiar a cualquier democracia.

La defensa de Gaza no es antisemitismo

Hay una línea roja que no se puede cruzar: defender el derecho de la infancia palestina a sobrevivir no es antisemitismo, es una exigencia moral y legal. El antisemitismo existe y debe combatirse, pero utilizarlo como escudo para justificar bombardeos masivos, castigos colectivos y hambre forzada desvirtúa la memoria del propio Holocausto.

Almeida, Abascal y la dirección del PP deberían recordar que la democracia no se mide por cuántos discursos grandilocuentes se pronuncian, sino por la capacidad de proteger a quienes son víctimas de crímenes atroces. Callar ante el genocidio de Gaza, o negarlo, es estar del lado equivocado de la historia.

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