Felipe VI era partidario de recibir a Javier Milei en Zarzuela

21 de Junio de 2024
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¿Han surgido tensiones entre Moncloa y Zarzuela a cuenta de la visita de Javier Milei? Sin duda, cuando menos podría decirse que el asunto se ha llevado en medio de puntos de vista diferentes entre ambas instituciones. Zarzuela siempre es partidaria de recibir a los jefes de Estado que visitan nuestro país, y más si se trata de países latinoamericanos con los que España guarda una estrecha relación comercial y de amistad. Por tanto, cabe suponer que Sánchez ha terminado imponiendo su criterio (el Ejecutivo tiene atribuidas las competencias exclusivas en política internacional) tras su bronca tremenda con el dirigente argentino.

Hasta qué punto la visita de Milei puede haber dañado los lazos institucionales entre la Jefatura del Estado y el Gobierno central es algo que solo el tiempo lo dirá. Pero de momento, el polemista bonaerense ya tiene lo que quería: dinamitar, un poco más si cabe, la maltrecha estabilidad política de nuestro país. Y si además Ayuso le da una medalla de honor, objetivo cumplido. La presidenta de Madrid ha legitimado de facto la política de la violencia verbal que suele desplegar el nuevo dirigente argentino. Flaco favor a la patria que tanto dice amar. En cualquier caso, los dos personajes ganan con esta polémica: el premier argentino porque sale reforzado ante su país (su mala educación sirve para que le den una condecoración) y Ayuso porque logra generar fricciones entre Casa Real y Moncloa.

Más allá de las choques políticos, es evidente que Felipe VI no tenía ningún problema en estrecharle la mano al presidente latinoamericano. Ya lo ha hecho otras veces y se le ha visto cómodo y hasta afable con él. Por tanto, ¿qué problema había en que fuera agasajado en Zarzuela, más tratándose de una visita privada? Por palacio pasan personajes de todo pelaje y condición, muchos de ellos de dudosa procedencia. Son las cosas de la diplomacia, hay que tratar con el Diablo si es necesario. El rey proviene de esa escuela de las cancillerías tradicionales, de ese manual que aconseja entenderse con el otro por muy detestable que resulte. La diplomacia no deja de ser hipocresía elevada a la categoría de arte.

Por tanto, es obvio que Sánchez ha logrado prevalecer con su criterio. Si se han coordinado ambas instituciones y cuál de ellas ha hecho pesar más su posición es algo que solo saben Felipe y Sánchez. Eso sí, sería interesante saber cuál ha sido el papel de Letizia en todo este espinoso asunto del viaje de Milei a nuestro país para ser galardonado. Es bien conocido que la reina tiene su propia palabra en Zarzuela, su peso específico, y seguramente no le habrá gustado la idea de que un friqui como el presidente argentino, con sus malos modales antidemocráticos y su talante de autócrata, pise el palacio real. ¿Ha habido debate y hasta discusión familiar? No puede descartarse. Letizia es todo lo que Milei odia. Una feminista defensora de los derechos humanos y de talante progresista. En un cena palaciega de etiqueta habría demasiada tensión, miradas cruzadas poco amistosas. Y esa razón de peso quizá haya hecho desequlibrar la balanza de lado de Moncloa.

Comunicados y confidencias

Según el periodista Ignacio Cembrero, siempre bien informado en cuestiones de Casa Real, la decisión de no recibir a Milei no la ha tomado el rey Felipe VI. Ha sido cosa del Gobierno de Sánchez. Según cuenta el analista en El Confidencial, “el Ministerio de Asuntos Exteriores de España no contestó a la solicitud que formuló el presidente argentino, Javier Milei, para ser recibido en audiencia por el rey Felipe VI, según fuentes diplomáticas. En una monarquía parlamentaria, las entrevistas de dignatarios extranjeros con el jefe del Estado se tramitan a través del Ministerio de Exteriores”.

En efecto, según Cembrero, el embajador argentino en España, Roberto Bosch, envió el 6 de mayo una nota verbal, “que en realidad es escrita”, al departamento que dirige el ministro José Manuel Albares. “En ella anunciaba la segunda visita privada de Milei a España, el 21 de junio –la primera se celebró en mayo–, y solicitaba además poder visitar la Zarzuela. No obtuvo respuesta”.

“No fue, por tanto, Felipe VI el que tomó la decisión de no recibir a Milei, como aseveran algunos medios de comunicación incluso fuera de España. El Rey de España desprecia a Milei en medio de las desavenencias diplomáticas, tituló, por ejemplo, el jueves el diario bruselense Politico”, añade el periodista. Desde la secretaría de Estado de Comunicación de Moncloa se asegura, sin embargo, que el Ejecutivo “no tuvo nada que ver” con la no celebración de la audiencia real. Las fuentes citadas recuerdan, no obstante, que es el Gobierno el que dirige la política exterior. Afirman además “que no hay precedentes de una audiencia con don Felipe VI”, por parte de un dignatario extranjero, “sin haber previamente visto al presidente del Gobierno”. Y subrayan que Milei había “insultado a una institución” española.

Según Cembrero, ambas partes, la española y la argentina, sí han tomado, a través de sus servicios de protocolo y ministerios de Interior, las medidas necesarias para garantizar, por ejemplo, la seguridad del mandatario argentino durante su estancia en Madrid que empezó este viernes.

Esta es la segunda vez, en menos de un mes, que el Gobierno español interviene en la relación de la Casa del Rey con la Casa Rosada, sede de la presidencia argentina. El día de la Fiesta Patria en Argentina, el 25 de mayo, no fue el rey Felipe VI quien felicitó la efeméride al presidente argentino, como venía siendo habitual. El Gobierno quiso rebajar el nivel de la felicitación y la tarea corrió a cargo del ministro Albares, quien dio la enhorabuena a su homóloga, la canciller Diana Mondino. Albares no hizo pública su felicitación en redes sociales.

El rey Felipe VI tuvo la oportunidad de conocer a Milei en diciembre pasado, cuando asistió en Buenos Aires a su toma de posesión como presidente, a la que fue acompañado por el secretario de Estado de Iberoamérica, Juan Fernández Trigo. El envío de un secretario de Estado, en lugar de un ministro, como suele ser habitual, fue un primer indicio de la mala relación que se iba a establecer entre ambos gobiernos. Milei viajó ahora a Madrid para recoger el premio que le ha concedido el Instituto Juan de Mariana, un think-tank neoliberal, pero el miércoles la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, decidió otorgarle la medalla internacional de la Comunidad.

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