Desde el Palacio de La Moneda, en Santiago de Chile, Pedro Sánchez ha hecho un llamamiento a los líderes progresistas para articular una respuesta común frente al auge de la ultraderecha. En una intervención firme, ha denunciado la renuncia de la derecha tradicional a los consensos democráticos y ha defendido una estrategia coordinada internacional para preservar las instituciones y combatir la desigualdad.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha aprovechado su intervención en el foro internacional Democracia Siempre para lanzar un mensaje rotundo: frente a la amenaza creciente de la ultraderecha, los gobiernos progresistas deben liderar la defensa activa de las instituciones democráticas. Durante el acto celebrado en Chile, y convocado por el presidente Gabriel Boric, Sánchez ha compartido escenario con Luiz Inácio Lula da Silva, Gustavo Petro y Yamandú Orsi, entre otros mandatarios latinoamericanos, en un intento de consolidar una alianza internacional frente a lo que ha calificado como una “internacional del odio y la mentira”.
Sánchez ha insistido en que la derecha tradicional ha dejado de ser un interlocutor válido: “Ha sucumbido al marco y al discurso de la ultraderecha”, ha afirmado, lo que, a su juicio, obliga a las fuerzas progresistas a actuar de forma unida y decidida: “Nos toca a nosotros dar un paso al frente”.
Una respuesta estructurada frente al populismo reaccionario
La propuesta del presidente del Gobierno no se limita a un llamamiento simbólico. En su intervención ha detallado tres líneas estratégicas de trabajo que los asistentes al encuentro se han comprometido a seguir.
En primer lugar, ha defendido el refuerzo de las instituciones democráticas y del multilateralismo, como escudo frente a los ataques populistas que intentan erosionar la legitimidad de los sistemas representativos. En segundo lugar, ha propuesto combatir activamente la desinformación, y en este sentido, España planteará una iniciativa internacional para fomentar una gobernanza digital democrática, capaz de limitar el poder manipulador de los algoritmos y de proteger la cohesión social.
Por último, ha situado en el centro del debate la reducción de la desigualdad, una tarea que considera esencial para reconstruir la confianza ciudadana. "La injusticia social es el terreno fértil donde germina la polarización y el extremismo", ha advertido Sánchez, quien considera que la ultraderecha se nutre del miedo y de una visión falsificada del pasado.
España acogerá una nueva cumbre en 2026
Durante su intervención, el presidente también ha anunciado que España organizará el próximo año una nueva cita internacional en defensa de la democracia, retomando así la iniciativa ya impulsada junto a Lula da Silva en el marco de la Asamblea General de la ONU en 2023.
"Preservar la democracia no es solo una tarea legal o institucional, sino también una obligación moral hacia quienes lucharon por nuestras libertades y hacia las generaciones que nos sucederán", ha enfatizado Sánchez, en un discurso que ha querido alejar de la retórica y acercar a la acción política concreta.
El encuentro ha evidenciado la voluntad compartida por varios líderes progresistas de construir un frente internacional sólido frente a un fenómeno que consideran transnacional y coordinado. La ultraderecha, han insistido, no conoce fronteras, y por ello es necesario que las fuerzas democráticas tampoco actúen de forma aislada. “La democracia no se defiende sola —ha concluido Sánchez—. Es hora de pasar a la ofensiva”.