Pedro Sánchez ha comparecido este domingo desde la sede de Ferraz no como presidente del Gobierno, sino como secretario general de un partido sacudido por la vergüenza. Con tono firme y mirada directa, ha anunciado una batería de medidas para afrontar el escándalo del llamado “caso Koldo” y dejar claro que no piensa permitir que el PSOE se hunda en el fango de la corrupción.
“Vamos a dar la cara. Vamos a actuar con contundencia”, ha dicho sin titubeos. Y aunque ha reconocido errores, ha reiterado que el PSOE no es ni será como el Partido Popular o Vox. “No vamos a perseguir denunciantes, ni a destruir pruebas a martillazos, ni a tener una sede pagada con dinero negro”, ha subrayado, en una referencia directa a los escándalos históricos que arrastra la derecha española.
Una crisis interna que no se esconde
Sánchez ha hecho pública la dimisión de Santos Cerdán como diputado y su baja voluntaria de militancia, un paso que ha sido interpretado como una renuncia forzada tras su vinculación con el caso. También ha confirmado la expulsión definitiva de José Luis Ábalos tras la conclusión del expediente interno.
No se trata, según sus palabras, de castigar sin pruebas, pero sí de actuar con determinación. “El PSOE es una organización limpia, y queremos que este caso sea el primero y el último que nos afecte”, ha asegurado. En ese marco, ha anunciado una nueva auditoría externa independiente, sumada a las ya existentes desde 2020, con el objetivo de verificar “hasta tres veces” las cuentas del partido.
La transparencia no será solo una palabra: “No hay ningún partido del tamaño del PSOE que se someta a auditorías que no exige la ley. Nosotros sí. Porque tenemos que estar a la altura de la confianza ciudadana”, ha afirmado.
Nueva dirección provisional hasta el 5 de julio
Uno de los anuncios clave ha sido la creación de un equipo de transición para dirigir la Secretaría de Organización, afectada directamente por el escándalo. Cristina Narbona, Borja Cabezón y Montse Mínguez formarán una dirección colegiada hasta el Comité Federal del 5 de julio. En ese encuentro se propondrá un nuevo liderazgo para una de las áreas más sensibles del partido.
Sánchez ha defendido que esta fórmula no es improvisada, sino parte de una estrategia para recuperar la estabilidad y reforzar el compromiso ético de la organización. “Lo importante no es tapar, sino esclarecer. Y actuar en consecuencia”.
“Nos repugnan los audios y el machismo que proyectan”
Sánchez no esquivó la polémica que ha envuelto a su partido en los últimos días tras la difusión de audios relacionados con el llamado "caso Koldo", que ha salpicado a figuras cercanas al PSOE. “Nos repugnan. Lo repito: nos repugnan”, insistió, al referirse a los contenidos machistas conocidos la semana pasada. Aseguró que esa indignación fue unánime en la Ejecutiva Federal, y recordó que uno de los motivos por los que llegó al poder en 2018 fue precisamente para acabar con la corrupción institucionalizada del PP.
Una comisión de investigación y comparecencia en el Congreso
Además, ha anunciado que comparecerá voluntariamente en el Congreso para dar explicaciones “en la primera fecha disponible”. Junto a ello, el grupo parlamentario socialista promoverá una comisión de investigación sobre el caso Koldo, “para que la verdad llegue a todos los ciudadanos”.
Pedro Sánchez activa el cortafuegos en el PSOE
En paralelo, ha abierto un proceso de escucha con los partidos que apoyaron su investidura. Ya ha anunciado una reunión con Yolanda Díaz, y en los próximos días hará lo mismo con otros grupos del bloque de investidura. Su intención es articular medidas legislativas que refuercen los mecanismos de prevención y castigo de la corrupción.
Ataque directo al PP y Vox
Pero más allá de la autocrítica, Sánchez ha sido especialmente beligerante con el Partido Popular y Vox. Ha acusado a la oposición de hipócrita y ha reclamado dimisiones en sus filas. “Si quieren tener un mínimo de credibilidad, que empiecen por exigir responsabilidades a sus presidentes autonómicos inmersos en casos de financiación irregular o de negligencia en la gestión de catástrofes”, ha señalado.
