La juventud europea también se vuelve facha

Más de la mitad de los muchachos británicos de entre 13 y 27 años se muestra partidaria de implantar una dictadura, un fenómeno similar al de otros países

28 de Enero de 2025
Actualizado el 29 de enero
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Ortega Smith durante un mitin de Vox.
Ortega Smith durante un mitin de Vox.

Más de la mitad de los jóvenes británicos de la Generación Z (entre 13 y 27 años) se muestra partidaria de implantar una dictadura en el Reino Unido, según informa la Cadena Ser. Son las conclusiones que se extraen de la encuesta del estudio demoscópico Craft y que forma parte de un reportaje Gen Z: Trends, Truth and Trust que la cadena Channel 4 estrenará este jueves.

Según la Ser, el 52% de los encuestados, de una muestra de 3.000 personas, asegura que “el Reino Unido sería un lugar mejor si estuviera al mando un líder fuerte que no tuviera que molestarse con el Parlamento y las elecciones”, mientras que un 33% sugiere que el país funcionaría mejor si “el Ejército estuviera al mando”. Pocas tragedias más tristes que esta que vivimos.

Los jóvenes de Reino Unido no son los únicos que coquetean con el fascismo en un fenómeno de nuestro tiempo que muy pocos analistas saben explicar. Un amplio sector de los muchachos de otros países de la UE como Hungría y Polonia se declaran abiertamente ultraconservadores mientras que en Italia Giorgia Meloni triunfa entre cierto sector de la población juvenil como un mito pop.

En España, también se confirman los peores augurios respecto a las jóvenes generaciones que abrazan el fascismo sin complejos. Así, un reciente informe sobre valores del Centro de Estudios de Opinión (CEO), equivalente catalán del CIS, revela que hasta un 12 por ciento de nuestra juventud estaría dispuesta a renunciar a la democracia a cambio de mayor seguridad, orden y una supuesta prosperidad que no aciertan a determinar. Los jóvenes de entre 16 y 24 años son los más dispuestos a renunciar a vivir en un país gobernado de manera democrática si a cambio se les garantiza un nivel digno de vida. Entre los jóvenes de 18 a 24, el tramo más amplio de juventud autócrata vota a Vox (un 22%). Y según el CIS, los menores de 35 años son los españoles que menos creen que la democracia sea mejor que cualquier otra forma de gobierno.

¿Qué está pasando? Sin duda hay varios factores que explican esta preocupante tendencia. En primer lugar, el fracaso del sistema para dar respuesta a las necesidades de los jóvenes. Una juventud lastrada por la lacra del paro, con problemas graves de acceso a una vivienda digna y con salarios bajos o contratos precarios es más proclive a dejarse seducir por los cantos de sirena del populismo. En ese capítulo habría que incluir las elevadas tasas de fracaso escolar que suelen marcar al adolescente hasta arrastrarlo hacia una especie de nihilismo descarnado. Y también, cómo no, el proyecto de Unión Europea, que para muchos jóvenes no deja ser una estafa diseñada por las élites para mantener su estatus financiero.

En segundo término, está el factor puramente generacional. Es decir, la historia, con sus corrientes cíclicas y cataclismos, provoca giros pendulares, reacciones contestarias de los jóvenes contra las creencias e ideologías de sus mayores, ya sean padres o abuelos. Siempre ocurrió así. A una generación ultraconservadora como la que surgió en los años cincuenta, tras la Segunda Guerra Mundial, sucedió una juventud rebelde, la de los sesenta, que discutía los valores de la familia, la tradición, Dios, el Estado, el dinero y la patria. Pacifistas que se dejaban el pelo largo, fumaban droga y se pasaban el día escuchando a los Beatles o a los Rolling. Hoy puede que estemos asistiendo a otra reacción, pero esta vez a la inversa desde el progresismo en decadencia hacia otra vez el conservadurismo.

Y por último, hay un tercer factor que conviene tener en cuenta: la desinformación en redes sociales. Muchos jóvenes declaran sin rubor que ya no leen periódicos ni se informan de las noticias. El mundo les trae sin cuidado y lo que es peor: tampoco muestran inquietudes culturales de ningún tipo. De hecho, la mayoría ya no lee libros. Una sociedad adocenada o anestesiada es más propensa a ser engañada por los grupos y partidos ultraderechistas. En esta línea, cabe recordar que la mayoría de los chicos y chicas de nuestro país asegura que dedica más horas al teléfono móvil, a la tablet o al ordenador que a los estudios. Y además eligen plataformas como la red social X, de Elon Musk, o Youtube, para informarse someramente. No hace falta decir que estas vías o canales de comunicación son altamente tóxicos para una persona en proceso de formación, ya que transmiten un alto contenido de noticias fake o bulos.    

El asunto empieza a ser un auténtico drama en países como Reino Unido, la cuna de la democracia y el parlamentarismo, donde un 47% de los jóvenes considera que “la organización de la sociedad debe cambiar radicalmente mediante la revolución”, un porcentaje que desciende hasta el 33% en el caso de las personas en la franja de entre 45 y 65 años. “La Generación Z elabora su propia interpretación de ‘la verdad’. Para muchos, esto está exacerbando las tensiones sociales y socavando el valor de la democracia”, asegura la directora ejecutiva de Channel 4, Alex Mahon, en las conclusiones de la encuesta, adelantada este lunes por el diario The Times.

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