El PSOE de Pedro Sánchez ha vuelto a dar un ejemplo de lo que realmente es la socialdemocracia actual: un edificio con fachada presuntamente progresista, pero con un interior absolutamente entregado a los intereses de las élites.
Hoy no ha dudado en unirse al Partido Popular, a la extrema derecha de Vox y a los neoliberales de Ciudadanos para tumbar en el Pleno del Congreso las propuestas de reforma fiscal pactadas por Unidas Podemos y otros socios de investidura, entre las que se encontraba un nuevo impuesto a las grandes fortunas, no bonificable por las comunidades autónomas, y recargos para grandes empresas y entidades financieras.
Unidas Podemos pactó una propuesta conjunta con Más País-Equo, Compromís, EH-Bildu y la CUP, que en la votación ha sido respaldada por la práctica mayoría de los grupos que apoyaron a Pedro Sánchez en su investidura. La propuesta de Unidas Podemos contó con la oposición de todos los grupos conservadores y ultras, a los que no ha dudado en sumarse el PSOE de Pedro Sánchez.
El grupo socialista, que en realidad, ya sólo defiende los postulados de la socialdemocracia pragmática heredera de las teorías políticas de Manuel Valls y Matteo Renzi, ya había anunciado que no apoyaría la propuesta de su socio de coalición. Para justificar semejante despropósito progresista, el PSOE de Pedro Sánchez se escudó en que no apoyaría ninguna propuesta relacionada con la reforma fiscal hasta que el Ministerio de Hacienda elevara una propuesta.
Sin embargo, los representantes del PSOE de Pedro Sánchez ni siquiera se han quedado en la abstención, sino que, directamente, han votado en contra.
Que los ricos paguen más
El texto, rechazado por el Congreso gracias a la unión del PSOE de Pedro Sánchez con la derecha y los ultras, está basado en las propuestas planteadas por Unidas Podemos, con un nuevo impuesto a las grandes fortunas, un recargo temporal a las grandes empresas en el Impuesto sobre Sociedades, nuevos tramos en el IRPF a partir de rentas superiores a los 120.000 euros y rebajas fiscales para pymes y la reducción del IVA aplicado a productos de higiene femenina, servicios veterinarios y peluquerías.
Sin embargo, a raíz del acuerdo con el resto de las fuerzas que, con verdadero espíritu progresista, han votado a favor, se contempla que la recaudación y gestión del nuevo impuesto sobre grandes fortunas sea competencia exclusiva de las comunidades autónomas.
Además, contemplaba la propuesta de Bildu de crear de un impuesto temporal a la banca, mediante un recargo del 7% sobre los beneficios a las entidades financieras que adeuden parte del rescate bancario y que cuenten con beneficios netos superiores a los 100 millones de euros.