El presidente ha subrayado que, mientras otros partidos tapan y encubren, él da la cara y asume responsabilidades. También ha insistido en que no se dejará arrastrar por el ruido político. “España vive uno de sus mejores momentos en décadas. No vamos a romper esa estabilidad para ponerla en manos de la peor oposición que ha tenido este país”, ha afirmado, con clara referencia a Feijóo y Abascal.
Una defensa del legado socialista
Sánchez ha reivindicado los avances logrados en sus siete años de Gobierno: más transparencia, más rendición de cuentas, y un salto en los rankings internacionales de lucha contra la corrupción. “Lo que antes se encubría, hoy se persigue y se castiga”, ha remarcado. Ha reiterado que, aunque nunca se eliminará por completo la corrupción, su compromiso es reducirla hasta hacerla “una excepción residual”.
También ha lanzado un mensaje especialmente dirigido a las mujeres: “Los audios que hemos escuchado son repugnantes. Nos repugnan. No caben en un partido feminista como este ni en una sociedad democrática”. Ha vinculado esos comportamientos a una cultura machista que no tolerará dentro de su organización.
Ataque al PP y Vox: “Tienen más de 30 casos abiertos”
Pedro Sánchez fue especialmente duro con la oposición. Apeló directamente a Alberto Núñez Feijóo y a Santiago Abascal para que, si realmente creen que el Gobierno ha perdido su legitimidad, “presenten una moción de censura”. Lo contrario —dijo— es debilitar al Ejecutivo con “algunas verdades y muchas mentiras impulsadas por una coalición de lobbies oscuros”.
Recordó que el Partido Popular tiene más de 30 casos abiertos de corrupción, muchos con implicaciones actuales, y que Vox ha sido multado por financiación irregular. En un tono muy directo, añadió: “Yo no tengo mi nombre en los papeles de Bárcenas, ni mi cara aparece en fotos con narcotraficantes. No somos todos iguales, por mucho que lo repitan”.
“España lidera el crecimiento económico en la eurozona”
Uno de los ejes centrales de su mensaje fue la defensa del legado de su Gobierno. Sánchez destacó que España es hoy el país que más crece en la eurozona, que lidera la creación de empleo y que, por primera vez desde la crisis financiera, está logrando reducir la desigualdad mientras aumentan tanto el poder adquisitivo de los hogares como los beneficios de las empresas. También remarcó los avances en transición ecológica y el papel activo de España en el multilateralismo y la paz internacional.
“No vamos a permitir que un caso aislado de corrupción, que deberá dirimirse en los tribunales, ponga en peligro ese buen ritmo del país. No permitiremos que amenace las pensiones, los salarios, los derechos de las mujeres ni los servicios públicos”, advirtió. Y fue contundente al asegurar que el PSOE no permitirá que se “tumbe al último gran Gobierno progresista que queda en pie en Europa”.
“No vamos a rendirnos”
En la parte más emocional de su intervención, Pedro Sánchez reconoció que el PSOE ha fallado en uno de los compromisos adquiridos con los ciudadanos, pero insistió en que está cumpliendo el resto. “No vamos a aceptar la idea absurda de que todos somos iguales. Ni vamos a dejar en la estacada a millones de personas que necesitan nuestras políticas para llegar a fin de mes”.
Reivindicó al Gobierno como “la esperanza de mucha gente”, de movimientos sociales, sindicatos y ciudadanos que confiaron en el proyecto socialista. Y, como en otras ocasiones, se mostró como el “capitán” dispuesto a capear la tormenta: “Mi deber es tomar el timón, tomar las medidas necesarias y proteger al Gobierno de coalición progresista”.
Denuncia del silencio ante los ataques al PSOE
Sánchez lamentó que los ataques físicos y simbólicos a las Casas del Pueblo del PSOE estén siendo ignorados por los medios y por la derecha política. “No he visto al PP ni a Vox condenar los atentados que sufrimos. Me indigna que la definición del adversario político haya pasado a ser la del enemigo político”, dijo, visiblemente afectado.

Terminó su intervención con un mensaje claro: el PSOE tiene una hoja de ruta, una visión de país y una responsabilidad con millones de ciudadanos que no puede ni quiere abandonar. “Vamos a seguir mejorando la vida de la clase media y trabajadora, con un modelo que funciona, y que está dando grandes resultados. Y por eso, vamos a continuar gobernando”.