Un defraudador confeso no es un defraudador: cómo el juez Hurtado ha instaurado la neolengua del PP

El juez instructor del Supremo cambia la forma de entender el Código Penal, y hasta el diccionario de la RAE, para exculpar al novio de Ayuso de dos delitos fiscales

29 de Enero de 2025
Actualizado a la 13:24h
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El juez Hurtado en una imagen de archivo.
El juez Hurtado en una imagen de archivo.

El caso del novio de Ayuso está adquiriendo tintes grotescos. El último esperpento es ese auto del juez Ángel Hurtado, uno de los magistrados próximos al PP que ha venido a decirnos, con todas las letras, que un defraudador confeso no es un defraudador. El instructor del Tribunal Supremo se acoge al tecnicismo legal de que toda persona es inocente mientras no recaiga sobre ella una sentencia condenatoria. Y hasta ahí todo correcto. No miente. El problema surge cuando un contribuyente, en este caso Alberto González Amador, pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, ha reconocido haber cometido dos supuestos delitos contra la Hacienda pública. ¿Cómo se llama a eso? ¿Cómo puede expresar esa idea un común de los mortales, un ciudadano de la calle que no entiende de leyes? Al pan hay que llamarlo pan, y al vino, vino. Pero las derechas españolas, insufladas por el espíritu trumpista de Miguel Ángel Rodríguez, asesor y hombre de máxima confianza de Ayuso, están consiguiendo implantar una distopía, una neolengua, un mundo al revés para que las cosas no sean lo que son, ni se nombren como se tienen que nombrar, ni parezcan lo que parecen. Una inmensa paranoia.

Esta neolengua leguleya que tratan de imponerle al pueblo, propia de aquella novela de Orwell que anticipaba un mundo donde las palabras habían perdido su sentido bajo el poder del Estado totalitario y de un Gran Hermano que todo lo vigilaba y todo lo controlaba, se extiende ya por toda la sociedad. Así es el trumpismo, un elixir que se le da a beber a las masas para narcotizarlas y que voten fascismo. Lo hemos visto durante la toma de posesión de Donald Trump como presidente de Estados Unidos. Un tipo como Elon Musk, el hombre más rico del mundo que ha puesto su talento informático y su poderosa red social X al servicio del nuevo dictador, se permitió salir a escena y hacer el saludo nazi, descaradamente, ante toda la humanidad. Todo el planeta lo vio, pero ellos, los trumpistas, nos dijeron al día siguiente que aquello que habíamos visto con nuestros propios ojos no lo habíamos visto en realidad. Musk no había hecho el saludo hitleriano, sino que tenía un tic que le llevaba a que se le disparara la extremidad derecha, o llamaba a un taxi o pedía la cuenta al camarero del hotel donde se celebraba el aquelarre neonazi. Según el mundo fascista, la realidad no es tal como la percibimos.

Hoy, por primera vez en democracia, un fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, declarará ante el Supremo en una nueva caza de brujas o proceso inquisitoral por haber filtrado el dosier tributario del tal Amador. Y de nuevo asistiremos al gran espectáculo facha consistente en construir universos paralelos, realidades alternativas. El fiscal será sentado en el banquillo de los acusados mientras el famoso presunto defraudador lo verá todo desde su casa y tranquilo porque su proceso judicial kafkiano se suspende una y otra vez, como si a la Justicia le diese miedo meterle mano a ese morlaco. Empezamos a comprobar que la Justicia española no era lenta, solo era lenta para algunos y muy diligente y eficaz para otros. Lógicamente, todo ese disparatado mundo al revés no sería posible sin la contribución de la caverna mediática, esa Brunete periodística que contribuye a poner el decorado para que la verdad sea mentira y la mentira verdad.

El juez Hurtado pasará a la historia como el hombre que nos dijo que quien reconoce haber cometido un delito no es un delincuente. Es decir, el defraudador no es defraudador, el ladrón no es ladrón y el homicida no es homicida por mucho que haya confesado el delito. Una nueva forma de entender, no ya el Código Penal, sino la Real Academia Española de la Lengua, se ha implantado sin que nos demos cuenta por puro interés político de una casta reaccionaria. “Hurtado ya ni se esconde en considerar que a la pareja de Isabel Díaz Ayuso se le considera un defraudador confeso, sin serlo”, asegura El Plural. “Esta afirmación, a estas alturas del proceso, pasa por alto lo que ya está sobradamente acreditado. Sí, hay constancia de que el abogado de Alberto González Amador confesó dos delitos contra la Hacienda Pública en el correo enviado a Julián Salto, de la Fiscalía de Delitos Económicos de Madrid, el 2 de febrero de 2024. Sí, Alberto González Amador pagó más de 600.000 euros a la Agencia Tributaria para tratar de evitar la cárcel por sus delitos fiscales, a sabiendas de que Hacienda no los aceptaría debido a que la investigación ya estaba en marcha”, añade el citado medio.

Las pruebas, por desgracia, ya no valen nada para el juez Hurtado, que ha rechazado los testimonios de los periodistas que, en sede judicial, han declarado que tenían el informe Amador con anterioridad a que la Fiscalía informara sobre ello –mal se puede cometer un delito de revelación de secretos cuando el secreto ya se ha revelado–. También ha desestimado la petición de la defensa del fiscal para que se lleve a cabo el volcado del teléfono móvil de Miguel Ángel Rodríguez (lo que demostraría que fue él quien dio inicio al bulo que ha llevado al fiscal general al banquillo), así como otras diligencias que serían necesarias para aclarar todo este embrollo y que Hurtado aparca porque le desviaría de su objetivo principal: acabar con la carrera política del sanchista García Ortiz. Lo único en lo que Hurtado ha cedido ha sido en la incorporación a la causa de varios documentos, como pedían las defensas, consistentes en varias instrucciones y guías de actuaciones del Ministerio Fiscal, así como dos noticias publicadas en el diario El País este mes.  

“No obstante, para continuar poniendo el foco en la filtración, y no en el delito en sí, Hurtado ignora estos hechos y considera más preocupante el daño reputacional que está sufriendo el novio de Ayuso. En su auto del lunes, el magistrado desestimó la petición de García Ortiz de posponer su declaración en calidad de investigado, por lo que se mantendrá para este miércoles. Del mismo modo, la fiscal provincial de Madrid, María del Pilar Rodríguez, deberá comparecer este jueves, al haberse rechazado también su solicitud de aplazamiento”, asegura El Plural.

A partir de ahora, nadie podrá llamar defraudador confeso a Amador sin que lo lleven a los tribunales. La neolengua y el mundo al revés que nos imponen da miedo. “Tengo la sensación de estar bajo un escenario paranormal”, asegura la ministra Pilar Alegría. Y con razón.

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