Dolors Montserrat culpa a Sánchez mientras el PP deja los bosques arder por su incompetencia

La secretaria general del PPE culpa al Gobierno, pero olvida la pésima gestión de su propio partido en la protección forestal

25 de Agosto de 2025
Actualizado a las 11:37h
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Dolors Montserrat culpa a Sánchez mientras el PP deja los bosques arder por su incompetencia
Dolors Montserrat, secretaria general del Partido Popular Europeo (PPE), no ha perdido ocasión de cargar contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Durante la Festa Major de Blancs i Blaus en Granollers

Dolors Montserrat, secretaria general del Partido Popular Europeo (PPE), no ha perdido ocasión de cargar contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Durante la Festa Major de Blancs i Blaus en Granollers, Montserrat afirmó que un informe del Tribunal de Cuentas de la Unión Europea demuestra que Sánchez “es un incompetente” en la gestión de la prevención de incendios.

Según sus declaraciones, faltarían 320 millones de euros destinados a la gestión forestal y a la prevención de incendios, y el Gobierno los estaría destinando a intereses personales y políticos de los socios de Begoña Gómez, Santos Cerdán y Koldo García. A juicio de Montserrat, el Ejecutivo se esconde ante las crisis, “primero desaparece, luego vuelve a confrontar y dividir, pero la verdad es que no ha hecho la prevención que le tocaba”.

Sin embargo, la crítica de Montserrat pasa por alto un hecho clave: durante años, cuando el PP gobernaba España, la inversión en prevención forestal fue claramente insuficiente y las advertencias sobre riesgos de incendios fueron sistemáticamente ignoradas. Los informes internos y externos han señalado que muchas comunidades autónomas carecían de planes de prevención, equipamiento y personal suficiente precisamente durante las etapas en las que el PP tenía responsabilidades.

Historia de negligencias

No es un secreto que los incendios forestales en España han seguido un patrón recurrente: olas de calor, falta de inversión en limpieza de montes, ausencia de cortafuegos y escasa coordinación entre administraciones. En varias ocasiones, los gobiernos del PP fueron criticados por el Tribunal de Cuentas y por asociaciones de bomberos y forestales por no asignar los fondos prometidos a la prevención, centrándose más en campañas mediáticas que en medidas concretas sobre el terreno.

Por ejemplo, en Andalucía y Galicia, durante los mandatos populares, los recortes presupuestarios afectaron directamente a los servicios de vigilancia y extinción, y muchas brigadas forestales denunciaron la precariedad de los medios a su disposición. Las inversiones reales no se ajustaban a las necesidades de protección frente a incendios, y las alertas tempranas fueron sistemáticamente ignoradas en muchos casos.

La prevención no es un juego político

El problema de fondo no es de ideología, sino de gestión efectiva. Mientras Montserrat acusa al Gobierno de Sánchez de “desaparecer ante las crisis”, la realidad muestra que la prevención de incendios requiere planificación, recursos y continuidad en el tiempo, algo que no se improvisa de un día para otro. La política de acusaciones y titulares no sustituye la limpieza de bosques, el mantenimiento de cortafuegos o la formación de equipos de intervención rápida.

Además, los datos del Ministerio para la Transición Ecológica muestran que España ha aumentado en los últimos años la inversión en prevención y control de incendios, con programas que incluyen drones de vigilancia, refuerzo de brigadas forestales y sistemas de alerta temprana. Sin embargo, la política de comunicación del PP tiende a minimizar estos avances y a presentarlos como inexistentes.

¿Quién deja realmente los bosques desprotegidos?

Si observamos la gestión histórica del PP, resulta evidente que muchas de las carencias actuales en prevención forestal se arrastran desde gobiernos anteriores, cuando los recortes y la falta de coordinación dejaron a los servicios de extinción en inferioridad de condiciones frente al aumento de incendios provocado por el cambio climático.

El PP, tanto en Madrid como en otras comunidades autónomas bajo su control, ha tenido responsabilidad directa en varios de los peores incendios registrados en las últimas dos décadas. No son solo cifras; son vidas humanas, viviendas y ecosistemas afectados.

Por eso, los reproches de Montserrat suenan huecos cuando se comparan con la realidad de años de gestión negligente por parte de su propio partido. La crítica política no puede borrar el hecho de que la prevención requiere continuidad, recursos estables y voluntad política real, más allá de los discursos y de los informes que se interpretan según conveniencia.

Más allá de la confrontación

El informe del Tribunal de Cuentas europeo destaca la importancia de la inversión sostenida en prevención forestal. Pero señalar culpables de manera simplista no mejora la seguridad de los bosques ni protege a los ciudadanos. La clave está en la colaboración entre administraciones, en el uso eficiente de los recursos y en la planificación a largo plazo.

Mientras tanto, Montserrat ha seguido vinculando los fondos autonómicos y la condonación de deuda con un “chantaje separatista”, reforzando su narrativa de confrontación política en lugar de soluciones técnicas. Esta postura, además de divisiva, desvía la atención de la necesidad real: proteger los montes, formar a brigadas, mejorar los planes de emergencia y garantizar la coordinación entre todas las administraciones competentes.

La crítica de Dolors Montserrat a Pedro Sánchez por la prevención de incendios tiene un enfoque sesgado y omite un contexto crucial: la responsabilidad histórica del PP en la gestión forestal. La política de acusaciones no sustituye la acción sobre el terreno, y mientras los discursos se suceden, los bosques siguen necesitando inversión, planificación y medidas concretas para proteger vidas y patrimonio natural.

La prevención de incendios es un asunto técnico y social, no una herramienta de propaganda. Y mientras algunos se centran en titulares y acusaciones, la realidad sigue mostrando que la incompetencia no tiene color político, sino que se manifiesta en la ausencia de medidas concretas y en la falta de compromiso con la seguridad y el medio ambiente.

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