En la sesión de control al Gobierno, marcada por el enfrentamiento como viene siendo habitual, Pedro Sánchez, presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, se enfrentó con decisión a las acusaciones del líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo. Este último intento de pintar al presidente como subordinado a los intereses separatistas.
Sánchez respondió con firmeza, subrayando el sólido apoyo que su gobierno recibe de amplios sectores de la sociedad española. Destacó que "9 de cada 10 vascos han apoyado a partidos que apoyaron la investidura y las políticas del Gobierno", enfatizando la legitimidad democrática de su mandato frente a las acusaciones de Feijóo.
Feijóo, persistente en su estrategia, criticó los pactos de Sánchez con Bildu, acusándolo de celebrar el crecimiento de partidos independentistas y de rebajar la estatura del PSOE a un nivel subalterno al independentismo. Estos comentarios reflejan una estrategia clara de Feijóo para intentar desestabilizar el liderazgo de Sánchez, sugiriendo una alianza que compromete la integridad nacional.
Además, Feijóo intentó minimizar la influencia de Sánchez destacando la presencia territorial del PP: "El PP gobierna en 14 comunidades, el PSOE en cuatro. Territorialmente, el irrelevante es usted" persiguiendo socavar la autoridad de Sánchez y resaltar la disparidad del poder regional como una debilidad del liderazgo socialista.
A pesar de estas provocaciones, Sánchez mantuvo su postura, defendiendo las políticas de su gobierno y su compromiso con la justicia y la transparencia. Frente a lo que describió como una campaña de acoso por parte de la oposición, Sánchez reiteró su confianza en la justicia española, subrayando la ética de su gestión incluso ante adversidades personales y políticas.
Esta sesión en el Parlamento expone no solo las tácticas agresivas del PP sino también la determinación de Sánchez de proteger y promover un gobierno basado en principios democráticos y justos, contrastando con lo que él percibe como maniobras desesperadas de un partido opositor más interesado en el ataque político que en el bienestar de España.